Unas 60 personas se hicieron presentes en el CURZA para participar del conversatorio, la gran mayoría estudiantes de las carreras de dicha sede, así como también fueron parte de la charla referentes y activistas de los pueblos originarios, docentes de provincia, miembros de la organismos de Derechos Humanos y militantes de izquierda. Durante aproximadamente dos horas se informó sobre ambos casos y se desarrolló un intercambio sobre las responsabilidad del estado y la lucha por justicia. Al final se hizo un llamado a las y los estudiantes a seguir tomando como propia las actividades de lucha y difusión de las hermanas de Ramiro así como en la ejemplar lucha que día a día da Cristina Castro por justicia para Facundo. Desarrollamos a continuación las principales ideas que destacaron las panelistas.
Leonella relató el minuto a minuto del 9 de febrero, día en que su hermano Ramiro murió tras ser detenido por la policía. Ese día, Ramiro asistió a un partido de fútbol de la copa de Campeones en Viedma, junto a la hinchada de La 268, al finalizar el partido festejó en la cancha, y luego no subió a los colectivos porque según sus amigos, regresaría en un auto. Allí esperó, como confirman la gente de seguridad de las canchas, hasta que decidió comenzar su regreso caminando. En esa vuelta, ingresó a un barrio privado, posiblemente buscando que alguien lo ayude a comunicarse con su familia, ya que no tenía celular.
Fue denunciado por un vecino solo por desconocerlo y la ropa que llevaba puesta, que no era otra que la que llevan todos los pibes de los barrios a la cancha: camiseta del equipo, zapatillas deportivas, visera y lentes de sol para aguantar el calor del verano. Allí es perseguido y detenido sin mayor resistencia, como atestiguan los vecinos del barrio y subido a un patrullero.
Aproximadamente veinte minutos después aparece muerto en la Comisaría 30 del barrio Guido, como certifica el SAME, con signos de haber sido brutalmente golpeado. La familia, que lo buscaba desesperadamente, se enteró de su muerte solo porque Leonella, empleada judicial, logró acceder a información oficial. Desde entonces, Leonella y Guillermina, querellantes de la causa, junto a su familia y amigxs, luchan porque la justicia les pueda explicar qué es lo que pasó con Ramiro desde que a él lo cargan en el patrullero en el km 9 hasta que termina sin vida en la puerta de la comisaría n°30 del barrio Guido. Que se esclarezcan los hechos, que se termine el encubrimiento y justicia para Ramiro.
En la intervención Cristina Castro señaló que en el relato de las hermanas de Ramiro lo que nota son muchas coincidencias con lo que le sucedió a su hijo Facundo y a otros casos de violencia institucional. Señaló que hay un patrón común entre la bonaerense y la policía de Río Negro: luego de perpetuar un asesinato los “ensucian” con discursos de estigmatización, tal como lo hicieron con Ramiro mintiendo sobre un supuesto robo o el caso de su hijo en el que llegaron a inventar que vendía droga.
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En relación a esto mencionó el odio racial que existe en todas las fuerzas policiales sobre la juventud, sobre todo en los momentos donde los pibes se sienten con mas libertad como es ir a una cancha. Habló del racismo de “la gorra” sobre nuestros “negritos” que usan “visera”. Y señaló que es momento de que las hermanas de Ramiro, “que son unas leonas”, logren repercutir en los medios nacionales.
En lo que respecta a la situación de su causa contó como a 5 años siguen en etapa de instrucción porque no quieren ni siquiera liberar los patrones de los celulares de los policías implicados. Llamó a todo el auditorio, la gran mayoría jóvenes, a que acompañen a las hermanas de Ramiro como se hizo por Facundo, haciendo murales, marchas, usando las redes.
En una segunda intervención señaló su experiencia con el Presidente Alberto Fernández y el Minsitro de Seguridad de ese momento en el primer gobierno de Kicillof, Sergio Berni; para señalar la importancia de decir que “el estado es responsable”, porque tanto en el poder judicial como en el política hay complicidad y si no se los investiga o no se los aparta, hay una gran cadena de encubrimientos.
Al finalizar la charla, desde la agrupación En Clave ROJA se apeló a todos los presentes a seguir siendo parte activa de las siguientes jornadas de lucha que están convocando los familiares y amigos de Ramiro; y se apeló a que el grito de “universidad de los trabajadores” se haga carne en las aulas, organizando la lucha por justicia por pibes como Ramiro o Facundo, hijos de la clase trabajadora que no pudieron estudiar o cumplir sus sueños por ser víctimas de la violencia policial.