Índice de ira de la semana 14: Por qué Notre Dame merece el beneficio de la duda

No hablamos lo suficiente sobre la suerte en los deportes.

Es razonable querer creer que el mejor equipo siempre gana, que el resultado de un partido es la recompensa por un mejor proceso, que, al final, todos obtenemos lo que merecemos.

Pero luego ves 10 minutos de Estado de Florida fútbol y es imposible negar que hay dioses del fútbol trabajando y que pueden ser tremendamente vengativos.

Y así es que, a estas alturas de la temporada, la clasificación de los playoffs de fútbol universitario todavía depende, en gran parte, de un punto extra fallido al final del partido Notre Dame-Texas A&M.

Podemos mirar hacia atrás miamiel juego contra SMU el 1 de noviembre, un partido que, faltando 2 minutos para el final, los Canes tenían un 90% de posibilidades de ganar, según las métricas de ESPN, y lo consideran una mala derrota, luego, una semana después, ver Oregón (con menos del 40% de posibilidades de vencer a Iowa con 2 minutos restantes) lograr una remontada y convertirla en un punto crítico en el currículum de los Ducks.

Alabama casi se duplicó Oklahomayardas pero perdidas, Vieja señorita cedió 526 yardas a Arkansas y ganó, Georgia Ha estado por detrás en la segunda mitad cinco veces este año, pero solo tiene una derrota.

Estas cosas suceden, y si bien hay datos claramente valiosos involucrados (Georgia gana esos juegos, porque los Dawgs son realmente buenos) cada vez que discutimos el tamaño de una muestra de un juego, hay espacio para un amplio debate sobre lo que importa y lo que no.

El trabajo del comité es contrarrestar la inconstancia de la suerte con un proceso de evaluación calculado, racional y repetible que, si lo aplicaran una y otra vez docenas de personas diferentes, arrojaría en gran medida los mismos resultados; algo parecido a pruebas científicas, una forma de filtrar el ruido y llegar a lo más importante. «El proceso», como lo han llamado todos, desde Nick Saban hasta Michael Lombardi.

Y, sin embargo, es difícil decir exactamente cuál es realmente el proceso del comité. Incluso cuando se explica (Miami no está en el mismo grupo que Notre Dame, por lo que no se pueden comparar directamente, por ejemplo), la lógica a menudo se desmorona ante el más mínimo escrutinio.

En cambio, el comité ha dependido principalmente de su propia suerte, y cada año, cuando se revelan las clasificaciones finales, los 13 juegos jugados en el campo brindan suficiente claridad para que la gente más razonable proclame que el comité hizo las cosas bien, salvo por el recordatorio ocasional a Florida State de que, sí, los dioses del fútbol no son fanáticos de los Seminoles.

Este año, sin embargo, es cada vez más probable que se le acabe la suerte al comité.

Nos queda un fin de semana completo de juegos. Hay razonablemente 16 equipos que defenderán por qué deberían ganar uno de los siete codiciados puestos generales. Sin un poco de suerte en la Semana 14, el comité tendrá que tomar decisiones increíblemente difíciles.

Y eso significa que nos queda mucha indignación para enviar al comité.

1. Pumas de BYU (10-1, núm. 11)

La semana pasada pareció ser la cúspide del mayor debate sobre rankings: ¿Notre Dame o Miami?

El argumento aquí es fácil de entender. El comité siempre ha tenido a los irlandeses muy por delante de los Hurricanes, a pesar de que ambos equipos tienen el mismo récord y Miami tiene una victoria cara a cara.

¿Pero sabes qué es aún más fácil de entender? BYU tiene un mejor historial que ambos.

De hecho, veamos algunos currículums.

Equipo A: Mejor victoria contra SP+ No. 19, siguiente mejor contra No. 21. Derrota ante SP+ No. 2. Dos victorias contra equipos 7-4 o mejor. Fuerza número 5 del récord.

Equipo B: Mejor victoria contra SP+ No. 9, siguiente mejor contra No. 25. Derrota ante SP+ No. 3. Seis victorias contra equipos 7-4 o mejores. Número 6 de fuerza récord.

Ambos parecen equipos de playoffs bastante obvios, ¿verdad?

Bueno, el Equipo A acaba de subir un lugar en la clasificación, parece seguro no sólo de llegar a los playoffs, sino también de albergar un partido en casa, y nadie parece estar discutiendo sobre su lugar en la clasificación. Ese es Oregón en el puesto número 6.

El equipo B sería actualmente nuestro primer equipo en salir, un equipo con un currículum que muestra victorias igualmente impresionantes, una derrota igualmente comprensible y una variedad mucho más impresionante de oponentes de calidad. Y, sin embargo, nadie parece discutir mucho tampoco sobre el lugar de BYU en la clasificación.

¿Por qué los Cougars (el equipo olvidado de una sola derrota con una victoria mejor posicionada que Oregon o Notre Dame y una derrota mejor que Alabama u Oklahoma) se ubican en el puesto 11 y a nadie parece importarle?

