En el juicio por la muerte de Diego Maradona, una testigo fue retirada de la sala por presunto falso testimonio. Además, médicos declararon contra Luque y Cosachov.
Durante una nueva audiencia del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro decidió retirar a una testigo por presunto falso testimonio. Se trata de Nelsa Pérez, una empleada administrativa de la empresa de medicina domiciliaria Medidom, que brindaba servicios al astro en su residencia del barrio San Andrés, partido bonaerense de Tigre.
Fuentes judiciales explicaron que la mujer incurrió en contradicciones durante su declaración, especialmente al referirse a la modalidad de atención médica que recibía Maradona. Según el abogado Diego Olmedo, defensor del psicólogo Carlos Díaz, Pérez “negó que en Argentina exista un instituto de la internación domiciliaria”, lo que generó sospechas sobre la veracidad de su testimonio.
Mario Baudry, representante de Verónica Ojeda y del hijo menor del ídolo, calificó la situación como “terrible”, al señalar que la testigo intentó defender a los enfermeros.
Críticas a la externación médica de Maradona
En la misma jornada, el jefe de Terapia Intensiva de la Clínica Olivos, Fernando Villarejo, responsabilizó al neurocirujano Leopoldo Luque y a la psiquiatra Agustina Cosachov por la decisión de trasladar a Maradona a una casa sin condiciones adecuadas. “No era un paciente para estar en una internación domiciliaria”, afirmó ante el tribunal.
Villarejo aseguró que, tras la operación por el hematoma subdural, recomendó la atención en un centro de rehabilitación con un equipo multidisciplinario, debido al cuadro de abstinencia que presentaba Maradona. También reveló que el ídolo fue sedado durante 24 horas por pedido de Luque y Cosachov, decisión con la que no estuvo de acuerdo.
El profesional cuestionó la falta de estudios prequirúrgicos adecuados antes de la operación y criticó que el paciente no recibiera un seguimiento médico acorde a su complejidad. “Una internación domiciliaria requería condiciones casi institucionales, con estrictos controles médicos, algo difícil de garantizar en ese contexto”, advirtió.