La tranquilidad del mediodía en el shopping Portal de la Patagonia, en Neuquén capital, se vio alterada por un nuevo episodio delictivo que quedó grabado en las cámaras de seguridad. En cuestión de segundos, un hombre cargó un carrito con productos y salió caminando como si se tratara de una compra más, pero en realidad había cometido un robo aprovechando un descuido mínimo.
El hecho ocurrió en Ramira, un local de accesorios ubicado en formato isla sobre los pasillos del centro comercial, lo que hace que los productos queden expuestos en todos sus lados. Cerca de las 12, la empleada mostraba artículos a una clienta cuando el delincuente se acercó sigilosamente desde el sector opuesto.
Robo en segundos y sin ser advertido
Las imágenes muestran cómo el hombre se posiciona con un carrito de supermercado, toma dos carteras valuadas en alrededor de $150.000 cada una y un exhibidor completo de aros que había sido repuesto recientemente. Luego se retira caminando con total naturalidad, sin despertar sospechas.
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Recién minutos después, la empleada notó que algo no estaba bien. Fue un vendedor del local de enfrente quien le acercó un aro que se había caído. Ese pequeño detalle encendió la alarma. Al revisar el mueble exhibidor, advirtió que había faltantes y productos dispersos sobre la mesa y el piso. El ladrón había actuado sin ser visto ni escuchado.
El local dio aviso al personal de seguridad del shopping, aunque por el momento no hubo respuestas concretas. Tampoco se radicó aún la denuncia policial, ya que desde el comercio dudan de que pueda tener un resultado favorable.
Crece la preocupación por la inseguridad
La dueña del negocio relató su malestar e impotencia ante lo ocurrido. “Pagamos alquiler, sueldos, impuestos… Es muy difícil emprender. Las ventas no están bien y encima esto. Es preocupante y da mucha tristeza”, expresó con frustración.
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Más allá del valor económico del robo, el episodio vuelve a exponer la inseguridad que enfrentan los comerciantes en centros comerciales y paseos urbanos. Pese a las cámaras y al constante movimiento de gente, los delincuentes encuentran brechas que les permiten actuar sin oposición y retirarse como si nada.
