Gildo Insfrán tiene 74 años. Los cumplió el 19 de enero. En diciembre festejará otro aniversario fuerte: 30 años ininterrumpidos como gobernador de Formosa. Asumió en 1995, con apenas 44, y desde entonces encadenó siete reelecciones. Antes, había precalentado dos períodos como vice provincial.
Si todo sale como espera, podría ampliar su récord y llegar al 2035 al mando. Para entonces, tendría 84 años de edad y 40 como gobernador. ¿Cómo? ¿La Corte Suprema de la Nación no le puso un límite?
Sí, pero lo que hizo el Máximo Tribunal fue declarar inconstitucional la reelección indefinida y ahora Insfrán podría sumar dos mandatos más con una nueva carta magna local.
Parece lo mismo pero no lo es: el formoseño se ampararía en una nueva regla que prevé un límite, como pedía la Corte, y, lo más importante para él, ya tendría señales judiciales de que podría candidatearse en 2027 y eventualmente en 2031.
Insfrán se asesoró con un importante constitucionalista del Círculo Rojo y, como hicieron dirigentes de otras provincias y otros partidos, aplicaría una picardía de uso y costumbre en la política: modificamos la norma, pero el cambio rige a partir de ahora como si no existiera el pasado.
La jugada bonaerense
Algo de esto, por ejemplo, acordaron los intendentes de la provincia de Buenos Aires para poder ser reelectos en 2023. Como para 2027 ya no les queda letra por interpretar, directamente están agazapados esperando la oportunidad para reinstalar las reelecciones indefinidas de sus cargos.
Un primer paso dieron los legisladores bonaerenses en el Senado, la semana pasada, para reinstalar esta norma respecto de sus propios cargos y el de los concejales municipales. No está claro si la jugada pasará el filtro de Diputados ni si podrán montarse los intendentes en un segundo capítulo.
Todos movimientos de casta que explican por qué surgen líderes impensados y outsiders como Javier Milei.
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