El progreso en materia de desarrollo en América Latina y el Caribe (ALC) está bajo presión. La región atraviesa un panorama complejo, caracterizado por una creciente incertidumbre, crisis recurrentes y superpuestas; y múltiples agravantes interrelacionados, como las tecnologías en rápida evolución, la profundización de la fragmentación social y un clima cada vez más cambiante.
Estos factores han dejado al descubierto profundas vulnerabilidades en la trayectoria de desarrollo de la región, lo que pone en tela de juicio su capacidad para mantener y avanzar el desarrollo humano.
Este informe sostiene que replantear las estrategias de desarrollo con la resiliencia como eje central no solo es beneficioso, sino imprescindible para construir un futuro en América Latina y el Caribe, en el que se pueda garantizar y potenciar el desarrollo humano de forma sostenible.