Pasaron 9 meses desde la última vez que Juliana Scaglione, más conocida como «Furia», pisó el estudio de GENTE y protagonizó una icónica tapa que dio mucho de qué hablar tras su paso por Gran Hermano (Telefe). En aquella ocasión, la jugadora tenía apenas una semana en el afuera y contó en profundidad su historia de vida. Hoy, no es la misma y así lo reconoce.
En el medio pasó de todo. Y, aunque mantiene su imponente personalidad y no pasa desapercibida, aprendió a cuidar más la manera en la que se muestra. «Mi ego había subido mucho. Me vi y dije: ‘Esa no es Juliana'», confiesa.
Se presenta como una «aprendiz» frente a la cámara, pero la realidad es que esa fuerza con la que jugó en el reality aparece cuando salen los flashes. «Estaba dentro de un personaje que me costó barrerlo y sacarlo», dice sobre «Furia», aunque con ella mantiene su match de look, personalidad y mensaje.
Saca su colección de lentes oscuros y también sus cartas, porque tiene una fascinación especial por el tarot y las energías. «Me tiré las cartas y me salió que entraría con un hombre, que fue Papucho y que no duraría mucho», revela entusiasmada mientras muestra su maso con imágenes bastante llamativas, con tonos negro y dorado. «¿Se pueden tocar?», le pregunta curiosa la cronista, y cuenta que no tiene problema con eso, pero que suele limpiarlas antes de usarlas.

Dejar de ser Furia para mostrarse como Juliana
–Algunos participantes dicen que pudieron conocer a la verdadera Juliana y no a «Furia» la jugadora. ¿Lo sentís así?
-Fueron varios los jugadores de la casa que lo sintieron así y puede que tengan razón. No entré en modo ataque ni fuerte en cuanto a juego. Traté de conocerlos primero y que me conocieran, y ahí si podía empezar a jugar de lleno. Pero me di cuenta que no estaban al nivel que jugábamos en la edición anterior.
–¿Ese cambio de actitud tiene que ver con algo que pasó en tu vida personal este último tiempo?
-La verdad es que después de pasar por Gran Hermano aprendí un montón de cosas sobre cómo dirigirme al otro, cómo plantarme ante las situaciones, cómo aceptar lo lindo que me da el público, pero también las críticas. Ahora acepto sólo las críticas constructivas. Antes escuchaba y estaba muy atenta a todo lo negativo que se decía, y gracias a Dios fui creciendo bastante en ese sentido. Psicológicamente hoy estoy muy bien, lo acepto y entiendo que es una nueva vida, un nuevo camino y que quiero transitar de otra manera.
-¿En qué te apoyás? ¿Hacés terapia?
-No he hecho terapia desde que salí de la casa, pero sí pude entender que mi ego había subido mucho en las instancias del juego anterior. Salí y me sentía una rockstar, hasta que llegó un punto que dije: «Esa no es Juli, no es Juliana». Estaba dentro de un personaje que me costó barrerlo y sacarlo.

-¿Y que te ayudó a conseguirlo?
-Creo que con la fuerza mental que tengo, porque también estaban los comentarios negativos de la gente que me decía cosas muy feas, palabras hirientes y dolorosas que nadie quiere escuchar. Así que siento que me sirvió mucho la disciplina que traigo del deporte, esa capacidad mental y a no decaer, a pensar que siempre hay que avanzar más allá de las circunstancias.
-¿Cómo es la Juliana real, después de «barrer» el personaje de Furia?
-Juliana es más tranquila, es muy perpicaz, también va por lo que quiere. Tiene un poco de esa Furia, pero tal vez no tan revolucionada. Furia fue un personaje que supo mostrarse y sirvió un montón, tanto para el reality show como para ella misma. Pero que en el camino le tocó entender que en la vida real hay otras maneras y otras conductas muy distintas a como se vendió. La gente cuando me conoce bien me dice: «Pará, no sos todo lo que dicen. No sos tan así» (risas). Igual entiendo que yo hice todo para que se me vea de esa manera, y me gusta que se hayan divertido, llorado y pasado por todas las emociones conmigo.
Por qué Juliana Scaglione no necesita tratamiento para tratar su enfermedad y cómo es su nueva rutina
-¿Cómo estás de salud?
-Buena pregunta (suspira). No puedo hacer lo que hacía antes en cuanto a entrenamientos pesados. No puedo hacer tres horas seguidas como antes por mi diagnóstico.
-¿Estás en tratamiento?
-No llevo tratamiento, soy asintomática, por lo que tuve mucha suerte. Los valores en sangre me están dando bien, como estaban antes y eso me deja mucho más tranquila. Tengo que llevar por supuesto una buena alimentación, descansar, evitar el estrés, alcohol no puedo tomar mucho y bueno, reírme mucho y no enojarme tanto (risas).

