«Al final el gobernador (Axel Kicillof) puso a la Policía y no liberó la zona», dijo pasadas las 18.30 uno de los principales candidatos libertarios al ingresar al club Villa Angela, de Moreno. Es que el operativo de seguridad resultó formidable -incluyo fuerzas federales, bonaerenses, cuerpos de élite y hasta agentes municipales- pero no pudo evitar que se produjeran desmanes entre manifestantes libertarios o otros que repudiaban la presencia de Javier Milei en el distrito. Eran militantes y vecinos que arrojaron pedradas, hubo al menos un cronista herido, huevazos contra «encapuchados» a los que acusaron de infiltrados y luego se cruzaron a golpes e insultos con las columnas de militantes violetas.
Desde las 17 un grupo de vecinos y militantes kirchneristas se apostaron en la esquina de ruta 23 y Magallanes para repudiar el acto de cierre de campaña de LLA en un distrito históricamente gobernado por el peronismo. La temprana advertencia de la intendenta Mariel Fernández, de no movilizar para no generar incidentes que hicieran «victimizar» a un Gobierno envuelto en controversias, dio un relativo resultado.
Es que el grupo opositor al acto se mostró tenaz en su accionar e incluso se corrió unos 100 metros, hasta el cruce de la ruta con la calle Pinzón, para hacer saber su malestar por el ingreso del Presidente en la cápsula de seguridad. En esa situación resultó agredido Cristian Mercatante, ex participante del reality show El Bar y actual notero de la señal América TV, que fue impactado por un piedrazo cuando entrevistaba a uno de los encapuchados que suspicazmente se ubicaron al lado del cordón de gendarmes que protegía ese ingreso.
En ese momento, cuando ya se pronunciaban los discursos en el escenario montado en el predio de la localidad morenense de Trujuy, los manifestantes pedían que se retiraran esos desconocidos, a los que calificaban de «infiltrados«. Una versión no confirmada indicaba que se trataba de barras adscriptos a una facción de River Plate que reportaría al «Nene» Vera, diputado provincial y coordinador de LLA para la primera sección electoral.
A la salida del acto, pasadas las 20,30, otros jóvenes en bicicleta volvieron al lugar y arrojaron proyectiles contra la cápsula que trasladaba a Milei hasta la Quinta de Olivos, paso obligado para luego llegar al Aeroparque metropolitano donde abordará el avión presidencial en su gira a los Estados Unidos. También se registraron unas últimas corridas en el predio morenense.
La tensión durante toda la tarde no cesó sobre esos 200 metros a lo largo de la ruta 23. Pero el fuerte operativo impidió que los incidentes pasarán a mayores: se desplegaron fuerzas de la Bonaerense, -que incluyeron al Grupo de Prevención Motorizado-, escuadrones de Gendarmería -incluido el grupo Alacrán con un camión fuertemente equipado y todo terreno-, personal de la PSA dentro del estadio para cacheo y seguridad privada.
Afuera del club, intentado controlar el caótico tránsito sobre la ruta, personal municipal paraba el andar de colectivos y autos impidiendo que se llevaran puestos a los militantes anti-Milei que protestaban; un grupo reducido portaba una bandera de Palestina que pasados los minutos fue «convenientemente» retirada del lugar. Recién a las 19.20, poco antes del arribo del jefe de Estado, se cortó el tránsito.
Durante unas cuatro horas hubo corridas, pedradas, botellazos y huevazos pero ningún incidente pasó a mayores. Poco antes del cierre del discurso presidencial, jóvenes arrojaron una bomba de estruendo que impactó sobre un carro de asalto de Gendarmería apostado sobre el ingreso por Magallanes. Tras la reacción de los uniformados, volaron otras piedras.
Algunos vecinos portaban carteles para manifestar su rechazo a la presencia de los líderes libertarios; «Milei la coima de tu hermana» o «Milei sos la muerte»; otros entonaban canciones agresivas hacia el mandatario :»Milei, basura, vos sos la dictadura». Se vivieron situaciones bizarras, como que algunos agitadores entonaran el himno nacional luego de arrojar la bomba de estruendo contra el carro de Gendarmería o un chico de no más de 11 años haciendo «willy» con su bicicleta en medio de las escaramuzas.
Tampoco el clima de tensión impidió que aparecieran vendedores ambulantes: se ofrecían bolas de fraile y churros, sandwiches de milanesa y hamburguesas en improvisadas parrillas. No se ofreció, en cambio, cotillón libertario: los asistentes al acto ya portaban remeras violetas y banderas que combinaban ese color y el del estandarte de Argentina.
Es que el otro dato de la jornada fue el fuerte operativo de traslado militante que realizaron los punteros de LLA que trabajan para el armador Sebastián Pareja. Se alquilaron micros escolares y de todo tipo para movilizar vecinos de distintas barriadas: Un grupo proveniente de Tigre, integrado por mujeres, niños y jóvenes con remeras de Nueva Chicago, fue uno de los últimos en ingresar al predio.
