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domingo, noviembre 16, 2025

Inundados otra vez: crónicas de un ciclo Infinito en Bragado | Bragado TV – Portal digital de noticias y transmisión en vivo

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Nos recuerda el ing. Aníbal Grosso que la primera inundación grande en Bragado fue en 1917, y que las causas fueron la acción del hombre. En el Pleistoceno de las pampas, los médanos cortaban la provincia transversalmente; no había prácticamente árboles, apenas algún chañar. Además, el último río era el Salado: es una zona de cuenca arreica, una cuenca hidrográfica cuyas aguas no desembocan en lagos ni mares, pues se evaporan o se infiltran al suelo, desapareciendo del paisaje. 

El historiador reniega de que “hemos arruinado con calles de las ciudades; antes el agua quedaba contenida entre médanos”,y agrega:  “Los médanos cortaban la provincia transversalmente y hacer el canal que hicieron desde el oeste arruinó todo. Debió ir al sur. Y fui a hidráulica a explicar mi teoría hace sesenta años. No gané”, recuerda tristemente Grosso. 

INUNDACIONES MODERNAS 

Durante los primeros años de la democracia, las inundaciones comenzaron a volverse una problemática persistente, sobre todo en zonas del conurbano y el interior bonaerense. El crecimiento urbano desordenado, sumado a la falta de planificación hídrica, agravó los efectos de las lluvias. 

Recordemos que durante las gestiones de Ricardo Vicente Ienco (Partido Justicialista) en nuestra ciudad se realizaron el terraplén (1987), que nace en el barrio La Carlota, y luego el denominado Puente Cafiero, entre otras obras. 

Las inundaciones —o el peligro de— son uno de los principales temores de nuestra sociedad, a la par del siempre angustiante tema del cierre de la empresa metalúrgica de la ruta 5. 

Desde el retorno de la democracia en 1983, la provincia de Buenos Aires ha sido escenario recurrente de inundaciones que afectaron a millones de personas. A pesar de los numerosos anuncios de obras hídricas a lo largo de los años, muchas promesas siguen sin cumplirse. Este informe repasa cronológicamente las principales inundaciones, las obras realizadas y las pendientes, de acuerdo con los distintos gobiernos provinciales y nacionales. 

Tal vez hacia 2001 —tomemos como referencia octubre— se podría definir como la gran inundación. Un conocedor del tema explicaba en aquellos tiempos que Bragado tiene una particularidad que la diferencia del resto de los lugares inundados del interior bonaerense: aquí viene toda el agua del norte y oeste de la provincia, y esa agua se suma a la de las impiadosas lluvias de ese año. Llovió el doble que lo habitual: en los últimos doce meses cayeron 1.800 milímetros. 

AÑO 2000. RESERVORIO AGUAS ARRIBA: LA ESPADA DE DAMOCLES QUE NUNCA LLEGÓ A CAER 

Bajo el título “No debemos temerle a la participación, el futuro nos involucra a todos”, la Sociedad de Arquitectos de Bragado publicaba en los medios de comunicación una extensa carta que trataba un tema que había desatado la polémica y una nueva grieta a la que los bragadenses ya nos estábamos acostumbrando. 

“Con fecha 27-12-2000 se le informó por nota al intendente municipal y al H.C.D. acerca de nuestra preocupación por la creación del reservorio de casi 10.000 hectáreas en las puertas de la ciudad y aguas arriba de la misma, el cual afectaría directa e indirectamente a la comunidad toda. Solicitando que el Municipio impulse, sin dilación, un ámbito de discusión y estudio en el orden local, con la participación de todos los sectores, que se ocupe de incorporar información más precisa y, a partir de la misma, fijar posiciones que contemplen solidaridad con las ciudades vecinas hoy afectadas y los propios intereses de los bragadenses…” 

Luego nos entrevistamos con el Secretario de Obras Públicas, ing. Bollini, donde se planteó nuestra preocupación por la temática y se solicitó la pronta creación de un ámbito de debate. Hasta tanto no se hiciese, mantendríamos reuniones con diferentes sectores para tratar de informar a la comunidad. Así lo hicimos con varias entidades y comisiones, tratando de instalar el ámbito de discusión propuesto. 

Concurrimos a la reunión con el Sr. Ministro de Obras Públicas de la Provincia, donde también expresamos nuestra posición al respecto: NO al reservorio en Bragado, y apoyar las alternativas técnicas que permitan el paso de las aguas pero sin almacenarlas. 

