Luego de la sorpresiva victoria en las elecciones legislativas, el Gobierno nacional sintió el apoyo de la sociedad en los cambios políticos y económicos que pregona, por lo que avanza en varias cuestiones. Una de las más importantes es la reforma laboral, que contempla varias modificaciones en el sistema laboral actual.
En las últimas horas, el tema generó cierto revuelo, ya que se conocieron algunos de los puntos del proyecto de reforma laboral presentado por la diputada libertaria Romina Diez. Bajo el título Ley de Promoción de Inversiones y Empleo, la propuesta motiva cambios radicales en la Ley de Contrato de Trabajo vigente.
Entre los puntos más sobresalientes y polémicos figura la extensión de la jornada laboral de ocho a doce horas. Con bancos de horas o regímenes especiales, la idea es respetar, al menos, doce horas de descanso entre jornada. Además, se flexibilizan los convenios colectivos para dar lugar a acuerdos individuales homologados, es decir, acuerdos entre empresas.
Asimismo, establece que las vacaciones pasen a estar fragmentadas en períodos que no sean menores a una semana. También, reduce las licencias por enfermedad, con un control de certificados a través de un registro de médicos peritos, que dependerán del Ministerio de Capital Humano.
Otro punto de la iniciativa es la fijación de límites a los honorarios y los costos judiciales en juicios laborales, con hasta un 25 por ciento del monto de la sentencia. Por último, propone incentivos fiscales para la contratación, con devoluciones de aportes patronales para las micro, pequeñas y medianas empresas, entre otras cosas.
Salarios dinámicos
Días atrás, en el reciente coloquio de IDEA, el secretario de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Julio Cordero, había adelantado que entre las principales cuestiones que se modificarían con la reforma laboral serían los convenios colectivos y las negociaciones salariales. En este sentido, mencionó el concepto de “salarios dinámicos”.
Según sus palabras, este cambio consiste en que las cifras fijadas en los convenios colectivos de trabajo dejen de ser “pisos” para pasar a funcionar como “techos” de referencia. Así, cada empresa va a poder pactar sumas diferentes de pago a sus empleados, pero sin superar lo que se establezca en forma colectiva, es decir, a la inversa que en la actualidad.
Además, señaló que se hará hincapié en la productividad, ya que se buscará asociar la evolución de los salarios con los resultados específicos de la producción de cada sector. En esta línea, se pretende acotar la vigencia de las cláusulas económicas de los convenios colectivos, y pasaría a renegociaciones periódicas en base al presente de la empresa y el contexto socioeconómico.





