Si bien Joaquín Furriel no suele exponer ciertos aspectos de su vida privada, debemos destacar que la sensibilidad de artista la adoptó desde chico, en el seno del hogar. Por ejemplo, no se puede dejar de mencionar a su papá, Alejandro Furriel, que desde hace unos años desarrolló su faceta de pintor.
“Mis padres nacieron en una época en donde ninguno podía ser artista. Se dedicaron a criar hijos porque fueron padres muy jóvenes, como se estipulaba en ese momento, y tenían que salir a trabajar para bancar la casa. Cuando nosotros crecimos, ellos, que seguían siendo jóvenes, empezaron a preguntarse qué querían hacer de verdad. Mi papá comenzó a pintar de manera más seguida. Mi mamá, por su parte, siempre tuvo un vínculo muy especial con el teatro y la música”, cuenta Joaquín a Revista GENTE.

Y reconoce: “En casa el arte era una herramienta que te mejoraba la vida y te entregaba herramientas para entender tu identidad. Lo más importante es el pensamiento crítico que te da, algo que hoy le traslado a mi hija (Eloísa, 17)”.
Alejandro, el padre pintor de Joaquín Furriel
Reconocido a nivel nacional y regional, Alejandro forjó su carrera como artista hace 35 años… aunque sus inicios fueron tímidos y cautelosos, hasta que le verdaderamente le abrió las puertas a esta faceta que hoy lo mantiene ocupado en un cien por ciento.

“En estos últimos años le pude dedicar más tiempo y me ha ido bien. Hice una muestra en la Casa Argentina en París y tuve la posibilidad de dar charlas en Colombia”, contó Alejandro hace un tiempo en una extensa entrevista que brindó en el programa Aquí y ahora.
Y añadió: “Yo empecé hace más de 35 años y hace 20 dedico gran parte de mi tiempo a esto. Aunque parezca mentira, tengo más llegada con la gente joven por el tipo de pintura que hago. Con el arte abstracto, yo ofrezco una visión intelectual que cada uno interpreta a su manera. Si llega, el deber está cumplido. El problema es cuando la obra queda indiferente”.

“El arte es un modo de encontrar la posibilidad de situaciones que he vivido, más allá de la terapia. Las pinturas me abren la posibilidad de mostrarme. Cualquier manifestación artística hace que el que la personifique esté expuesto, pero a esta altura vencí ciertas dificultades que tenía. Porque a mí me costó unos ocho años mostrar mis obras, aún ante amigos entrañables”, admitió.
En la misma línea que Joaquín, realzó la idea de que son una familia de artistas, y habló de cómo apoyaron a sus hijos en esta faceta: “Por esas cosas de la vida mis hijos también se dedican al arte. Somos muy sensibles a esto. Creo que con mi ex esposa estuvimos bien en darles rienda suelta a ellos. Habiendo dejado laactividad comercial, en donde me iba más que bien, con el cambio gané en mi vida”.

El mensaje de Joaquín Furriel para su hija Eloísa
«Quiero dejarle que vea que en la vida hay curvas, para que no se las coma. Desde ya, a mí me resultó más fácil cuando me vine a cursar en el Conservatorio. Yo empecé con la actuación en lo que hoy es la UNA (Universidad Nacional de las Artes), en 1993, en pleno liberalismo, cuando todos estudiaban Marketing o Administración de empresas», dijo el actor a GENTE.
-Rompiendo esa estructura en la que una familia espera el título universitario colgado en la pared…
-Todo padre busca para su hijo algo que básicamente le dé la tranquilidad de que va a poder sobrevivir. Siempre me acuerdo cuando el escritor portugués José Saramago contó cómo le enseñaba José a Jesús el oficio de la carpintería cuando era niño. Decía: “Un padre que no le da herramientas a su hijo para sobrevivir lo condena al hambre”. Yo creo que tiene que ver con eso. Los padres ponen presión porque tienen ese temor de que te falte algo en tu futuro. Y de eso se trata el sistema en el que estamos viviendo.

-Me quedó dando vueltas la frase de que querés que tu hija no se coma la curva: ¿Cómo la ves plantada en este contexto en el que los adolescentes de ahora tienen una voz que pesa en el hogar?
-Yo no la veo indiferente con lo que pasa, y me gusta. Está viviendo la edad como la debe vivir. No tiene una sobreexcitación con las redes sociales y eso es sano. Trabajamos mucho con la madre (Paola Krum) para que sea así porque creemos que los padres debemos involucrarnos, así los hijos no queden a la marchanta en ese aspecto. Uno tiene que intervenir para no excluirla del contexto, pero siguiendo de cerca qué hace. Lo que me gusta de ella es su curiosidad. La curiosidad es lo que ayuda a que las personas vivan muchos años. Es una llave importante para lo existencial.
-Aparte la acompañan en seguir el legado familiar...
-Ella desde los nueve años estudia producción musical, canta, compone y toca el piano. En 2025 terminará el secundario. Está enfocada en dar todas las materias. Para mí lo más importante es que disfrute, aunque haya cosas que no le gusten. Estudiar para algo que no te gusta, muchos lo ven como una pérdida de tiempo, pero te da un músculo interesante, ya que no todo en la vida es como uno quiere. Yo entiendo que hay gente que piensa que hay que hacer “todo lo que quieras y nada más”, pero a mí me resulta ingenuo manejarse así en el mundo en el que vivimos. Yo tuve que aprender muchas cosas que no me interesaban para nada por el simple hecho de tener que entrar en el sistema.
Fotos: Rocío Bustos
Agradecemos a Raquel Flotta (RF Prensa y Comunicaciones)