Olvidado el lustre de la histórica campaña anterior, Montilivi volvió a ser este domingo, en la 48.ª edición del Trofeo Costa Brava, el hogar de un Girona irregular y más mundano, sufridor en el mercado de fichajes, aún con deberes por hacer, pero aún agarrado a ese fútbol ofensivo que tanto enorgullece a los ‘gironins’. El equipo de Míchel, garante de esa idea de juego desde hace cuatro años, se presentó ante su afición con un buen triunfo ante el Wolverhampton inglés (2-1) gracias a los goles de Yangel Herrera y Joel Roca, de bella factura.
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