Es importante aclarar que el ministro dispensó el tiempo necesario para escuchar nuestros reclamos; lo hizo con respeto y atención y expresó que “sin el consenso de la población la obra no se hará”. Apoyó asimismo con firmeza la creación de un Comité de Cuenca Local, con amplia participación de todos los sectores involucrados. Para trabajar en el tema propuso incorporar a personal idóneo del ministerio, todo el tiempo que fuera necesario, a partir del 22-02-2000, hasta abordar conclusiones claras que respondan a los intereses de nuestra comunidad. 

Nuestra posición fue la necesidad de un proyecto integral para el saneamiento de la Cuenca del Salado. Dado que la obra no solo “transporta agua”, sino que también genera un importante impacto sobre el territorio, el medio ambiente y la sociedad, merece la intervención de un grupo transdisciplinario que aborde el tema desde un enfoque sistémico y no solamente desde la ingeniería hidráulica. Es por eso que lo distribuimos en diferentes visiones: 

  • Una visión desde la ingeniería y la técnica 

Corresponde, fundamentalmente, una respuesta de los ingenieros con incumbencia en el tema. Ellos nos dirán si la obra funciona, o no, desde el plano estrictamente técnico. 

  • Una visión desde lo legal 

Corresponde una respuesta de especialistas en leyes sobre los aspectos del Comité de la Cuenca, aplicación de la ley de expropiaciones, problemas derivados de la ejecución y funcionamiento de las obras y conformación de las instituciones respectivas. 

  • Una visión urbanística y paisajística 

Los profesionales de la Arquitectura y el Urbanismo deben responder sobre el emplazamiento de la laguna de atenuación, el diseño de las obras complementarias, recreativas e infraestructura necesaria. 

  • Una visión desde el cuidado del medio ambiente 

Para evaluar el impacto ambiental producido por la ejecución de las obras, es necesaria la intervención conjunta de médicos sanitaristas, geólogos, asistentes sociales, especialistas en climas, arquitectos, ingenieros agrónomos, químicos, civiles y ecólogos. Se definirá así el efecto sobre las napas, cambios climáticos, régimen de lluvias, biodiversidad, calidad del agua, salinización, calidad de suelos e interrupción de vías de comunicación. 

  • Una visión desde la producción 

Incluye a los sectores productivos: Sociedad Rural, Federación Agraria, acopiadores de granos, CUCI, Cámara de Comercio Minorista, ingenieros agrónomos, contadores públicos, propietarios de tierras afectadas y trabajadores rurales. 

  • Una visión desde lo social 

Corresponde a los trabajadores sociales abordar el impacto en los barrios afectados y los trabajadores damnificados. Solicitamos a quienes tengan la tarea de conformar el Comité de la Cuenca Local no excluir a ningún sector involucrado, haciéndolo participativo, amplio y democrático en sus decisiones. 

DE ELLO DEPENDE EL FUTURO DE TODOS Y EL ÉXITO DEL PLAN 

El paper de la Sociedad de Arquitectos tuvo una claridad supina para definir la situación que estaba atravesando la comunidad, y resulta hasta hoy de todo esclarecedor. Convocaba a una comisión interdisciplinaria que no dejaba fuera a ningún actor de la sociedad —hombre de a pie, empresario o profesional—, pero la respuesta del entonces intendente municipal, Ing. Orlando Costa (UCR–Alianza), definía per se la posición de todo el arco político oficial–opositor. Cerraba una grieta de décadas y colocaba a radicales y peronistas codo a codo para defender el proyecto provincial del llamado “Plan Maestro de la Cuenca del Salado”, reservorio aguas arriba incluido. 

En aquellos tiempos, el dirigente justicialista Heriberto Jaureguilorda, “el Pata”, soñaba incluso con un complejo símil Venecia, góndolas incluidas, en el barrio La Carlota, aprovechando la cercanía del puente y el canal que la atraviesa. Cualquier dislate cobraba validez dentro de una discusión donde no solo opinaban ingenieros hidráulicos sino chambones de toda laya y políticos embarcados —valga la comparación— en un proyecto en el cual se gastarían millones de dólares, con los posibles retornos que cualquier obra de esta envergadura supone. 

Las discusiones se celebraron en lugares públicos, instituciones y asociaciones profesionales. Presentaron sus ponencias referentes nacionales de hidráulica. Más aún, un mes y tres días después, el 30/01/2000, el Primer Mandatario Comunal remitía carta al Director de Saneamiento y Obras Hidráulicas, Ing. Maidana, fijando la postura municipal. Hablaba del “futuro reservorio” como una obra consumada, utilizando términos como “protección” de la localidad de Olascoaga —dando por hecho que corría peligro—, afectación de caminos vecinales y vías ferroviarias, y resarcimiento económico por “el menor beneficio relativo de Bragado” respecto de los partidos vecinos. 

