“Si las cosas salen mal y la guerra efectivamente estalla, compra un billete solo de ida a Argentina. Hay dinero suficiente en el banco. Y, entonces, encontrémonos en Buenos Aires”. Pronunciadas en plena Crisis de los Misiles (octubre, 1962), con los EE.UU. y Rusia al borde de la guerra, las palabras con las que el gran historiador Eric Hobsbawm se despide de su esposa, antes de partir a un congreso en la Cuba de Fidel Castro, revelan el clima de amenaza en que vivían -él, activo intelectual comunista vigilado por los servicios de inteligencia británicos del MI5-, y un pacto íntimo con su pareja, basado en la confianza en un destino compartido.
Encontrémonos en Buenos Aires. Memorias de una vida compartida, el libro de Marlene Schwarz publicado por Siglo XXI es una historia familiar y política del matrimonio Hobsbawm, en el que su esposa reconstruye, a los 85 años, el itinerario de una vida atravesada por el exilio, la música, el compromiso político y la aventura intelectual. Nacida en la Viena de entreguerras en una familia judía, emigrada a Inglaterra, formada en París, ella vivió y trabajó en Italia y en el Congo antes de volver a asentarse en Londres, donde desarrolló su carrera en la música y su vínculo indisoluble con el gran historiador del siglo XX.
A través de sus ojos, vemos desfilar viajes, conversaciones, amistades célebres y pinturas de la vida cotidiana que revelan en tono intimista no solo el costado más personal de su compañero de cinco décadas, sino también las peripecias de una descollante trayectoria intelectual y académica implicada en las turbulencias de su tiempo. Se trata, como lo anuncia la presentación, de una crónica lúcida y sensible de una vida compartida, en diálogo con un mundo revuelto.
Eric Hobsbawm regresó en noviembre de 1998 a Buenos Aires, ciudad que había conocido en un viaje de estudios de tres meses en el ’62, gracias a una beca de la Fundación Rockefeller que le permitió recorrer casi todas las capitales latinoamericanas. A nueve años de la caída del Muro de Berlín, el escenario había cambiado drásticamente.
Eran tiempos de nostalgias y desencantos en la izquierda, a la que él perteneció siempre. En aquella última estadía, Hobsbawm, a sus 81 años y con intacta lucidez, se reunió con académicos, dio conferencias de libre acceso en la UBA y el Teatro San Martín con el auspicio de Clarín, y llenó el Aula Magna del Colegio Nacional Buenos Aires con más de 600 asistentes, donde dictó una conferencia sobre «Pax Britannica, Pax Americana: dos hegemonías».
“Se está acabando la utopía del capitalismo sin problemas, del fundamentalismo neoliberal”, dijo entonces Hobsbawm. Y esas palabras resuenan hasta nuestros días.

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