Alec Luhn, un periodista estadounidense especializado en clima y un experimentado excursionista, nunca imaginó que su última aventura se convertiría en una lucha por salvar su vida.
En julio, Luhn y su esposa, Veronika Silchenko, viajaron a Noruega para disfrutar unas vacaciones familiares. Como se alojaron cerca del tercer glaciar más grande del país, Luhn, apasionado por las expediciones científicas, no pudo resistir la tentación de explorar el glaciar, por lo que extendió su estadía.
Lo que no imaginaba era que esta expedición se transformaría en una prueba de supervivencia.
Luego de unos días, su esposa ya había regresado a su hogar en Inglaterra y Alec le envió un mensaje con su itinerario antes de emprender su excursión al Parque Nacional de Folgefonna desde Odda.
Silchenko fue avisada de que no recibiría noticias de él hasta varios días después. Su plan era regresar el 4 de agosto para tomar un autobús hacia Bergen y luego volar de regreso a Inglaterra.
La odisea que duró seis infinitos días
Desde el inicio de su travesía, las cosas comenzaron a ir mal. La suela de su bota izquierda comenzó a despegarse después de solo unas horas de caminata. No tenía muchos recursos, por lo que la pegó con cinta adhesiva.
Cuando llegó la noche y la vista empeoraba, Alec ascendía por un terreno escarpado, se resbaló y cayó desde una altura de más de 1200 metros, golpeándose contra las rocas. La lesión le dejó un fémur roto, una pelvis fracturada, varias vértebras dañadas, y graves heridas en las manos y la cabeza.
«Mi pie izquierdo se movía sin rumbo», dijo Luhn en una entrevista con CNN. «Estaba prácticamente inmovilizado«.
Alec Luhn cayó en medio de la nada, donde se quedó 6 días. Foto: Instagram Veronika SilchenkoAdemás, el impacto rompió su mochila. Su carpa y su saco -o bolsa- de dormir sobrevivieron, pero perdió su única botella de agua y la mayor parte de su comida. Aunque llevaba algunas barras de granola y cacahuetes (o maníes), el hambre y la sed pronto comenzaron a consumirlo.
En la caída también había perdido su celular. Su iPhone se deslizó fuera de su bolsillo y aunque luego intentó usar Siri a los gritos para hacer una llamada de emergencia, pero el teléfono estaba demasiado lejos para escucharlo.
«Tenía la boca tan seca que la comida se había convertido en cemento y no podía tragarla», relató. La situación empeoraba, y el periodista comprendió que nadie lo buscaría hasta el lunes siguiente, tal como había avisado a su esposa.
«Sabía que no iba a poder moverme y salir de allí, entonces pensé en que tenía que permanecer al menos cuatro días en esta montaña para que la gente se diera cuenta que estoy perdido», explicó Luhn a ABC News desde la camilla de un hospital.
Así fue, Silchenko, preocupada por la falta de noticias de su marido y la ausencia a su vuelo el lunes 4 de agosto, Silchenko alertó a las autoridades, y comenzó una importante operación de rescate.
La travesía hasta el día del rescate
Más de 50 rescatistas, con el apoyo de perros, drones y escaladores experimentados fueron desplegados para localizar al periodista, aunque la llegada de una tormenta en la zona complicó el operativo varias veces.
Mientras tanto, los días se convirtieron en «una lucha sin agua», según definió Luhn, quien no tuvo más opción que recurrir a medidas extremas para mantenerse hidratado. «Oriné en una bolsa la bebí para sobrevivir«, relató a CNN.
Además, Alec tenía una gran ampolla en uno de los dedos, de la que brotaba sangre. «Chupé la herida para intentar obtener un poco de líquido», confesó.
Luego, con la tormenta, Alec aprovechó cada gota que pudo. Sorbió la lluvia que se acumulaba en los pliegues de su colchoneta y chupó con desesperación un pañuelo mojado, con la esperanza de obtener algo de agua.
Alec confesó que lo que le dio fuerzas para seguir adelante fue pensar en su regreso a casa. «Solo pensaba en mi esposa, en volver a verla, y en estar con mis padres, hermanos y hermanas«, dijo, con la esperanza de reunirse nuevamente con su familia.
Resistió seis días, hasta que finalmente, el miércoles 6 de agosto, la lluvia y la tormenta cesaron lo suficiente para que los rescatistas de la Cruz Roja noruega lo encontraran con su campera y bandera roja. «Estaba gritando y saludando y finalmente la puerta de un helicóptero se abre y alguien me devuelve el saludo», relató emocionado a ABC News.
La imagen de Alec Luhn capturada por un dron al momento de su rescate. Foto captura«Ese fue el momento en el que supe que todo había terminado«. Fue evacuado en helicóptero hacia el hospital de Bergen, donde fue intervenido quirúrgicamente con éxito.
The person who has been missing since Monday evening has been found alive near Folgefonna. He was located by helicopter crew and has now been transported for medical treatment
— Norges Røde Kors (@rodekorsnorge) August 6, 2025
«Malas decisiones me llevaron a esto». Lo que me salvó fue el amor de mi esposa, mi familia y mis amigos. Tengo suerte de tener una segunda oportunidad, posteó Alec recientemente en X.
