Este viernes se desarrolla el segundo día del juicio por el crimen de Catalina Gutiérrez en la Cámara en lo Criminal y Correccional de 11° Nominación de la ciudad de Córdoba.
Se espera que el acusado, Néstor Aguilar Soto, quien se declaró autor del crimen, testifique “si está en condiciones”, anticipó su abogada Ángela Milena Burgos Niño. Cabe recordar que, la semana pasada, el acusado había sido internado de urgencia en un centro psico-asistencial para su estabilización, razón por la cual se postergó el inicio del juicio. Sin embargo, la pericia lo evaluó apto para afrontarlo.
La abuela de Soto, Ertha Jannet Vargas, oriunda de Bariloche, fue una de las que declaró en la jornada de hoy. En su relato, contó que crió a su nieto porque su padre abandonó a la familia cuando él tenía un año y la madre debía ir a trabajar. “A mi nieto le falló la cabeza”, dijo y continuó: “Se que cometió un delito grave, pero algo le pasó”. La mujer señaló que hicieron “mucho sacrificio para que estudie. Hicimos todo lo posible. Desde chico tuvo inclinacion al todo lo referido a la arquitectura”.
Además, contó que en abril y mayo de 2024 estuvo en Córdoba y pidieron ayuda a la Universidad para que le den asistencia psicológica a su nieto. “Lo veíamos muy callado y con mechones de pelo que se le caían”.
“Nestor no estaba en sus cabales. No estaba bien psicológicamente”, manifestó y agregó que “es un niño muy dócil que se deja llevar”, sumó.
El abogado de la víctima, Carlos Hairabedián, había anticipado que estas declaraciones podrían “dar un giro a la causa en el sentido de que haga innecesario seguir recibiendo testimonio”. Y agregó: “si son recibidos en el día de hoy, si comparecen las personas que son citadas y que han padecido situaciones iguales y que se han distanciado prudentemente en su momento el caso podría estar concluido”. Además, Hairabedián anticipó que pedirá prisión perpetua para Soto “al margen de la postura y de la posición que tenga el fiscal”.
Néstor Alejandro Aguilar Soto está imputado por homicidio calificado por alevosía y violencia de género.
La madre de Catalina recordó la actuación de Soto durante la noche del asesinato
También dieron su testimonio tres jóvenes que fueron amigas del asesino y tomaron distancia en los meses previos al crimen. La primera, Ornella Beltramo, lloró al expresar su «tristeza, enojo, bronca y decepción» hacia Soto, que miraba fijo el piso. Consultada por la inclinación sexual del homicida, dijo no saberla pero aclaró que «hablaba de mujeres y nunca con varones».
Por otra parte, tal como distintos relatos indicaron en el expediente, Soto no tenía «jamás» actitudes violentas con ella. «Jamás me ha levantado ni un dedo ni la voz», marcó. De todos modos sostuvo que hoy lo ve «como lo que es: un asesino».
El segundo turno fue de Luna del Castillo. Sí recordó una situación violenta cuando fue a la casa de Néstor y éste «tenía el lavarropas roto, lo vi y me dijo que fue un ataque de que algo le salió mal y le pegó al lavarropas».
Del Castillo profundizó sobre la relación Soto-Catalina: «Al principio él la veía como re superior. Me acuerdo que la primera vez que habló con ella me dijo ‘mirá la cantidad de seguidores que tiene y yo le estoy mandando plata de un gasto’ que habían tenido. Después de eso empezaron a ser amigos y todo normal. Empezaron a hacerse más cercanos y ahí sí ya empezó a ser más raro porque se repetía esto de la intensidad que tuvo conmigo y después con Orne».
La joven describió que «hablaban todo el tiempo» y Soto «quería juntarse todo el tiempo» y que cuando Catalina «no respondía la empezó a llamar».
Por último, Celina Giolitto coincidió en no tener registro de una relación de Soto con algún hombre. Incluso sostuvo que escuchó de su parte «comentarios homofóbicos», a lo que Soto respondió en voz baja preguntándose «¿Comentarios homofóbicos?». Al decirlo, el Tribunal le recordó que debía guardar silencio.
Pasados estos testimonios se determinó un cuarto intermedio y, al regresar a la sala, Soto se rio con su abogada Ángela Burgos Niño. La escena se dio cuando el papá, la mamá y la hermana de Catalina ya estaban sentados a pocos metros de él aguardando la reanudación. Atrás también estaban el novio y otros familiares de la víctima. Todos fueron testigos del momento.
