Durante dos décadas, Jennifer Aniston guardó silencio sobre uno de los capítulos más intensamente narrados –y manipulados– por los medios: su separación de Brad Pitt en 2005. Ahora, a los 56 años y en un momento de plena madurez personal y profesional, la actriz decidió hablar sin filtros en una entrevista íntima con Harper’s Bazaar UK, donde desarmó lo que ella misma definió como “un engaño que duró 20 años” alrededor de su historia.
La estrella de Friends, que se convirtió en un ícono global tanto por su carrera como por su vida privada, no solo se refirió por primera vez en profundidad a su divorcio con Pitt, sino que también abordó tópicos sensibles que la persiguieron durante años: su lucha por ser madre, el dolor que atravesó en silencio y la campaña mediática que la pintó como una mujer fría y egoísta que priorizó su carrera por sobre la maternidad.
“No tengo nada que esconder y ya no tengo miedo a contar mi verdad”, aseguró Aniston en la entrevista, marcando un antes y un después en su relación con la prensa internacional. Durante años, fue señalada como “la mujer que dejó ir al amor de su vida” o “la esposa que Brad abandonó por Angelina Jolie”. La narrativa dominante siempre apuntó hacia ella.

Sin embargo, en la charla con la revista británica, Aniston derribó por completo ese relato: “Se inventó una historia sobre mí que no era cierta y que nadie se preocupó por desmentir”, dijo. Y agregó con crudeza: “Dijeron que yo era egoísta, que no quería tener hijos, que no era una mujer completa. Fue doloroso”.
En la misma entrevista reveló que, lejos de haber rechazado la maternidad, luchó durante años para quedar embarazada: “Intenté todo. Fue un camino difícil y privado”, confesó. Esta revelación echó por tierra una de las versiones más instaladas por la prensa amarillista: aquella que la señalaba como la mujer que “eligió Hollywood antes que una familia”.

“No conocen mi historia ni lo que viví durante dos décadas intentando tener mi propia familia, porque no voy por la vida contando mis problemas médicos”, expresó con firmeza.
A su vez, la actriz explicó que eligió mantener en secreto esa parte de su vida porque necesitaba proteger su intimidad y evitar la exposición mediática que, en ese momento, ya era asfixiante. “Era un proceso profundamente personal y emocional. Había mucho dolor, mucha incertidumbre y también mucha soledad”, reconoció.

Según contó Aniston, los tratamientos no tuvieron éxito, y aunque atravesó ese duelo de forma silenciosa, logró con los años hacer las paces con la idea de no ser madre biológica. “Hoy me siento en paz. Puse todo de mí. Y si no se dio, fue porque no tenía que ser”, expresó.
Más allá de hablar de su experiencia personal, la estrella de Hollywood criticó la presión a la que son sometidas las mujeres de la industria del entretenimiento, donde la mayoría de las veces son juzgadas por su estado civil o su maternidad “A menudo se juzga a las mujeres por cosas que no tienen nada que ver con su talento o sus logros profesionales”. Y especialmente en esta nueva era de redes sociales, hace hincapié en como este tema afecta tanto a la percepción pública como a la autopercepción de muchas mujeres.
