En una frontera donde cada diferencia de precios se siente en las góndolas, los talleres y los comercios, la carga impositiva de la Nación se ha convertido en uno de los mayores obstáculos para la economía misionera. Según un informe de las cámaras metalúrgicas nacionales, los productos fabricados en Argentina soportan una carga tributaria promedio del 32%, el doble que en Brasil (15%) y México (16%), generando una desventaja estructural que afecta de lleno a las provincias fronterizas como Misiones.
La comparación entre ambos países revela un contraste difícil de sostener para los productores locales. Mientras una estructura metálica paga en Argentina un 40% en impuestos, en Brasil tributa solo 18%, y en México 15%. En el caso de una sembradora o una tolva, la carga impositiva nacional alcanza 33% y 30% respectivamente, frente a 15% y 13% del país vecino.
Los ejemplos más cotidianos también reflejan la brecha: una heladera producida en Argentina soporta un 26% de impuestos en la puerta de fábrica, mientras que en Brasil la carga es del 12%. En un contexto de apertura de importaciones y liberalización del comercio, esa diferencia se traduce directamente en pérdida de competitividad, caída de ventas y riesgo de empleo para las pequeñas y medianas industrias misioneras.
Una frontera sin protección
Para los empresarios locales, la decisión del Gobierno nacional de eliminar el Impuesto PAIS y habilitar el ingreso irrestricto de productos extranjeros agrava una situación que ya era frágil. “Sin medidas de protección, Misiones queda completamente expuesta a la competencia brasileña, que produce con menor presión fiscal, energía más barata y una moneda devaluada”, advierten desde las cámaras provinciales.
En la práctica, la frontera seca de 300 kilómetros que separa a Misiones de Río Grande do Sul y Santa Catarina funciona como un termómetro inmediato: los precios brasileños cruzan el río en minutos, mientras los industriales y comerciantes misioneros venden cada vez menos.
“Con este esquema impositivo, una fábrica argentina debe ser un 10% más productiva solo para empatar los costos con Brasil”, señala el estudio metalúrgico. Pero en la mayoría de los casos, esa brecha es imposible de compensar, y las PyMEs locales terminan perdiendo mercado frente a productos importados o brasileños que llegan a menor precio y con mayor financiamiento.
Los que frenan la industria
El documento elaborado por las cámaras nacionales -que agrupan a fabricantes de maquinaria agrícola, acoplados, autopartes, línea blanca y electrodomésticos- detalla que un tercio de los tributos argentinos son “impuestos distorsivos”: Ingresos Brutos, Sellos, Débitos y Créditos y tasas municipales. Se trata de gravámenes que no existen en los países vecinos y que se acumulan a lo largo de la cadena productiva, encareciendo el producto final.
En el caso de un acoplado, el 33% del precio de fábrica corresponde a impuestos, y más de la mitad de ellos son distorsivos. Un termotanque tributa 31% frente a 15% en Brasil, y una cocina 30% frente a 13%.
En todos los rubros, la distancia impositiva deja en clara desventaja al producto argentino, incluso antes de sumarle el IVA.
A nivel nacional, las cámaras alertan que el 44% del precio final de los bienes metalúrgicos son impuestos, una proporción que, en mercados competitivos y abiertos, resulta insostenible.
Misiones, la más afectada
El impacto de esta estructura tributaria es mucho más grave en Misiones que en otras provincias del país. La economía misionera -basada en PyMEs industriales, comercios fronterizos y servicios locales- compite directamente con ciudades brasileñas, donde los costos de producción y comercialización son sustancialmente más bajos.
A esto se suma el atraso cambiario y la devaluación del real, que hacen que para los consumidores brasileños sea barato comprar en su país y para los misioneros, imposible competir.
La apertura de importaciones dispuesta por la Nación no hace más que profundizar esta asimetría, ya que permite el ingreso de productos manufacturados brasileños o chinos a precios imposibles de igualar.
El reclamo empresario
La Unión Industrial Argentina (UIA) y las cámaras del sector vienen reclamando una reforma fiscal urgente que reduzca la carga impositiva y elimine los tributos distorsivos, al menos en las zonas de frontera. Plantean que, sin una política de desarrollo regional y sin incentivos a la producción local, el país seguirá perdiendo empresas y empleos.
En Misiones, donde la frontera no es una línea sino una convivencia diaria, la desigualdad impositiva se siente en cada taller y en cada PyME. Brasil protege su industria; Argentina la expone. Esa es la asimetría que hoy pesa sobre la provincia y que, de no revertirse, amenaza con profundizar el vaciamiento del comercio y la producción misionera.