Que Dios no hace juicios estéticos porque él mismo tiene mal gusto, vaya, que es un hortera, dice el muy reverendo Nicholas Papadopulos. Y que, en consecuencia, el jersey feo de Navidad que no hay manera de que pase de moda cuenta con su bendición. Porque es tan inevitable, dice este hombre de misa, como el pudding, el chutney del Boxing Day, los crackers y los paseos fríos de Año Nuevo, lo que para nosotros vendrían a ser las uvas, polvorones y turrones. O la Cursa dels Nassos y la San Silvestre vallecana.
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