“No me iba a ir sin la perrita, estoy bien acá”, les dijo Susana, de 86 años, a los rescatistas de la Fundación Planeta Vivo cuando entraron a su casa en Bahía Blanca. El agua marrón de la inundación le llegaba a las rodillas y su mascota estaba apoyada en la cama de la habitación. La mujer, junto con «Cuki», finalmente subieron a la balsa de plástico y partieron al refugio dejando atrás ese escenario de desastre.
Así fue el primer día de trabajo en Bahía Blanca de la fundación, que se encarga de rescatar y rehabilitar animales en medio de catástrofes como incendios e inundaciones.
Cuando Fernando Pieroni, su presidente, se enteró de lo que estaba pasando en Bahía, no lo pensó dos veces y con su equipo se fueron a la ciudad para ayudar a los animales que quedaron atrapados en las casas llenas de agua y los techos durante tres días. Llevaron una carpa veterinaria, una carpa para acopio, atención de quirófano, semirrígidos, transportadoras, bombas de achique, sogas para trepar y salvavidas.
“El primer día fue un caos porque estábamos rescatando gente, animales, de todo. Era un río. Cargamos en el bote todo lo que encontramos, no daba más”, dijo Fernando a Clarín. Durante esa primera jornada familiares de Susana vieron el trabajo que estaba haciendo Planeta Vivo y les comentaron que tenían días sin verla y que estaban preocupados. “Hay gente que tal vez vivía a dos cuadras de distancia, pero durante esos tres días no pudieron acercarse”, explicó.
Cuando llegaron a la puerta de Susana, escucharon los ladridos de Cuki, una perrita mestiza. Su dueña los recibió y entonces les contó que no se había ido para no dejar a su mascota sola. Las habitaciones estaban desbordadas de agua, pero por suerte la superficie de la cama estaba intacta. “Estamos con Cuki arriba de la cama, estamos bien”, les dijo Susana.

Ese fue uno de los primeros rescates que realizó la Fundación Planeta Vivo en Ingeniero White, Bahía Blanca, después de que un temporal destrozó la ciudad y se llevó consigo 16 vidas hasta ahora. Durante estos tres días rescataron al menos 150 animales, a los que rehabilitaron, entregaron a sus dueños o derivaron a veterinarias más equipadas.
La situación más común con la que se encontraron fueron perros que quedaron en los techos de las casas solos, que lograron subir por sus medios, o porque sus dueños lograron dejarlos ahí antes de irse. “Me pasó de ver muchas publicaciones en que la gente juzga y se pregunta cómo puede ser que haya un perro solo en el techo, pero vos escuchás a la gente acá y el agua llegó de un momento para otro, mucha gente estaba trabajando y no tuvo tiempo de venir, y cuando pudieron, sus casas estaban colapsadas de agua”.
“Muchos animales murieron por eso y muchos quedaron atrapados por eso”, explicó Pieroni. Lo primero que hacen en el proceso de rescate es acercarse con un poco de comida lentamente porque los perros están muy asustados y estresados por el agua, el sol intenso y la deshidratación. “Un animal estresado no sabés para qué lado puede disparar”.
Mientras se le acercan agachados para que el animal no se intimide, esperan que el perro se acerque y cuando toma un poco de confianza, lo agarran con un lazo, le ponen un bozal y lo bajan del techo. “Los que hemos rescatados llevan mínimo tres días en los techos sin agua y sin comida porque las familias tuvieron que irse. Al menos hoy, diez de ellos no querían bajar”.
El caso de Oso, un perro mestizo, fue un poco diferente. La Cruz Roja avisó a la fundación que un perro de avanzada edad había quedado atrapado en una iglesia. Cuando llegaron, Oso estaba echado en el piso y no podía caminar. Lo levantaron, lo llevaron al campamento y cuando lo revisaron, pudieron constatar que estaba deshidratado y con mucho estrés: “Estaba casi muerto”.
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Bahía Blanca: rescatan animales en medio de las inundaciones
Tras el rescate, los animales son trasladados en un semirrígido, hasta un hospital que armaron en una carpa. Si necesitan tratamiento, los dejan internados en la carpa, y en casos más complejos, los trasladan a una veterinaria en el centro de la ciudad para realizarles cirugías.
Al momento del rescate de Oso, estaba tan mal de salud que tuvieron que derivarlo al centro. Sin embargo, antes de eso, pudo reencontrarse con su dueño que estaba muy emocionado y preocupado: “Fue un mar de lágrimas”, recuerda Fernando. Después de un día internado, le dieron el alta y hoy ya está con su familia.
Lamentablemente, no es el caso de todos. Los voluntarios también encontraron muchos animales muertos y muy heridos en medio de toda la tragedia. “En estos seis años asistiendo a catástrofes, nunca había visto algo así. Parecían escenas de películas de terror”, agregó Fernando Pieroni en sus redes sociales junto con un video en el que se puede ver varias acciones de rescate.
En una helada flotando con sus cachorros
Un rescate conmovedor en medio de tanta tristeza se trató de una perrita que encontraron dentro de una heladera flotando con siete cachorros. Una familia de vecinos vio la heladera flotando y la llevaron a una carpa que armaron para vivir porque su casa quedó destruida. Le avisaron a la fundación, y los voluntarios llevaron a la mamá con sus siete cachorros al refugio.
Lo más sorprendente fue que, justo ese mismo día, otra voluntaria encontró un perrito en una bolsa de basura, y cuando la llevaron al refugio con todos los animales, la madre de los siete cachorros la recibió y lo amamantó como si fuera su hijo. Ahora tiene ocho cachorros.

“Son esas cosas que te descolocan. No es fácil estar acá, pero estamos haciendo algo lindo”, dijo Pieroni, y agregó: “seamos más animales y menos humanos”.
La Fundación Planeta Vivo se encarga de rescatar animales silvestres y ayudarlos en el proceso de rehabilitación. Si bien la mayoría de los animales que han rescatado son perros, también salvaron gatos y hasta un coipo que estaba en una cochera.
En 2022 viajaron a Corrientes para rescatar animales en Corrientes, igual que este año en la Patagonia, donde estuvieron 20 días asistiendo en medio de los incendios.

Cómo colaborar con el rescate de animales
Para colaborar se los puede encontrar en Ingeniero White en Bahía Blanca, donde tienen una carpa en la que reciben donaciones de alimentos al menos durante una semana más. Para los que no pueden asistir de forma presencial, en sus redes sociales publicaron una colecta de dinero (alias: planetavivo2023): ““Hoy volvemos a las zonas afectadas a seguir ayudando y rescatando animales, dejando la angustia de lado y cambiándola por fuerza, porque muchos nos necesitan. ¡Bahía Blanca nos necesita!”.