-¿En algún momento tuviste miedo cuando te dieron el diagnóstico?
-Trato de no pensar en eso, porque creo que si pienso y le doy vuelta al asunto, eso me va a deprimir. Pienso y siento que no tengo nada. Me siento y me manifiesto saludable. Obviamente me ocupo, pero siempre trato de ser positiva, hablar afirmativamente y pensar en que en algún momento la enfermedad se va a ir y todo volverá a la normalidad. Mientras tanto, llevo todo con mucha consciencia.
Cómo vive Juliana Scaglione la exposición tras su paso por la casa más famosa
-¿Hoy podés llevar una vida normal?
-No puedo seguir mi vida habitual como antes… en la calle me reconocen y eso es algo que todavía me cuesta, porque a mí me encanta salir a caminar o andar en bicicleta, me gusta mantenerme activa y disfrutar de actividades al aire libre. Entonces la gente cuando me ve en la calle considera que soy su amiga porque me vieron las 24 horas del día (risas).
–¿Cuál es la reacción de ellos cuando te ven?
-Me hablan naturalmente, se me acercan y me piden fotos, para mí sigue siendo un flash. Si salgo o voy a un evento lo doy todo, y después me guardo en mi casa para recuperar energía. Pero no creo que sea algo que quiera cambiar, siento que mis fanáticos se merecen todo porque me dieron todo también.

-¿En algún momento llegaste a sufrir esa exposición?
-No. La realidad es que siento que la vida me preparó para moverme así, con mucha gente alrededor. Antes, me dedicaba a dar clases, era entrenadora, también estuve en el circo, entonces solía relacionarme con grupos de personas y a los gritos. Entonces en ese sentido de la cantidad, lo vengo viviendo hace bastante. Pero bueno, aprendí a priorizar mi tiempo también.
-Que mucha gente te siga no te costó, ¿y la exposición de los medios?
-Aprendí a no leer todo lo que dicen. Hay muchas cosas que no son reales, mucho invento en redes sociales. En vez de salir a aclarar cada cosa prefiero seguir trabajando y enfocada en lo que quiero. A veces tenés que reírte de todo y sacarle ese lado divertido, seguir adelante y entender que es parte del proceso.

El particular pedido que le hizo a su hermana y cómo es en el rol de tía
-Cuando participaste la primera vez, tu hermana te bancó mucho públicamente, ahora estuvo muy bajo perfil. ¿Fue un pedido tuyo?
-Exactamente, le pedí que bajara un poco el perfil, porque es muy pasional y no quiero que le vuelva a pasar lo mismo, de que se enoje por lo que dicen de mí, porque obvio a ella como mi hermana le sale ese lado protector, de defenderme. Esta vez decidí aislar un poco a mi familia, cuidar más su privacidad y no exponerlos tanto, porque fui yo la que decidió estar en un reality con cámaras todo el día. Pero a ellos como familiares hay comentarios que les duele, y salen a contestar. Era eso lo que no quería. Me defendió solo de algunas cosas, pero trato de que esté tranquila, enfocada en sus cosas, en Rubí y en su familia.
–Supongo has podido disfrutar mucho más de tu sobrina, porque cuando entraste al reality ella estaba muy chiquita…
-Sí, cuando salí de la casa no podía creer lo grande que estaba y cada vez que la vuelvo a ver sabe algo nuevo o tiene un metro más (risas).

