Mientras los bosques nativos continúan desapareciendo en Argentina, Fundación Vida Silvestre alcanzó un hito especial en Misiones: en los últimos 16 años, ya plantó más de 200.000 árboles nativos.
El programa busca recuperar la selva misionera, uno de los últimos refugios del yaguareté en peligro de extinción.
La iniciativa se enmarca en el programa de restauración del paisaje que la organización sostiene desde 2008.
Este combina ciencia, compromiso comunitario y acción territorial en busca de recuperar la selva nativa y cuidar el ecosistema de especies esenciales como el yaguareté.

El trabajo se realiza junto a más de 200 familias rurales de Andresito y San Pedro y, hasta ahora, permitió recuperar 640 hectáreas con especies nativas.
«La iniciativa va mucho más allá que sólo plantar arbolitos, sino que conlleva un trabajo social y productivo de fondo», señaló Lucía Lazzari, coordinadora de bosques de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Y detalló que, mediante este programa «se busca alcanzar un equilibrio que responda no solo a problemáticas ambientales sino también a las necesidades que atraviesan las familias involucradas».
Restauración de árboles nativos con enfoque comunitario
El programa no se limita a la reforestación de árboles nativos: con el apoyo de los gobiernos municipales y del INTA, este también incluye asistencia en mejoras de acceso al agua para familias y apoyo para actividades productivas.
Además, a través de acuerdos voluntarios, productores locales incorporan árboles nativos en sus chacras, desarrollan sistemas agroforestales y adoptan prácticas sostenibles.
Este año, 38 familias se sumaron con nuevas plantaciones en bordes de arroyos y zonas degradadas.
En esta línea, Lazzari destacó que «el acompañamiento y el compromiso de las familias rurales son esenciales para lograr resultados visibles en el paisaje y en la vida de las personas que perduren en el tiempo».

La restauración de la selva misionera, clave para cuidar al yaguareté
Actualmente, el foco del programa está en San Pedro.
Allí, se busca reconectar el Parque Provincial Cruce Caballero con la Reserva de Biósfera Yabotí, un corredor vital para la fauna misionera.
«Los sitios donde trabajamos son áreas de alta importancia para la conectividad del Bosque Atlántico del Alto Paraná, o selva misionera«, puntualizó Lazzari.
El trabajo en esta zona es clave porque está «definida como Paisaje Óptimo para la Conservación del Yaguareté (POCY)», según un estudio desarrollado por el CONICET.
En base a esto, las áreas de restauración fueron identificadas como prioritarias para conservar el hábitat del yaguareté.
Esta especie emblemática de la fauna argentina hoy enfrenta amenazas como pérdida de hábitat, caza furtiva, conflictos con la ganadería y atropellamientos.

La estrategia de desarrollo de Vida Silvestre
El trabajo de restauración forma parte de una estrategia más amplia que Vida Silvestre mantiene en Misiones desde hace más de dos décadas.
Esta se basa en la experiencia que demuestra que la restauración de paisajes puede ser una política de desarrollo sostenible.
El proyecto combina la reconstrucción de ecosistemas, el fortalecimiento de economías locales y la protección de especies en riesgo.
Con 16 años de trabajo continuo, la iniciativa se consolida como una de las experiencias de restauración más sostenidas del país.





