Por años, muchos en América Latina repitieron la idea de que las grandes cumbres globales nacían inevitablemente en Nueva York, Londres o Davos. Que solo desde el llamado “primer mundo” podían surgir los formatos que definen tendencias, conectan con el poder y modelan el liderazgo.
Ignacio González, empresario y emprendedor uruguayo, jamás creyó en ese límite cultural. Su historia es, precisamente, la demostración de que los grandes escenarios pueden construirse desde donde nadie mira. Y que la ambición, cuando está acompañada de método, visión y disciplina, es una fuerza capaz de mover grandes masas.
González creció en un entorno en el que la curiosidad era su principal motor. Estudió Administración de Empresas en la Universidad ORT de Uruguay, una elección que, como él mismo explica, tuvo sentido desde el principio.
“Siempre quise hacer negocios y me parecía que era una carrera bastante generalista, que te abría un poco la perspectiva de diferentes mundos”, expresó en entrevista con Infobae.
La formación ejecutiva se convertiría en la columna vertebral de una trayectoria que luego abrazaría la producción, la comunicación y el entretenimiento.
Su paso por el Babson College, de Boston —uno de los centros más prestigiosos del mundo en materia de emprendedurismo— terminó de moldear su carácter.

“Fue una experiencia que me marcó muchísimo… El contexto te nivela para arriba o para abajo, te potencia o te desestimula”, recordó.
Allí conoció a jóvenes de India, Medio Oriente, Asia y Europa, que respiraban innovación, ambición y disciplina.
“Cuando estás en un contexto así, te obliga a ser mejor”, dijo.
“En nuestros países íbamos a la universidad y leíamos lo mínimo… allá todos leían hasta el último anexo de cada caso de negocios y sabían todo”, agregó.
Una de las anécdotas más reveladoras de Ignacio González ocurrió en Estados Unidos, cuando un ejecutivo de una plataforma global, lejos de desalentarlo, le lanzó un desafío que lo marcó: “Vos tenés que hacer la cumbre más grande del mundo hispano”, le dijo. González, sorprendido, preguntó: “¿Por qué hispano?”.
La respuesta fue todavía más provocadora: “Porque si lográs construir el mayor foro en español, vas a estar en condiciones de competir en cualquier escenario del mundo”.
“Gran parte de esa rebeldía y de ese impulso se ven ahora en la cancha”, aseguró.
De regreso en Uruguay, González llegó con una idea que parecía demasiado grande para un emprendedor de 23 años: crear un foro internacional de liderazgo que reuniera a las voces que moldean el mundo. Una plataforma que, a diferencia de los espacios tradicionales, no fuera exclusiva ni hermética, sino abierta a la gente, inspiradora y transversal.
“Siempre fui muy curioso de la vida de los demás, de consumir documentales y biografías… volví con la idea de armar un gran foro de líderes en América Latina”, contó.
Y lo hizo. La primera edición del America Business Forum (ABF) nació en un escenario atípico: un hangar del Aeropuerto Internacional de Carrasco, en Montevideo. Ese experimento inicial se transformaría en un fenómeno regional cuando el foro encontró su hogar natural en el Centro de Convenciones de Punta del Este.

En 2016, con apoyo público y privado, el ABF se institucionalizó oficialmente. El Ministerio de Turismo de Uruguay lo declaró de Interés Turístico Nacional, un reconocimiento que anticipaba lo que vendría: nueve ediciones, más de 50.000 participantes, más de 200 periodistas acreditados por año y cobertura en 21 países.
“La gente no se inspira necesariamente de gente igual a uno… es mucho más interesante entender otros ámbitos”, cuenta sobre la decisión de sumar cineastas, deportistas, actores, diseñadores, científicos y referentes culturales.
Así, por el escenario del ABF pasaron Natalia Oreiro, Marty Baron, Ágatha Ruiz de la Prada, Sophia la robot humanoide, Martín Migoya, Sergio “Maravilla” Martínez y muchas otras figuras.
Tras una década de consolidación regional, llegó el momento del salto más ambicioso: llevar el America Business Forum al corazón de uno de los epicentros de negocios del planeta.
“Después de diez años de hacer el foro en América Latina… empezamos a pensar en cómo convertir esto en la cumbre de líderes más grande del mundo”, explicó González en entrevista con Infobae.
Miami ofrecía todas las condiciones: capital latinoamericana y, a la vez, capital de un nuevo orden económico, deportivo y cultural.
El pasado 5 y 6 de noviembre, el Kaseya Center —hogar de los Miami Heat, con capacidad para cerca de veinte mil personas— se convirtió en el escenario de una producción jamás vista en la región.
El operativo, especialmente por la presencia del presidente de Estados Unidos Donald Trump, alcanzó niveles cinematográficos.
“Había francotiradores en la bahía, toda la ciudad cerrada… y a las dos de la mañana toman posesión de la arena”, recuerda.
“Parecía salido de una película de Hollywood”
El mandatario estadounidense estuvo a punto de cancelar su participación presencial. González lo cuenta como una anécdota que hoy relata con alivio:
“Recibimos un llamado de la Casa Blanca… ‘Existe la posibilidad de que esté de forma virtual’”. La presión era enorme. La expectativa, gigantesca. Pero la gestión personal y el acompañamiento de figuras clave lograron revertir la decisión.
El resultado fue histórico: la presencia de Donald Trump, Javier Milei, María Corina Machado, Lionel Messi, Jeff Bezos y decenas de líderes globales. Una convergencia improbable que consolidó a Miami como la capital mundial del liderazgo durante 48 horas.
Más allá de las personalidades, el Foro se transformó en un espectáculo multimedia: coreografías, música, pantallas gigantes, storytelling a la altura de los grandes shows internacionales.

“Al final del día esto es un gran show… está diseñado para que la gente no se quiera perder un segundo”, resume González.
A diferencia de Davos, Aspen o Milken —espacios más cerrados— ABF se concibe como un foro hacia la gente.
“Es una plataforma al mundo… les decimos a los invitados: ‘Si tuvieras que darle un mensaje al mundo de una hora, ¿qué dirías?’”.
“Queremos que este sea un espacio donde cada uno pueda compartir su verdad. Siempre decimos que no juzgamos a nadie, mantenemos una postura absolutamente neutral: esta es una plataforma para que todos puedan hablar. Incluso con invitados de ideologías y pensamientos distintos, resaltamos que ya existen demasiados lugares que nos dividen; nosotros queremos ser una plataforma para unir”, compartió González.
La próxima edición ya está en marcha.
“Miami va a ser nuestra casa por los próximos dos o tres años”, asegura. La meta es clara: atraer a Elon Musk, Altman, David Beckham, Tom Brady, Oprah y otras voces de impacto global.
“El liderazgo es un legado que va mucho más allá de un momento. Queremos inspirar desde el testimonio y la experiencia, que cada joven entienda que los límites son barreras mentales y que el acceso a grandes plataformas también puede ser latinoamericano”, concluye González, convencido de que el próximo gran protagonista puede surgir de cualquier rincón de la región.





