«Jorgito» cuidaba autos en su silla de ruedas en las afueras del estadio Luis Tróccoli de Cerro, cerca de su casa. El domingo salió para allí, pero nunca supo que era seguido por delincuentes que lo terminarían ejecutando por la espalda. La investigación policial avanza, todavía sin dar con los sospechosos, y manejan la hipótesis de que fue una venganza destinada al hijo de la víctima, que integró una de las bandas más importantes del barrio.
El hombre de 45 años había salido de su casa en Cerro Norte pasado el mediodía. Se dirigía hacia el estadio, donde compartiría con otros hinchas la previa del partido que jugaría su equipo esa tarde en cancha de Liverpool.
Lo que no sabía es que detrás de él, a través de los pasillos internos del barrio, lo estaba siguiendo un grupo de delincuentes. La víctima fue atacada por la espalda y eso pudo conocerse a través del análisis de cámaras de seguridad que realizaron los investigadores.
Al llegar cerca de la intersección de Santa Cruz de la Sierra y Santín Carlos Rossi, calles que frecuentaba debido a que le resultaba cómodo manejarse con su silla de ruedas, los delincuentes salieron detrás de él y le dispararon en la nuca. Cuando fue encontrado por los vecinos ya estaba sin vida.
En el lugar no se encontraron casquillos, por lo que las pericias serán importantes para determinar el tipo de arma utilizada para el homicidio.
Su hijo y el vínculo con Los Suárez
Al conocer la identidad de la víctima, de doble apellido Suárez, se presumió que podía estar vinculada de forma sanguínea al conocido líder narco Luis «Betito» Suárez y a la banda integrada por sus familiares. Finalmente no se encontró relación entre el hombre, que carecía de antecedentes penales, y el grupo criminal.
La situación es diferente en el caso de su hijo, a quien los investigadores asocian directamente con la banda de Los Suárez, uno de los dos grupos con más poder en el barrio y en toda la capital del país. El joven es señalado como uno de los principales sospechosos de haber participado en el asesinato de un miembro de la banda de Los Colorados hace ya varios meses.
Actualmente no hay elementos que lo identifiquen activamente en la banda, aunque fuentes policiales consultadas por El País dijeron que si bien intentó aparentar su apartamiento, incluso llegando a abandonar el barrio, en realidad continúa en el mundo criminal.
La investigación hasta el momento permitió determinar que horas antes del asesinato, un miembro de Los Colorados fue hasta la casa de la víctima y pidió para hablar con él, según el relato que hcieron testigos. Aunque se desconoce cuál fue el contenido de la conversación.
La investigación avanza en la búsqueda de los responsables. Los indicios apuntan directamente a la banda de Los Colorados, y se tiene como principal sospechoso al hombre que visitó a la víctima.
Aunque “Jorgito” no se relacionaba directamente con el mundo criminal, el vínculo de su hijo con Los Suárez y la sed de venganza de la banda rival habría sido el motivo por el cual lo asesinaron.
Conflicto entre Los Suárez y Los Colorados
Si bien otros grupos de menor calibre operan en Cerro Norte, Los Suárez y Los Colorados son quienes cuentan con mayor poder de fuego, se disputan el control de territorio y la venta de drogas. Este conflicto ha generado la mayor cantidad de muertes en la zona por sus enfrentamientos, con bajas para ambos bandos, incluidos menores de edad.
La llamada “zona caliente” es casi un rectángulo delimitado por cuatro calles que han sido las principales protagonistas de varios episodios de violencia. Estas son Santa Cruz de la Sierra, Porto Alegre, Puerto Rico y Santín Carlos Rossi.
El tamaño del barrio hace que los grupos criminales convivan a pocas cuadras de distancia. Si bien las dos bandas tienen incidencia en toda la zona y sus integrantes se encuentran distribuidos, existen dos puntos claramente identificados por la Policía vinculados a las bandas.
En el caso de los Suárez, se los identifica con la zona que rodea los pasajes 55, 57 y 59, en intersección con Santa Cruz de la Sierra. Los Colorados, en tanto, se ubican en torno al Pasaje 105, en la intersección con la calle Porto Alegre.
