Si se comparan los datos del Censo Nacional de Población con los de la última Encuesta Anual de Hogares (EAH), que permitió censar mascotas, hoy en los hogares en la Ciudad viven más perros y gatos que chicos. Pero así como está el «gusto», está la responsabilidad y el costo de tenerlas. Uno se encareció particularmente: el de la salud veterinaria.
Cada vez más dueños en Argentina dejaron de llevarlos a las veterinarias de barrio y los pasaron a la atención pública. Una minoría, directamente, eligió contratarles una «prepaga».
En los últimos dos años, en el sector impactó un aumento significativo en el presupuesto sanitario destinado a estos «miembros más» de las familias. Si bien no hay una «inflación Pet» oficial, tanto las consultas como los medicamentos o tratamientos adicionales aumentaron al ritmo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), y a los especialistas les preocupa la caída de la vacunación.
«Hace un mes, mi perra, que tiene insuficiencia renal, fue atendida de urgencia. Estaba en estado crítico, pero lograron estabilizarla. En este hospital no cuentan con internación, pero te entregan los materiales para que puedas cuidarla en casa. La atención de los profesionales es maravillosa, muy cálida, y los costos son accesibles”, dice a Clarín Liliana, que volvió para un control en el Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria de la UBA.
La atención en ese centro público porteño -donde si no es por guardia no se atiende sin turno, y todos los servicios son arancelados- está en lo más alto del prestigio de la veterinaria. No dan abasto con la cantidad de nuevos pacientes.
El sistema de turnos es online (requiere hacerse un usuario). Todos los días a las 12 se habilitan nuevos espacios de consultas clínicas, que permitirán llevar a las mascotas en las 24 horas siguientes.
Las cirugías, también con turno, y los estudios complementarios (radiología, histopatología y laboratorio) únicamente se pueden solicitar una vez que exista una derivación de un veterinario de ese hospital. Las demoras en la sala de espera no bajan de un promedio de 3 a 4 horas.
Una consulta cuesta $ 9.000, mientras que en una clínica privada puede valer entre $ 30.000 y $ 40.000. Los estudios de sangre, los más completos, entre $ 25.000 y $ 28.000, contra los $ 40.000 de arranque en el sector privado. Las internaciones en hospitales privados tienen un valor promedio de $ 136.000 por día, y se cuentan a partir de las 5 horas de ingreso de la mascota.
«Por tres radiografías pagué $ 23.000, y las ecografías cuestan menos de $ 20.000. Y los insumos para la internación domiciliaria tienen precios hospitalarios, muy baratos«, detalla Liliana.
Muy cerca de esa perra están Adriana y Víctor Bueno. Llevaron a analizar el tumor que la «perrhija» de ambos -una mestiza de 15 años y 35 kilos- tenía en un pata. Los resultados de la biopsia van a estar en un mes.
“Lo traje acá justamente porque me mandó la veterinaria, para ver si era maligno o benigno”, explica Víctor. La operaron en el Instituto Pasteur, que también es público en la Ciudad y totalmente gratuito. En el hospital de la facultad les cobraron $ 12.000 por el análisis. “En un privado cuesta como $ 100.000, así que nada en comparación”, marca.
Antes de la cirugía, tuvieron que realizarle estudios previos, como una ecografía y un electrocardiograma, que en un centro privado les cobraron $ 40.000 por cada uno.

Muy lejos de los gastos adicionales, como peluquería, correas y pretales con luces o juguetes importados, y a un costado del alto valor del alimento balanceado premium según la raza o la mordida, está el gasto de la limpieza de dientes, que no es por estética sino por salud dental, para evitar infecciones.
Silvia, que está en la sala de espera, llevó a Rocco, también mestizo, por ese servicio odontológico.
«Comparé precios y, como mi papá es jubilado, tengo un descuento del 50%. La limpieza de dientes me costó $ 80.000 (son $ 120.000 sin el descuento, y en una veterinaria no baja de $ 200.000). También le hicieron estudios generales, como ecografía y análisis de sangre, que rondaron los $ 15.000, pero con mi descuento pagué $ 7.800», cuenta a Clarín.
El valor de la prepaga «pet»
Entre las opciones de «obras sociales para animales», el promedio va de los $ 16.000 mensuales, una cobertura mínima de una consulta, hasta los $ 45.000, que incluye limpieza de dientes e internación. En el segundo caso, ese plan más alto veterinario es más costoso que el más bajo de una de las prepagas para personas más económicas del país: como referencia, el plan individual de Sancor Salud está $ 20.482 por mes.
Las castraciones de perros y gatos en el sector privado, según el barrio de la Ciudad donde esté la veterinaria, van de los $ 150.000 a los $ 250.000. En este punto, la Provincia de Buenos Aires fue el distrito en el que mayor traspaso hubo hacia la atención pública.
«Hay mayor demanda social de atención de las mascotas en los centros municipales o estatales. Desde la pandemia se notó ese incremento gradual, pero cuando hay crisis económica aumenta exponencialmente. Es cíclico», dice a Clarín el veterinario Gustavo Martínez, ex jefe de Zoonosis Urbanas de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud bonaerense.
En cambio en la Ciudad, según detallaron a este diario desde la Dirección General de Sanidad y Cuidado Responsable de Caninos y Felinos Domésticos, que depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, entre 2023 y 2024 la demanda de castraciones en las Unidades Móviles, que recorren las 15 comunas, y los centros fijos (en ambos casos son totalmente gratuitas), mostró un leve descenso: se pasó de 25.894 a 21.934 al año.
Pero el alza se está haciendo notar este año. Sólo durante el viernes pasado se entregaron 146 turnos, y en el operativo móvil de Boedo, uno de los más concurridos, se asignaron 73.
Si bien aún no hay datos de 2025, preocupa la baja en la vacunación antirrábica, que también en CABA es absolutamente gratuita y en las veterinarias arranca en $ 25.000. Mientras que en 2023 se vacunó gratuitamente a 38.743 mascotas, el año pasado la cifra cayó a 33.224.
En la Ciudad hay dos Centros Fijos Veterinarios, uno en Villa Soldati en el Parque Indoamericano (Av. Escalada y Paseo Islas Malvinas) y el otro en Costanera Sur (Av. Dr. T. Achával Rodríguez 1550). Para las castraciones se debe concurrir con mascotas de más de 6 meses, con chapita y correa en el caso de los perros, y en transportadoras si se trata de gatos.
Colaboró: Bárbara Almeida Melemenis
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