Durante décadas, los sistemas de salud en América Latina funcionaron bajo paradigmas que hoy en día entran en jaque por un contexto social, económico y digital que requiere de nuevas soluciones.
Con el envejecimiento de la población, el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles, junto con las crecientes demandas de los pacientes, un acceso desigual a la atención y recursos cada vez más limitados, se plantean grandes desafíos que dificultan la capacidad de respuesta frente a estas necesidades urgentes.
“Ahora se vive más y mejor”, escuchamos seguido. Sin embargo, ¿quiénes son las personas que están detrás de esta evolución en la salud y calidad de vida? ¿Qué están haciendo para lograrlo? ¿Cuáles son sus principales preocupaciones de cara al futuro? Rolf Hoenger, jefe de Roche Pharma LATAM, responde muchas de estas preguntas en su visita a Argentina.
Justamente para enfrentar esos desafíos, la compañía biotecnológica más grande del mundo con 95 años en Argentina propone ver la salud como una inversión estratégica en lugar de concebirla como un gasto o una carga fiscal.
Para lograrlo, el especialista y líder explica que “se debe poner foco en traducir el retorno de la inversión (ROI) a un lenguaje que permita a los gobiernos y tomadores de decisión comprender el valor de priorizar el financiamiento de salud en atención primaria, prevención e innovación tecnológica de alto impacto. “Estas inversiones no solo reducen gastos eficientes, sino que también permiten construir sistemas de salud sostenibles, capaces de garantizar el acceso a tratamientos hoy, sin comprometer la atención de los pacientes del mañana”.
Hoenger sostiene: “Los problemas de salud son también problemas de la sociedad. Si la población que está trabajando y financiando un sistema de salud se enferma, baja la productividad y, con eso, baja el crecimiento económico.
Según el Banco Mundial por cada dólar invertido en salud se generan entre dos y cuatro dólares en retorno económico y social. Con una población más sana y productiva, entonces, se generan mayores ingresos que vuelven a financiar el sistema de salud. “Si no cuidamos a las personas, vamos a tener más enfermos, menos productividad, y consecuentemente un problema en el financiamiento”, explica.
Entonces, desde la innovación, desde la investigación y el desarrollo, surgen las preguntas sobre cómo poder alcanzar ese sistema de salud sólido que permita tanto a médicos como pacientes, agentes públicos y privados, ahorrar tiempo, energía y costos.
“En América Latina, sólo el 20% de los presupuestos sanitarios se destinan a innovación. Si bien la inversión en salud, incluyendo áreas clave como la atención primaria y la prevención, es esencial para el crecimiento económico de una nación, también lo es la inversión en medicamentos innovadores. El acceso a tratamientos innovadores juega un papel esencial al evitar comorbilidades, mejorar el control de las enfermedades y prevenir su avance a etapas más costosas y complejas”, describe Hoenger.
Cerca del 30-40% de los casos de cáncer de mama que se diagnostican en la región se los diagnostica en etapa metastásica avanzada, lo que empeora el pronóstico. Pero Roche logró cambiar esto y el sistema de salud se vio afectado de manera positiva en términos de gastos y procesos.
“En Argentina hoy muchos casos de mujeres con cáncer de mama se detectan en fases tempranas, con una evolución muy diferente que ofrece beneficios no solo a la paciente sino también a la sociedad, a su familia, su trabajo y las personas que están al cuidado”, afirma el especialista. Este ejemplo se evidencia con muchas más enfermedades.
De acuerdo con un informe realizado por Wifor, las innovaciones terapéuticas de Roche para el cáncer de mama HER2+ podrían generar un impacto económico positivo estimado en más de U$S343 millonesde dólares en Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Perú, Colombia, México, Panamá y República Dominicana.
Hoenger cita también el caso de la esclerosis múltiple: “Si el paciente no está bien tratado la sociedad pierde una persona que puede trabajar, aportar, financiar un sistema de salud. Además, su cuidado implica muchos más gastos y eso es lo que hoy se puede prevenir”.
Y agrega: “Si no invertimos en innovación vamos a tener resultados negativos. Si no existen políticas de salud, tratamientos e innovación vamos a generar falta de productividad y crecimiento económico”.
Pero los avances van más allá del desarrollo de nuevos tratamientos. “La innovación tiene sentido cuando genera un impacto positivo en la vida de las personas y en la sostenibilidad de los sistemas. Significa llevar soluciones a quienes antes no tenían acceso, lograr que los avances científicos lleguen a quienes los necesitan, mejorar los resultados clínicos y reducir la presión sobre el sistema”, sostiene.
