La decisión del gobierno de Javier Milei de abstenerse en la votación de la ONU que exigía la retirada “inmediata y sin condiciones” de las tropas rusas de Ucrania generó un fuerte rechazo en el arco opositor. A pesar de la postura argentina, la resolución fue aprobada con 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones. Desde distintos sectores políticos criticaron la medida, considerándola un alineamiento con los intereses de Donald Trump y una contradicción con los valores de libertad que Milei dice defender.
El presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, calificó la abstención como “una vergüenza” y afirmó que representa “una clara renuncia a los principios y valores de la libertad”. En la misma línea, el senador Martín Lousteau la definió como “un papelón” que valida la invasión rusa y demuestra un “seguidismo infantil de Trump”. La diputada radical Karina Banfi agregó que la falta de una política exterior clara deja a Argentina “pedaleando en el aire” y la aleja de sus propios intereses estratégicos.
Desde el Congreso, algunos legisladores impulsan iniciativas para que el Poder Legislativo se exprese en apoyo a Ucrania. Ferraro pidió que el Grupo Parlamentario de Amistad con Ucrania convoque a una reunión urgente para fijar una postura institucional. Por su parte, la diputada Mariana Zuvic alertó que la abstención debilita la posición argentina en la disputa por Malvinas, al no condenar la ocupación de territorios soberanos por parte de potencias extranjeras.
El rechazo opositor a la decisión del Gobierno se enmarca en un debate más amplio sobre el rumbo de la política exterior argentina. Mientras Milei insiste en fortalecer la relación con Estados Unidos y Occidente, su postura en la ONU dejó dudas sobre la coherencia de su estrategia. “Pasó de querer competir con Trump a ser su primer alcahuete”, sentenció el diputado Juan Manuel López, reflejando el malestar de un sector que considera que la neutralidad en este tema es un grave error geopolítico.