Un itinerario que recorre la esencia italiana de norte a sur, entre catedrales milenarias, pueblos pintorescos, sabores familiares y paisajes que nos devuelven la emoción de lo conocido.
Un reencuentro con la historia y la belleza de una tierra que sigue viviendo en muchas familias argentinas.
Italia vive en nuestra memoria familiar
Para muchas personas nacidas en Argentina, Italia no es solo un país: es parte de su ADN. Está en el apellido que heredaron, en el modo de preparar una salsa, en los gestos, en los relatos que pasaron de generación en generación.
Caminar por Roma, Florencia, Sicilia o Verona puede ser tan emocionante como volver a un lugar que siempre estuvo en nosotros. Esta propuesta invita a explorar esa Italia que llevamos en la sangre, recorriendo sus regiones más emblemáticas y también sus rincones menos transitados.
Un recorrido amplio, diverso y profundamente italiano
Este maravilloso circuito propone un viaje de 18 días atravesando 31 ciudades y pueblos que permiten vivir la pluralidad de Italia: su arte, su historia, su energía urbana, su vida rural, su devoción religiosa y su legado clásico.
Desde la grandiosidad de Roma hasta la calidez mediterránea de Palermo, cada parada ofrece una nueva faceta del país. En el camino se descubren joyas medievales como Gubbio, paisajes inolvidables como los de Cinque Terre, y ciudades únicas como Taormina, Venecia, Milán o Agrigento.
Es un viaje intensamente visual y profundamente emocional, diseñado para disfrutar sin correr, con equilibrio entre visitas guiadas, tiempos libres y traslados eficientes.
Una Italia espiritual en tiempos de renovación
El inicio del recorrido en Roma se vuelve especialmente significativo en este momento único: la reciente elección de un nuevo Papa en el Vaticano ha despertado emociones en el mundo católico, y muchas personas sienten el deseo de acercarse a la Plaza San Pedro, presenciar el fervor de los fieles y caminar por los espacios donde la espiritualidad se renueva.
Tanto si la motivación del viaje es cultural como si es religiosa, esta etapa representa un punto de encuentro profundo para creyentes, peregrinos o curiosos. Una Roma que late distinta, con una energía renovada, y que puede sumar aún más sentido al viaje.
La experiencia de cada día: entre historia, paisajes y momentos que quedan
La ruta combina destinos conocidos con sorpresas inesperadas: desde la emoción de ver el Coliseo en persona hasta probar vinos locales en Marsala, subir al funicular en Capri, cruzar a Sicilia en ferry o perderse entre los templos griegos de Agrigento.
La organización permite descansar mientras se avanza: hoteles seleccionados, desayunos diarios, traslados incluidos, visitas guiadas en las ciudades clave y cinco cenas para compartir sabores típicos con el grupo.
Cada día suma una escena distinta, y en conjunto construyen una película que, con certeza, vas a querer volver a ver.
Un reencuentro para compartir en familia
Muchos viajeros eligen este circuito no solo por el placer de conocer, sino por el deseo de volver -aunque sea por primera vez- a esa Italia que sus abuelos o bisabuelos dejaron atrás. Viajar con un hijo, una pareja o un nieto y contarles esa historia familiar frente a una iglesia, un puerto o un mercado, puede ser uno de los mayores regalos del viaje.
No importa si el apellido viene del norte, del sur o de una isla en el Mediterráneo. Esta experiencia habla directo al corazón de quienes sienten que Italia siempre estuvo cerca.
Perlitas italianas que no te podés perder
Perlita 1: El teatro greco-romano de Taormina, con vista al Etna, es uno de los escenarios naturales más bellos de Europa.
Perlita 2: El paseo por Cinque Terre, con sus casas color pastel colgadas de los acantilados, parece sacado de una postal.
Perlita 3: En Verona, te encontrás con el balcón de Julieta… y con esa idea de que el amor eterno, tal vez, sí existe.
Perlita 4: En la isla de Capri, podés subir en funicular y tener una de las vistas más impactantes del Mediterráneo.
Perlita 5: En Roma, si tenés suerte, podés escuchar la oración del Ángelus del nuevo Papa en persona, desde el balcón de San Pedro.
Un viaje que emociona antes, durante y después
Viva Italia y Sicilia no es solo una suma de lugares: es una colección de sensaciones. Es reencontrarse con lo que creías olvidado, emocionarte con una canción que suena igual que en casa, o descubrir que ciertos sabores te resultan inexplicablemente familiares.
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¡Nos leemos el próximo domingo con una nueva propuesta para seguir viajando juntos!