El directivo sostiene que la mejor inversión en salud es la prevención de enfermedades. La detección tardía genera pacientes crónicos y, por ende, gastos por el resto de la vida del paciente. Por esto, asegura que “la responsabilidad de la industria es buscar nuevos tratamientos para las enfermedades del futuro”.
Desde Roche se dedican a estudiar las enfermedades que implican las cargas económicas más grandes para el sistema de salud como alzheimer, parkinson, obesidad, oncología y condiciones cardiovasculares, entre otras.
Un ejemplo concreto
La hemofilia es una enfermedad que afecta a niños y provoca sangrados discapacitantes. Estos sangrados pueden prevenirse con el tratamiento oportuno. Pero ¿qué sucede cuando no se actúa con la innovación que el paciente requiere? El impacto socioeconómico es muy grande ya que el paciente deja de ir a la escuela y no logra desarrollarse socialmente en una etapa fundamental de la vida. Asimismo, su madre o padre se queda en casa para cuidar de él y, de esta manera, una persona abandona el mercado laboral. En cambio, si se previene el sangrado es beneficioso para el niño, para la familia y para la sociedad.
Tecnología y salud: una alianza indispensable
La tecnología puede ser un gran aliado para el sistema de salud. Una de las ventajas de la telesalud es el hecho de no saturar las guardias en centros de salud por síntomas que tal vez no lo requieran. Mientras para algunos es un trámite, para otros ni siquiera existe como posibilidad, o implica un gasto y un movimiento mucho mayor.
Muchos argentinos tienen viajes largos y costosos hasta llegar a una sala médica. Hay quienes no tienen con quién dejar a sus hijos, otros que tampoco pueden tomarse el tiempo y también aquellos a los que no les alcanza el dinero. Esto deriva en que se dirijan al hospital únicamente cuando su salud es muy grave.
Por otro lado, la tecnología también puede evitar el ida y vuelta al que a muchos les resulta tedioso: ir al médico para las órdenes de estudios; tomar los turnos para hacerlos; volver a esperar para el consultorio una vez más; y recién luego de todo el proceso llegar con suerte a un diagnóstico.
La tecnología puede simplificar estos procesos y facilitar la experiencia del paciente. Por ejemplo, al acceder a teleconsulta, una historia clínica portable y sistemas interconectados para evitar duplicación de estudios innecesarios. De esta forma se genera un sistema de salud mucho más eficiente.
Las soluciones digitales acercan el tratamiento al lugar adecuado, en el momento adecuado y para el paciente adecuado. Resultan clave para integrar datos, tomar decisiones clínicas más informadas y hacer más eficientes los procesos del sistema de salud. También habilitan nuevos modelos logísticos y de atención remota, fundamentales para poblaciones con barreras de acceso.
De acuerdo con Hoenger, “la digitalización de la atención médica es un camino decisivo para una gestión sostenible del sector. En Roche, entendemos la digitalización como la integración de tecnologías para mejorar la eficiencia y la calidad de la atención, acelerar el desarrollo científico, ofrecer mejores resultados clínicos y mejorar la experiencia del paciente.”
El paciente como agente activo del sistema
Roche se encuentra en la búsqueda constante de mejorar la calidad de vida de los pacientes. “El paciente está cada vez más informado, hoy en día es una persona más empoderada y esto genera muchas oportunidades”, destaca Hoenger. A diferencia del pasado, el sistema de salud ya no es unilateral (médico-paciente) sino que los pacientes e incluso sus familias son parte.
“Ahora, más que nunca, necesitamos trabajar juntos para crear sistemas de salud más fuertes, resilientes y receptivos. Estamos comprometidos a colaborar con nuestros socios en los sistemas de salud para aprovechar al máximo el enorme potencial de la innovación en diagnóstico, medicina y digitalización de datos, con el fin de mejorar la salud y la vida de los pacientes, reducir el costo total de las enfermedades y generar ahorros para los presupuestos de salud”, insiste Roche.
Mientras fuimos criados con un sistema de salud lineal, los nuevos paradigmas plantean una mirada más holística que tiene en cuenta los intereses, recursos y bienestar de cada uno de sus actores.
Innovación, inversión, foco en la prevención y mayor acceso de las personas a diagnósticos precisos y tratamientos eficaces son los pilares que Roche trae al frente para cambiar positivamente el futuro de la salud.
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