21.8 C
Buenos Aires
domingo, septiembre 28, 2025

Jon Bilbao en el Filba: “La literatura es un espacio absoluto de libertad”

Más Noticias

Sentado en un cómodo sillón en el fondo de la editorial Eterna Cadencia, mientras espera un almuerzo con otros colegas invitados del Filba, Jon Bilbao, serio y de apariencia calma, se permite una ligera sonrisa. Al decir que vive en Bilbao, imita a los empleados que en los aeropuertos se burlan de esa coincidencia de apellido y lugar de residencia. Nacido en Ribadesella (Asturias), el escritor de 53 años, presentado como un autor del mestizaje de géneros y de la yuxtaposición literaria, llegó a la Argentina para hablar de su llamada trilogía “western”, que publicó entre 2020 y 2024 y está conformada por las novelas Basilisco, Araña y Matamonstruos (Impedimenta), todas protagonizadas, en parte, por el vaquero héroe John Dunbar en el siglo XIX y donde también aparece, en una suerte de montaje paralelo, un personaje escritor, alter ego llamado Jon, que diseña otra trama más contemporánea, en la cual se explicitan los mecanismos de su creación. Pero su interlocución va mucho más allá: Bilbao, como en sus novelas, escapa de los simples encasillamientos y deriva hacia universos tan sencillos y comunes como lejanos y desconocidos.

El escritor español Jon Bilbao en Buenos Aires. Foto: Victoria Gesualdi.El escritor español Jon Bilbao en Buenos Aires. Foto: Victoria Gesualdi.

Sobre la cocina de su escritura y la conciencia metaliteraria, los límites de la ficción y la realidad, de la literatura como el arte de la conversación y de cómo el juego de los géneros, desde el western al terror, del realismo al suspenso, configuran un mundo personal y extensivo, nutrido de diversos estilos y poéticas, que van desde sus libros de cuentos Como una historia de terror (2008) y Estrómboli (2016), novelas como El silencio y los crujidos (2018) y Los extraños (2021), además de su trilogía “western”, Jon Bilbao habló con Clarín, sin dejar de mencionar su fanatismo por Antonio Di Benedetto y la defensa de la escritura de ficción como espacio absoluto de libertad.

–Uno de tus personajes dice: “Dos personas frente a frente, hablando. Basta eso para que cambie el mundo”. A tus personajes les gusta conversar, discurrir entre diálogos y pensamientos.

–Es algo en lo que creo, sinceramente. En algún otro momento de mis novelas, otro personaje dice algo así como que se la pasaría escribiendo de dos personas que están sentadas y hablan, mirándose a los ojos y siendo sinceras, incluso hablando de cosas que hasta allí no han hablado. Me parece una de las situaciones más climáticas que se pueden ofrecer en una narración. Experimentar en una conversación, de pronto, algo muy cercano, a escala humana y transformador. Siento que son acontecimientos que nos gustarían sentir más de lo que realmente las vivimos. Cuando se nos preguntan en la vida cosas como “¿qué te gustaría hacer en el mundo?” uno piensa en situaciones exóticas o extraordinarias, y sin embargo esto es algo mejor. Sentarte con alguien que te importe y hablar en profundidad, incluso de cosas dolorosas, a riesgo de no salir ileso.

–¿Es posible cultivar el arte de dialogar en medio del griterío que se ha convertido la vida pública?

–No soy de los que piensan que todo pasado fue mejor, no me gusta ese pensamiento consolatorio. Antes fue distinto, pero no mejor. Decir que las redes sociales no facilitan una comunicación íntima y sincera es una obviedad, pero tampoco creo que antes se hablara más y mejor. Siempre hubo ocupaciones, distracciones, trabajos, hijos y condicionamientos sociales y roles que vinieron impuestos en el entorno y que limitaron nuestros discursos, consciente o inconscientemente. En el norte de España decimos que si no hablamos de algo, no existe. Pues, entonces vamos a hablar, sacar los elefantes de la habitación.