Nos sentimos frustrados por la ubicación de Miami. Hay mucha ira para todos. Pero no permita que BYU se pierda en la confusión. El currículum de los Cougars se mantiene frente a todos los equipos con dos derrotas y está a la par de Oregon y Ole Miss. De alguna manera, el comité, y casi todos los demás fuera de Provo, parecen estar ignorándolo.

2. Notre Dame luchando contra los irlandeses (9-2, núm. 9)

Espera, ¿realmente estamos defendiendo a Notre Dame aquí? Oye, alguien tiene que hacerlo.

Echemos un vistazo más de cerca a los irlandeses, que se han convertido en el saco de boxeo de todos los aficionados frustrados con las clasificaciones del comité.

En este momento, Notre Dame es efectivamente el golfista que terminó su ronda temprano y está esperando en la casa club, esperando que nadie más haga demasiados birdies. Los irlandeses están a salvo en el campo, y sólo queda en la agenda un viaje por carretera a la humilde Stanford.

Pero a medida que las clasificaciones del comité se mantienen estables semana tras semana, ha habido cada vez más tiempo para debatir los méritos del currículum de Notre Dame, y cuando llegamos al final de la semana del campeonato, es difícil ignorar que un equipo que aspira a un puesto en los playoffs en realidad no juega en una conferencia.

Entonces, ¿Notre Dame realmente merece el beneficio de la duda?

En resumen: diablos, sí.

Los irlandeses tienen cinco victorias contra oponentes elegibles para el tazón, más que Georgia, Ole Miss, Vanderbilt o Texas Tech.

Ambas derrotas de Notre Dame fueron asuntos de una sola posesión contra oponentes del top 12. La derrota ante Texas A&M se debió a una casualidad, ya que los irlandeses fallaron un punto tras otro intento.

El control del juego de Notre Dame (una estimación tan buena como la que tenemos para el examen de la vista) coloca a los irlandeses por delante de todos menos de Ohio State, Indiana, Texas Tech y Oregon.

En cuatro juegos desde el 1 de noviembre, Notre Dame venció a sus oponentes por un marcador combinado de 181-42, atacando tan duramente a Syracuse en la Semana 13 que Fran Brown podría no ducharse durante un mes.

Mire cualquiera de las métricas subyacentes: tasas de juego explosivas, tasas de paradas defensivas, Jeremías amor Las tarifas son increíbles, y Notre Dame es tan buena como cualquier otra en el país.

Entonces, sí, tenemos los debates más lógicos sobre la victoria de Miami en la Semana 1 o el calendario general superior de Alabama, pero la conclusión es que, fuera de Ohio State, probablemente no haya ningún equipo en el país que juegue un fútbol mejor y más equilibrado que los irlandeses. Probablemente esa no debería ser la única consideración, pero mientras debatimos a qué equipos se les deberían quitar algunos puntos en la clasificación, Notre Dame probablemente tampoco debería estar al frente de la fila.

3. Huracanes de Miami (9-2, núm. 12)

Sí, Miami tiene un buen argumento en contra del tratamiento que el comité dio a los huracanes. El comité también parece reconocer que se subestima a Miami desde el principio, y se está adaptando moviendo lentamente a los Canes un lugar cada semana, con la esperanza de que eso sea suficiente para apaciguar a las masas.

Pero he aquí una pregunta: ¿Qué pasaría si el verdadero problema de Miami fuera con el ACC, no con el comité?

Durante cada uno de los últimos dos años, ha habido un consenso generalizado de que el mejor equipo de ACC es Miami. Pero, salvo que se produzca un caos verdaderamente de alto nivel en la Semana 14, algo que la ACC puede proporcionar, los Canes no volverán a jugar por un campeonato de conferencia.

Cuando las ligas eran más pequeñas y tenían dos divisiones, la idea de enfrentar a un campeón de división contra otro tenía sentido intuitivo. Pero con la expansión y el fin del juego divisional, lo que hemos obtenido es una programación tremendamente diversa y la posibilidad de que se produzcan desempates confusos para decidir en última instancia qué dos equipos jugarán por un título de conferencia.

En el Big Ten y la SEC, donde ganar la liga no es una cuestión de vida o muerte, eso está bien. En la ACC, donde sólo el campeón podría obtener una candidatura a los playoffs y existe una posibilidad real de que seis equipos diferentes empaten en la cima de la conferencia con un récord de liga de 6-2… bueno, ese es un gran problema.

Entonces, ¿por qué no simplemente modificar las reglas sobre cómo se selecciona un juego de campeonato de conferencia? ¿Qué pasa si un lugar es para el equipo con el mejor récord de la conferencia y el otro lugar es para el siguiente equipo mejor clasificado? Hacerlo aseguraría que tanto el equipo más merecedor (mejor récord) como el mejor equipo (mejor clasificado) tuvieran una oportunidad, y habría terminado con cualquier preocupación sobre la aprobación del ACC por varias ligas del Grupo de 5, porque un equipo mediocre como Duke no habría tenido ninguna posibilidad de ganar la liga.