-¿Cómo sos como tía?
-Me gustaría estar más presente, pero soy muy consentidora y regalera. Cada vez que la veo le quiero dar de todo y siempre la tengo presente. Además, aprovecho mucho para contagiarme de su energía porque es muy divina. Se ríe todo el tiempo, tiene una mirada hermosa, es una dulce.
La vida de Juliana después de «Gran Hermano»: de ser analista a prepararse para su debut en la calle Corrientes
-Ahora estás en el panel de Gran Hermano. ¿Lo manifestaste en algún momento?
-La verdad que no y me sigue sorprendiendo estar sentada al lado de personalidades con mucha trayectoria como Ceferino Reato, Laura Ubfal o Gastón Trezeguet, y ni hablar de Santiago del Moro. Todavía no caigo. Pienso en el tremendo giro que dio mi vida en el último tiempo y no puedo estar más agradecida. Entiendo todo el proceso que hay detrás de llegar a estos lugares privilegiados, y que a mí se me este dando tan fluidamente es: ¡Wow!

-También estuviste en Sex, la obra de José María Muscari…
-¡Sí! Estuvo muy bueno, me divertí muchísimo. Estuve cuatro días nada más, pero me sirvieron un montón para entender lo que es trabajar en teatro, cómo hay que correr para todos lados, los cambios de vestuario, salir a tiempo, laburar en conjunto con compañeros y que todo sea perfecto, porque es una gran obra, pero sólo si todos nos apoyamos y lo damos todo. No hay un protagonista, es un conjunto. Se trabaja en equipo y la realidad es que me sirvió un montón como experiencia. Muscari me lo dijo cuando me convocó: «Pensá Juli que esto te va a sumar un montón y que vas a aprender de todo» y así fue.
– ¡Debutás en la calle Corrientes! ¿Qué podés contar?
-Estoy muy, muy feliz como te decía con todo lo que me está pasando después de mi paso por Gran Hermano. Esta obra está inspirada en la historia de Canserbero y se llama El Principio del Fin. Cuando me convocaron me ofrecieron un personaje de policía y enseguida les dije: «¿Qué? Me vuelvo loca». Además será en el Gran Rex, es un montonazo. Espero poder estar a la altura de toda la gente que labura en este proyecto, que son como 50 personas.

-¿Cuándo estrenan? Vi que compartís elenco con Melody Luz.
-Ya conocía a Melody porque es la pareja de Alex Caniggia con quien hice streaming, así que apenas la vi en los ensayos la saludé y me encantó poder compartir con ella. Hay muchas más personalidades, bailarines, cantantes, raperos, la rompen toda. El grupo es grande y tienen una energía que realmente te motiva. Estrenamos el 14 de agosto a las 20, pero ya empezamos a leer el libreto. Es una obra que está musicalizada, que está realmente muy buena.
–A vos te gusta también cantar y bailar…
-Totalmente. Me encanta bailar, cantar y actuar. Y esta es una nueva etapa en la que siento que puedo crecer porque es algo que me apasiona.
-¿Alguna vez tomaste clases?
-Nunca tomé clases, pero vengo de una familia de artistas. Mi mamá era cantante soprano, mi papá tocaba el acordeón y siempre cantábamos en casa, pero ahora que se están abriendo estás oportunidades sí me gustaría prepararme profesionalmente.
–¿Y el streaming es algo que harías de lleno?
-Estuve con Alex Caniggia haciendo streaming y también hago en mi casa sola, conectada con la gente y nos divertimos mucho. Y me están llamando de algunos canales para ver si me puedo integrar, así que veremos. Estoy escuchando todas las propuestas, bajé un montón mi perfil y siento que eso me suma. Antes me enojaba rápidamente y contestaba mucho, ahora prefiero reírme, disfrutar y entretener a la gente de esa forma.
Fotos: Ale Carra.
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