LA CARTA DEL INTENDENTE COSTA (breve síntesis para el lector) 

“Atento al proceso de elaboración del Plan Maestro Integral de la Cuenca del Río Salado, y continuando con el intercambio que venimos realizando desde su origen, elevo a usted una síntesis de nuestros requerimientos en esta etapa de prefactibilidad: 

  • Estudio de impacto ambiental, determinando riesgos sobre el medio en general y obras que aseguren la no afectación de las napas freáticas. 
  • Recuperación ambiental de la Laguna del Parque (extracción de lodos,recuperación de costas), según nota presentada anteriormente. 
  • Proyecto productivo, turístico y recreativo en la zona de la Laguna Municipal (futuro reservorio), conforme a un adecuado desarrollo del área. 
  • Protección de la localidad de Olascoaga y estudio de incidencia del emprendimiento. 
  • Alternativas para solucionar afectación de rutas, caminos vecinales y vías ferroviarias por la cota IGM 57,50 m. 
  • Resarcimiento económico por el menor beneficio relativo para Bragado. 
  • Rol preponderante en el manejo de aguas, con derecho a ser sede del organismo que se constituya dado que Bragado posee ubicación estratégica. 

Finalmente adjuntaba las notas enviadas por la Sociedad de Arquitectos y el Centro de Ingenieros. 

LA POLÉMICA CON LA PROBLEMÁTICA 

La polémica duró un tiempo. Los profesionales acusaban a los neófitos de opinar sobre temas que desconocían, aunque la idea de tener una masa de agua de 10.000 hectáreas, con un muro de contención, aguas arriba, no tranquilizaba ni a neófitos ni a entendidos. Las entidades rurales (Sociedad Rural y Federación Agraria) se opusieron firmemente. 

Se publicó la lista de propietarios con lotes total o parcialmente afectados, ascendiendo a 102 personas entre un 100% y 85% de afectación. Otros tantos tenían porcentajes menores, pero según expertos sufrirían igual un avance mayor del agua. Sin embargo, los defensores del proyecto continuaron impulsándolo.La Lic. Carballo, del INTA Castelar, decía entonces:“¡No es que yo me oponga porque sí a las obras! Si se hace bien, bienvenida sea. Pero debe tener compuertas en las lomadas. Y el productor debe comprender que no le va a eliminar la inundación. Cada vez que llueva así, se va a inundar. En toda esta zona es muy peligroso tener reservorios.” 

ORLANDO COSTA, EL RESERVORIO AGUAS ARRIBA Y LA PROBLEMÁTICA DE 2001 

Entre 1999 y 2001 hubo una discusión político–hídrica en Bragado. El Ing. Jaureguilorda, ante la inminente llegada de grandes caudales, defendió la idea de instalar aguas arriba un reservorio que recibiera el exceso proveniente de ciudades río arriba. Una especie de gran pileta, controlada y rodeada por un terraplén (no el ya construido aguas abajo por la gestión Ienco). Gran parte de la sociedad se opuso y hubo un debate furibundo. 

En el mapa que ilustra este análisis pueden leerse las chacras que hoy no existirían si se hubiera aprobado la obra. 

TESTIMONIOS Y DATOS DE LA INUNDACIÓN 

En aquellos días, el intendente Costa le decía a Clarín que de las 221.000 hectáreas del partido, unas 150.000 estaban inundadas, anegadas o directamente encharcadas. La situación golpeaba también al sector productivo: “En el ’99 teníamos censados 920 productores y hoy quedan 770. Los 150 que vendieron sus tierras ahora no tienen de qué vivir”, advertía Daniel Braco, de Federación Agraria Bragado. La magnitud del desastre movilizó a una comunidad poco habituada a las protestas públicas: alrededor de mil personas salieron a marchar, presentaron petitorios en los bancos y en la AFIP, y reclamaron la suspensión de ejecuciones e intimaciones mientras durara la emergencia. En la Municipalidad, un panel con 34 fotos aéreas mostraba el casco urbano completamente rodeado de agua, como si Bragado hubiese sido, por un momento, un balneario atlántico desplazado hacia el corazón de la provincia. 