El ACC ha hecho todo lo posible para tratar de encontrar soluciones únicas a problemas potencialmente existenciales en los últimos años. Este es un cambio que sería progresista, fácil y beneficioso para las perspectivas de playoffs de la liga.

Simplemente no llegará a tiempo para salvar a Miami en 2025.

4. Ola verde de Tulane (9-2, núm. 24)

¿Recuerdan la semana pasada cuando Tulane también ocupaba el puesto 24, justo por delante del estado de Arizona y detrás de Illinois, Houston y Missouri, quienes perdieron? Podría parecer razonable, dada esa condición previa, que Tulane ascendiera, digamos, tres puestos aproximadamente, sin dejar de mantenerse un poco por delante del estado de Arizona.

Pero no, una semana después, la Ola Verde todavía se ubica en el puesto 24, un lugar que el comité parece haber reservado como «donde colocamos un equipo del Grupo de 5», como el cajón de basura de tu cocina que contiene cinta de embalaje y velas de cumpleaños y esos extraños aceites perfumados que tu suegra te pidió en la televisión: un marcador de posición para todas las cosas con las que no sabes qué más hacer.

En términos generales, probablemente no importe. Mientras Tulane se mantenga por delante de sus compatriotas en el Grupo de los 5 (ganando al estadounidense y superando a James Madison), la Ola Verde llegará a los playoffs. Y quizás eso sea todo lo que importe.

Pero de los equipos que superaron a Tulane en la clasificación esta semana están Arizona State, todavía con posibilidades de ganar el Big 12, y tanto Pitt como SMU, que tienen probabilidades decentes de llegar al juego por el título de la ACC. Georgia Tech, a pesar de una miserable derrota ante Pitt, también se mantuvo firme antes de la Ola Verde.

Hace un año, la implosión del juego de campeonato de la ACC le valió a Clemson una oferta para los playoffs, pero también colocó a la ACC detrás de Boise State, el mejor campeón del Grupo de 5, lo que permitió a los Broncos obtener un descanso. Lo que está en juego ha cambiado para 2025-26: los cuatro mejores campeones de la conferencia ya no tienen garantizada una semana libre, pero eso no significa que Tulane tampoco deba conformarse con el puesto 12.

El historial de Tulane está por delante del de Georgia Tech, Virginia y Pitt. Si uno de esos equipos reclama el puesto en los playoffs de la ACC, ¿cuál es la razón para ponerlo por delante de la Ola Verde? Y la diferencia entre el puesto 11 y el puesto 12 podría estar en viajar a la SEC o al Big 12 para un partido de playoffs.

Este comité ha dejado de lado al Grupo de los Cinco durante todo el año, por lo que nada de esto es una sorpresa. Pero Tulane –o JMU o Navy o North Texas o San Diego State– merecían ser juzgados por los méritos de su currículum, no por la conferencia a la que están afiliados.

5. Diáconos demoníacos de Wake Forest (8-3, sin clasificar)

La parte inferior del top 25 parece ser un lugar privilegiado para el ACC, pero el único equipo de ACC que más podría merecer uno de esos codiciados lugares entre el 20 y el 25 no se encuentra por ninguna parte.

Wake Forest tiene el mismo récord que SMU y venció a los Mustangs cara a cara.

Wake Forest tiene un currículum general mejor que Georgia Tech, y solo perdió (en tiempo extra) como resultado de una decisión arbitral por la que ACC se disculpó más tarde.

Wake Forest está un juego detrás de Virginia en la clasificación, y los Deacons tienen una victoria cara a cara sobre los Cavaliers No. 18, t y.

Mira, Wake Forest no pide mucho. Los Deacons son como el amigo que siempre está dispuesto a recogerte en el aeropuerto, sólo que mejor porque probablemente traerán una caja de Krispy Kreme. Entonces, si algún equipo de ACC al que nadie respeta va a ocupar el puesto 23 de todos modos, ¿por qué no Wake? Porque la próxima vez que la conexión de un miembro del comité se retrase fuera de CLT, Pitt no se ofrecerá a recogerlo y darle un colchón de aire para que se duerma. Eso es estrictamente una cosa de Wake Forest.

También enojado esta semana: James Madison Duques (10-1, sin clasificar), Verde medio del norte de Texas (10-1, sin clasificar y ahora perdiendo a su entrenador), Guardiamarinas de la Armada (8-2, sin clasificar), Utah Utes (9-2, No. 13 después de ser el equipo de esta semana que de alguna manera ya no es tan bueno como Miami), Marea carmesí de Alabama (9-2, No. 10 y demasiado cerca del borde de los playoffs para estar cómodo)