Pasa entre las mesas, recibe aplausos y gestos de cariño, se abraza con gente que conoce y con gente que no. Después, sube al escenario, agarra la guitarra y ahí se queda más de dos horas, tocando temas propios y rindiendo homenaje a artistas como Silvio Rodríguez, María Elena Walsh o Joan Manuel Serrat. Cada tanto, un poco de agua mineral y una pausa para hablar con el público de los avatares política, de los ecos del pasado en el presente, de la esperanza en el porvenir.
Después de años, Ignacio Copani vuelve a Córdoba. A las tres presentaciones de principios de agosto, en el resto bar Perón Perón, se le suman dos más, a la misma hora y en el mismo lugar.
“Vivo este reencuentro con el público cordobés con mucha alegría. Por un lado, porque lo creía más distante. Y porque hay un toquecito de abrazo juvenil en muchas personas que me escuchaban cuando tenían ocho años o eran adolescentes. Y ahora te buscan con esa mirada especial; de ídolo, entre comillas, de la infancia.”
Al hablar de Córdoba, Copani recuerda sus presentaciones en el icónico programa infantil Pan y Manteca en el Estadio Kempes “cuando todavía se llamaba Chateau Carreras”. Y es que durante la década del noventa y hasta entrado el siglo XXI, sus canciones sonaban en todas las emisoras de radio.
“El corte acá tuvo mucho que ver con lo político, con lo que es la cancelación de los medios. Vine a Córdoba con continuidad hasta lo de la 125. Fue ahí donde hubo una cosa difícil. Nunca tuve derecho a réplica por las barbaridades que se dijeron, como que era ensobrado, como si una usina peronista me alimentara y me dictara las letras de las canciones. Te sentís indefenso ante ese poder.”
HDC: La política siempre estuvo presente en tus letras. Pero, con el paso del tiempo, el retrato de la actualidad, de la coyuntura, se hizo cada vez más explícito.
Ignacio Copani: Digamos que no me paré a decir que, a partir de ahora, voy a hacer tal cosa.Pero también hay un toque de honestidad al decir cómo te querés manifestar a medida que vas creciendo.En los 90, era correcto hablar contra Menem, contra lo insoportable de lo neoliberal de sus políticas. ¿Quién se iba a oponer a defender la democracia frentea un levantamiento de los milicos?Había como una cohesión en ese pensamiento conceptual. Y, generalmente, los artistas tienen todo un arsenal de palabras que en realidad son conceptos abstractos, abarcativos, de defensa de lo obvio. Cuesta mucho más cuando tetenés que referir al metro cuadrado que habitás. Y, en ese sentido, yo no lo esquivé ese desafío. Siempre me gustó.
HDC: Lo hacés, además, con humor.
IC: Hay muchos toques de humor en los que yo admiro.En Serrat, por ejemplo. Y es mi carácter. Soy un tipo que no se banca mucho una charla sin que tenga algún condimento humorístico, ni la charla futbolera, política ni lafamiliar. Me sale solo. Y me gusta que esté un humor donde, con humildad, uno lo canta en primera persona. Nosotros “lo atamo’ con alambre”.
HDC: Usás mucho la ironía.
IC: Sí, me gusta por ahí ese humor donde se trabaja con la ironía, que es bastante difícil de, bueno, de diferenciar un yo, un nosotros, y unos otros. Además, pasa que lo masivo cada vez es más chato en el mundo. No estoy haciendo un juicio de valor en lo musical. Hablo de los consumos culturales, de ese humor masivo que para muchos nos parece casi un insulto a nuestra inteligencia.Ese humor del chiste fácil, racista.
HDC: ¿Te exigís para no caer en lugares comunes?
IC: Es exigente ese público que no consume lo masivo.A mí, en la música, me pasa.Por más que sepa que me quieren quienes van a verme, que es un público afín, en sintonía con mis ideas, no puedo decir cualquier huevada. Algunos creen que un artista militante se para y lo van a ovacionar porque es correcto en lo político. Pero no. El sustento es la canción de autor, y esa canción debe estar a la altura.
HDC: No hacés un popurrí de grandes éxitos en tus presentaciones…
IC: Las canciones que te van pidiendo desde las mesas no son“Los domingos en familia” o “La marcha de River”.Te piden otras cosas. Uno va creciendo y también se va volviendo más exigente, como el público. Tal vez ahí está la clave de lo que vos decías antes, del acento en lo coyuntural que pude haber puesto en el desarrollo de mi carrera.Tiene que ver con el vínculo: yo no le puedo fallar a los que me han sostenido ¿no? Y ese público te pide respuesta para los temas de hoy; te dice, “Bueno, no me hables contra las guerras en general, decime de la de ahora.Y también hablame de los abrazos”.Porque no es que te piden solo conflictos.