–Pienso que tu literatura es una especie de larga conversación. En tus últimas novelas aparece por un lado Jon, el escritor, y por otro John Dunbar, el pistolero conocido como “el Basilisco”. Y los contextos que se entremezclan, el siglo XIX, el XX, Estados Unidos, España, las mitologías, la fiebre del oro y temas actuales como las residencias literarias o los problemas conyugales….

–Es medio inevitable como autor hablar de los western, pero sólo lo tomo como una plataforma, para que justamente conviva con esa otra línea narrativa de la puesta escena de su creador, el que da origen a ese mundo repleto de leyendas y aventuras. Sé que lo del western es lo que más llama la atención a quienes me desconocen, esa cosa de un autor en castellano que escribe desde la actualidad dando rienda suelta a ese poderoso imaginario. Pero en mis últimas novelas siento que hay un cincuenta por ciento de western y la otra mita se compone por una trama más realista, con la aparición de un hombre de mediana edad que escribe historias del oeste, y además se nutre de sus vivencias para alimentar las ficciones. Mis libros proponen un diálogo entre esos dos mundos, pasado y presente, y todo queda envuelto en la conversación de Jon, el escritor, con el personaje, y a la vez de Jon consigo mismo. Como una especie de cajas chinas.

–¿Cómo empezaste a construir el artefacto narrativo bajo esas dos líneas narrativas yuxtapuestas?

–La motivación primera fue mi afición al género western, convivo con ella desde la infancia. Cuando ya tenía varios libros publicados, me dije “¿por qué no crear yo mismo un western?” Pero quería esquivar el camino conocido. Si hubiera creado un western puro, ese Lejano Oeste estructurado, hubiera sido visto como que un hombre salvando una deuda con su infancia, y leído con un dejo de excentricidad. Deseaba que mi idea de western entroncara con lo que había hecho anteriormente, con el tono, con las subtramas y con los personajes de algunas de mis novelas pasadas, por eso surgió la idea de tener a Jon, el escritor, como un maestro de ceremonias que coordinara todos esos elementos. Y al mismo tiempo funcionando como una correa de transmisión hacia un western lejano, de otro siglo, para conectarlo luego con nuestra actualidad.

–En el comienzo de Matamonstruos ese escritor recuerda una escena de infancia, de miedo, cuando en el cine irrumpe el clásico de terror Tarántula. Y reflexiona, a partir de allí, sobre qué importancia tiene la fantasía.

–De hecho es uno de los pasajes más autobiográficos, sin adornos, y desde ese movimiento se pone arriba de la mesa el papel de la ficción. Un niño que va al cine ve el adelanto de una mala película, son dos minutos que lo marcarán de por vida, cuando una araña gigante aparece en la pantalla, y eso insufla un terror hacia las arañas que persiste en su vida como algo dañino, tóxico. Me interesaba para rastrear la influencia de la ficción en la realidad, y de cómo en él había arraigado la metáfora de la araña como un símbolo del mal, era algo que lo persiguió hasta de adulto. El personaje reflexiona si puede existir lo contrario, es decir, un sentido positivo de la ficción, y si ésta puede servir también para curarnos o darnos una determina respuesta a los problemas de la vida, y entonces decide embarcarse en esa exploración.

–Hablando de la ficción y de sus representaciones, parece que hoy la creación no bastara. Y que el escritor debe mostrarse públicamente, para existir, más allá de su literatura.

–Ese es un rol que me incomoda bastante. No me veo capacitado para opinar sobre todo, y menos de los temas que están encima de la mesa en cada momento. Que un escritor opine tampoco significa que sus opiniones sean sofisticadas o interesantes. Lo que seguramente sucederá es que se escuchen mejor articuladas o desarrollas, pero solamente porque el lenguaje es su herramienta diaria. Pero eso no implica, en absoluta, que uno se sienta obligado a decir algo sobre la última serie de Netflix o del conflicto bélico de turno. Creo que un escritor se comunica a través de sus ficciones. Y ya es bastante, ¿no?

–¿Qué es, para vos, la literatura?