“BRAGADO, EL DRAMA DE UNA CIUDAD SITIADA POR LAS AGUAS” (2001) 

El artículo de Pablo Morosi, publicado el 28 de octubre de 2001, describía un panorama todavía más desolador: el 80% de los campos estaba bajo el agua y las pérdidas agropecuarias del año se estimaban en 54 millones de pesos; cuatro localidades permanecían aisladas y diez escuelas rurales llevaban semanas sin clases. La ciudad, ubicada un metro por debajo del nivel de las aguas y protegida apenas por un terraplén que contenía un caudal que ingresaba un 20% más rápido de lo que podía salir, vivía en una tensión permanente. Ante ese escenario, el ministro Julián Domínguez llegó al distrito y anunció obras urgentes para reforzar las defensas del casco urbano y recuperar los caminos que la inundación había dejado intransitables. 

LA OBRA CANALIZADORA Y LAS PROMESAS 

En medio de la crisis, las autoridades provinciales aseguraban que los trabajos del Plan Maestro de la Cuenca del Salado comenzarían “desde aguas abajo hacia arriba”, una promesa que, como suele ocurrir, ya entonces arrastraba años de anuncios y postergaciones. Mientras tanto, el intendente Costa intentaba explicar la dimensión del problema y le decía a La Nación: “Estamos ante la inundación más grave de la historia… Bragado es paso obligado de las aguas hacia el océano”. Sus palabras resumían la sensación de estar en el centro de una corriente imparable que, una vez más, encontraba a la ciudad sin defensas suficientes 

EL AGUA SIEMPRE… 

La traza original de Bragado se asentó sobre zonas bajas. El agua históricamente llegaba al patio trasero del Colegio Nacional. La pared del fondo del Teatro Constantino se desplomó por erosión del agua. 

Vecinos como Alfredo Godoy recordaban que incluso su casa frente al Bragado Club siempre estuvo en peligro real. 

Barrios como Fátima o Villa Cano debían ser evacuados con cada lluvia fuerte. La ciudad creció hacia el bajo, ignorando que la zona alta era la del Cementerio Municipal, Barrio Obrero y alrededores. Mientras tanto, la política estaba concentrada en internas partidarias. 

CONTEXTO PROVINCIAL: LA “GUERRA DEL AGUA” 

A comienzos de los 2000, ciudades aguas arriba y aguas abajo discutían sobre derivaciones y canalizaciones. Se habla del conflicto entre Rivadavia y Trenque Lauquen, cuando vecinos abrieron brechas en un terraplén del canal a Vidania para dejar correr el agua. El gobernador Ruckauf debió intervenir con maquinarias. 

  • FLORENTINO AMEGHINO, UN VISIONARIO 

En 1884, Florentino Ameghino escribió Las secas y las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, donde advertía sobre los ciclos hídricos y la imprudencia de quedar desarmados frente a inundaciones “que adquieren mayores proporciones cada día”, pero sus alertas no fueron escuchadas, entre la desidia, los intereses y unas obras públicas convertidas históricamente en una gran “caja política”. 

  • PERIPLOS DE LA OBRA DEL SALADO 

La obra del Salado acumuló idas y vueltas: en 2017, Macri y Vidal anunciaron el inicio de la cuarta etapa del ensanche del río, pero en 2020 Kicillof aseguró haber reactivado una mega obra que, según él, había quedado paralizada, aunque el funcionario Jelinski lo contradijo afirmando que en los cuatro años anteriores se habían dragado 134 kilómetros. Los trabajos continuaron desde Laguna Las Flores hasta Mechita, a las puertas de Bragado, pero nuevamente volvieron a paralizarse, lo que llevó al Consejo Asesor del Salado a advertir que “la gente no puede esperar 50 años para estas obras”. 

  • EL INFORME BARENGHI (2025) 

El intendente Barenghi afirmó que la situación hídrica de Bragado es “preocupante pero no desesperante”, y señaló que el municipio viene realizando con recursos propios los trabajos en los caminos rurales, que no hay localidades aisladas y que el distrito recibe el escurrimiento de más de tres millones de hectáreas, a la vez que destacó que el ensanche del Salado fue incorporado al presupuesto 2026; además, mencionó la crisis industrial que atraviesa AcerBrag y la apertura de importaciones como factores que agravan el panorama local. 

 …………

EPÍLOGO 

La historia de las inundaciones sigue igual. 
No se tomó en cuenta la advertencia de Ameghino en 1884, 
ni la teoría del Ing. Grosso sobre desviar el agua hacia el sur, 
ni el error original de poblar zonas bajas. 

Sarmiento y la Sociedad Rural quisieron “recuperar” tierras con la zanja de Alsina y, después, con canales trazados según conveniencias que alteraron el pulso natural del agua. 

Así nacieron las inundaciones nuestras de cada período: eternas, pacientes, regresando una y otra vez para recordarnos que la naturaleza nunca olvida aquello que el hombre insiste en repetir. 

Por Jorge Cagliani, periodista y escritor bragadense. 

Redacción

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