El fútbol y la gente
En las plataformas musicales, la canción de Copani con más reproducciones es “El más grande”, el himno al club del que es hincha, River Plate, y al cual le dedicó tres discos. “El fútbol te iguala y es una cosa que te pone en el mismo punto de partida, como hincha o como competidor también. Porque, cuando empieza el Mundial, Nigeria y Alemania tienen cero puntos los dos. Decime qué otras cosas tienen a Nigeria y Alemania en el mismo punto de partida.”
Al hablar de fútbol, Copani mezcla la pasión con su mirada atenta a lo social. Tal vez por eso se siente a gusto parando en una casa en Alta Córdoba, un barrio en el que se respira el aire dela hinchada. “No hay cuadra que no tenga una pintada de Instituto. Increíble. Me gusta que se mantenga esa identidad.”
HDC: Estás en movimiento permanente, con varias presentaciones por mes. ¿Disfrutás del encuentro con el público?
IC: Sí, mirá: yo creo que, si me indulto por alguna excusa, después le agarro el gustito y no toco más. Por eso no paro. Me perdí cumpleaños, no estuve en la fiesta de quince de mis hijas. No he ido a los casamientos de mis hermanos porque la gente que se casa tiene la mala costumbre de hacer la fiesta los sábados y yo, los sábados, trabajo. Pero nunca faltó el pan en la mesa, así que no se pueden quejar.
HDC: Hay un costo…
IC: Llegar a cierto lugar es un privilegio, pero también exige. Pero la familia y los amigos, cuando van acompañando, entienden. Durante décadas dormía cien noches por año en hoteles. Ahora, cuando veo a alguien entrando con su valijita en un hotel, me da lástima. Por es eso intento alquilar un departamento, una casita, cuando estoy más de un día.He estado en hoteles súper lujosos, porque me los han garpado en la contratación, y pedir agua para el mate se convierte en un trámite burocrático, peor que en un ministerio. Esa supuesta comodidad, a mí, me incomoda.
Del éxito, la libertad y la responsabilidad
Con Ignacio Copani se puede hablar de todo. Más de cuarenta años de carrera le permiten abordar temas espinosos y marcar su postura con claridad.
Una de sus preocupaciones recurrentes tiene que ver con las formas de comunicación del presente, con la liviandad con que se expresan ciertas opiniones y sus efectos en el imaginario social, con la lógica del streaming, las redes y los trolls.
“Son tiempos distintos. Hubo momentos en que era un clamor popular eso de ‘Madres de la Plaza, el pueblo las abraza’. Ahora no lo es. Y si las Madres declaran que se detenga una matanza en algún lugar del mundo o una guerra, se multiplican los insultos en publicaciones, en las redes. Hay como una irresponsabilidad absoluta en esto de las nuevas tecnologías, en el uso de identidades falsas.”
HDC: Las reglas de la virtualidad parecen marcar la agenda política.
IC: Hay que animarse a plantearle a nuestros representantes que no puede ser esta ola de insultos anónimos, que cualquiera pueda tener veinte cuentas y hacer lo que se le dé la gana. No tiene que ver con regular la libertad de expresión sinocon la responsabilidad.
HDC: ¿En qué sentido?
IC: Fíjate que, últimamente, con lo del streaming, hay mucha gente que habita esos medios de comunicación y pasan cosas terribles. La excusa parecería ser que, como hacemos un streaming, estamos hinchando las bolas. Pero no es una reunión a puertas cerradas en el villar de la esquina.
HDC: En el streaming también se juegan los nuevos artistas. ¿Seguís a alguien?
IC: Escucho, sí, pero hay tantas cosas que no puedo degustar… Te invade permanentemente una lluvia de corazones. Hay algunos artistas muy jóvenes para prestarle atención y espero que el camino que han hecho con el freestyle, el trap y todo eso, sea un camino para llegar a tener una propuesta más superadora. En Wos, por ejemplo, veo eso, veo que cada vez tiene que agregar más a su propuesta, y lo viene haciendo.
HDC: Y en relación al compromiso social, ¿cómo ves la música?
IC: Yo lamento que en las nuevas tendencias haya tanta vanidad, que los artistas estén tan cerca de la peluquería y tan lejos de la revolución. Me gustaría que tuvieran un espíritu más solidario, más colectivo. Pero son gustos personales, no es una crítica a su trabajo profesional.
HDC: No es fácil tener éxito…
IC: Me acuerdo de una reflexión de Maradona que es terrible, de cómo se había sentido solo y el frío que hacía allá arriba. Pero bueno…Yo a alguna altura me pude subir y nunca me interesaron los caprichos de la estrella, el éxito porque sí. Puedo tener mi dosis de vanidad, y además mi laburo tiene que ver con que puedas trascender. Pero hasta ahí nomás.