Un análisis reciente de la consultora LCG expuso un incremento del 1,2% en los precios de alimentos y bebidas durante la primera semana de enero. Esta suba marca un cambio significativo, ya que en el último tramo de 2024 no se habían registrado variaciones en estos productos, que se comercializan principalmente en supermercados. Los incrementos más destacados se dieron en aceites, con una suba del 6,8%, y condimentos, que aumentaron un 5%.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) tiene previsto publicar el próximo 14 de enero el último dato inflacionario de 2024, con expectativas de que el porcentaje comience con un “2” o incluso menos. Sin embargo, el comportamiento de los precios de alimentos y bebidas en los primeros días del año pone en duda estas proyecciones, dificultando los planes del Gobierno de mantener la inflación por debajo del 3% mensual en 2025.
El estudio de LCG también destacó que más del 45% del incremento semanal fue impulsado por bebidas, cuyo aumento fue tres veces mayor al promedio. No obstante, esta suba fue parcialmente compensada por una caída en el precio de verduras, que registró una baja del -5,7%. Otros rubros que mostraron incrementos fueron bebidas e infusiones para el hogar (4%), productos de panificación, cereales y pastas (2,7%), y carnes (1,2%). Por otro lado, frutas (-1,7%) y lácteos (0,1%) mostraron variaciones menos significativas o incluso negativas.
Otro dato relevante del informe es la reducción en la cantidad de productos sin cambios de precio, que cayó 15 puntos porcentuales en una semana, alcanzando el 71% del total relevado. Este panorama inflacionario podría generar tensiones en las metas económicas del Gobierno, ya que el control de precios en el sector alimenticio es clave para mantener la estabilidad de los indicadores macroeconómicos.