Huracán se jugaba mucho en el Ducó. Y por eso salió al campo de juego con la necesidad de conseguir una victoria para no correr de atrás en la clasificación a los playoffs en el tramo final del Torneo Clausura. Por eso, se paró adelantado y asumió riesgos desde los primeros instantes del partido. Sin embargo, otra vez falló en la definición. Y ahí estuvo la gran diferencia del partido que ganó Central Córdoba 1 a 0 en Parque Patricios y que dejó a Frank Kudelka en la cornisa. Los hinchas insultaron al DT y a los jugadores, a los que también les entonaron cánticos hirientes y los despidieron con silbidos. También le apuntaron a la Comisión Directiva.
El resultado, además dejó otro contraste: el equipo de Parque Patricios está afuera de los playoffs, mientras que los santiagueños se subieron a la cima de la zona A y le dieron una mano a Boca, porque el Globo lo podía pasar.
El Globo tuvo sus chances como para ganar el partido. Pero, le pasó lo que le viene ocurriendo en todo el certamen: no tiene gol. Al equipo de Kudelka le cuesta mucho definir las jugadas. Tiene apenas 6 tantos en el campeonato.
Huracán tuvo sus momentos en el partido pero la falta de definición arruinó sus planes. Ganó en casi todas las pelotas paradas, también llegó por abajo, pero no pudo meter la redonda en el arco de Aguerre.
Y del otro lado, Central Córdoba le respondió con efectividad. En una de las pocas que tuvo, concretó. Eso sí, lo hizo a través de una buena jugada, elaborada, en la que desarmó a la defensa de Huracán. Tras una serie de toques, Perello, desbordó por la izquierda y Martínez entró por el medio para empujar la pelota a la red.
Si en la primera parte, Central Córdoba estaba parado de contra, en el segundo tiempo esa tendencia se acentuó aún más. Y Huracán, con pocas ideas y muchos nervios fue a buscar el empate. Lo tuvo un par de veces pero Aguerre lo evitó.
Con el correr de los minutos, la presión de la gente se empezó a sentir cada vez más. En el entretiempo tronó el “jugadores, la c…de su madre” y durante el complemento siguieron los insultos y pidieron “que se vayan todos”.
El malestar del público se trasladó al campo de juego. Y en una de las últimas, el ex arquero de Vélez le sacó un mano a mano a Giménez para terminar de prender fuego a la Quema, que a esa altura ya era una hoguera.