–Ni más ni menos que un espacio de libertad. En ese espacio existe un solapamiento de estilos, momentáneos, no hay una intención consciente de escribir de tal o cual modo, es algo que me surge de modo natural. Es entonces que para potenciar un efecto o para marcar un foco, recurro en mi banco de herramientas a la narrativa del terror, o del suspenso, o del realismo más pedestre. En mi ficción, todo es posible. En mis últimas experimentaciones llevé al extremo lo de crear ficciones dentro de ficciones, donde di por sentado que un lector conocía las reglas. Al crear una serie, sentí que mis novelas no tenían que justificarse a sí mismas y me permití llegar más lejos.

El escritor español Jon Bilbao en Buenos Aires. Foto: Victoria Gesualdi.El escritor español Jon Bilbao en Buenos Aires. Foto: Victoria Gesualdi.

–¿Siguen existiendo lectores?

–Pues claro que sí. Que no existan tantos lectores como les gustaría a los libreros, seguramente. Pero nunca los ha habido. Siento que hoy hay más lectores que nunca. Antes tal vez se practicaba una lectura intensiva, una familia se compraba un libro de Tolstoi, o de Dickens, leían en voz alta un capítulo después de cenar, lo comentaban, y duraba todo el invierno, porque si no, les quedaba la Biblia. A mí me gusta la idea de detenerse en los libros, de saborearlos. De expandirlos sin apuro, por fuera de todas las convenciones o costumbres, entre personas que realmente les importe, por el placer de la lectura y del descubrimiento de nuevos mundos.

–¿Sos de leer escritores argentinos?

–Bastante. Voy a mencionar a mi favorito, que es Antonio Di Benedetto. Él tiene, en mí, un efecto extraño. Despierta algo fascinante, lo siento como si no escribiera en castellano. Yo soy traductor, leo inglés, pero prefiero las traducciones en español si son buenas, me resulta más inspirador disfrutar en mi idioma. Y también eso colabora más directamente al robo de ideas (se ríe). Con Di Benedetto me pasa que estoy tan concentrado, averiguando el origen de esas palabras, de esa construcción de frases, como si leyera inglés o francés, tiene un uso tan formal y tan personal que me resulta increíble. Me gusta recomendarlo, en España no es tan conocido como a mí me gustaría.

Jon Bilbao básico

  • Nació en Ribadesella, Asturias, en 1972. Es ingeniero de minas y licenciado en Filología Inglesa. Actualmente reside en Bilbao.
  • Es autor de los libros de cuentos Como una historia de terror (2008; Premio Ojo Crítico de Narrativa), Bajo el influjo del cometa (2010; Premio Tigre Juan y Premio Euskadi de Literatura) y Física familiar (2014); así como de las novelas El hermano de las moscas (2008), Padres, hijos y primates (2011; Premio Otras Voces, Otros Ámbitos) y Shakespeare y la ballena blanca (2013).
El escritor español Jon Bilbao en Buenos Aires. Foto: Victoria Gesualdi.El escritor español Jon Bilbao en Buenos Aires. Foto: Victoria Gesualdi.
  • Cuentos suyos aparecen recogidos en antologías como Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (2010), Pequeñas resistencias V (2010) y Cuento español actual (1992-2012) (2014).
  • En Impedimenta ha publicado el volumen de relatos Estrómboli (2016), el tríptico El silencio y los crujidos (2018), Basilisco (2020), una antología de estilo western que recibió el Premio de las Librerías de Navarra, la nouvelle Los extraños (2021), Araña (2023) y Matamonstruos (2024) donde recupera a los personajes de Basilisco, Araña y Los extraños en una colección de historias que alternan pasado y presente, ficción y realidad.

Jon Bilbao estará hoy domingo a las 18 en la lectura Bitácoras del Filba junto a Ángeles Alemandi, Lorena Salazar Masso, Romina Paula, Sebastián Hacher y Stenio Gardel en la terraza de Arthaus.


Sobre la firma

Juan Manuel Mannarino

Bio completa

Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados

QUIERO RECIBIRLO

Newsletter Clarin

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Del cielo al mar: la astrónoma que le dio un giro a su carrera, vive en un velero y difunde la ciencia en redes

Volver a habitar el mundo con asombro y lentitud, lejos del ruido urbano y de los calendarios. La vida...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img