Por si hay alguna duda con el titular, el grupo municipal de Junts no tiene ninguna intención de votar a favor de los presupuestos del Ayuntamiento de cara al 2026 presentados semanas atrás por el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls. Si se coge el denominado libro verde de las cuentas, el detalle pormenorizado de gastos e ingresos, las 500 alegaciones presentadas por los neoconvergentes salen a 1,15 por página. No dejan títere con cabeza: “Es una propuesta continuista, hecha desde la inercia y desconectada de los barrios y de las necesidades reales de la ciudad”, ha resumido este jueves el líder de la formación en Barcelona, Jordi Martí.
Lee también
El presupuesto municipal para el 2026 superará por primera vez los 4.000 millones de euros
Carlos Márquez Daniel

En el caso de aprobarse (lo harán por las buenas o por las malas), será la primera vez que los presupuestos municipales superen los 4.000 millones de euros. Las cuentas las detalló el 9 de octubre el concejal Valls, que ha insistido en que la hoja de ruta se centra “en las personas, la vivienda y la seguridad”, con una partida de nuevas inversiones que supera los 700 millones.
El medio millar de correcciones planteadas por Junts demuestran, considera Martí, que con modificaciones la caja pública puede alumbrar “una ciudad más justa, próspera e inclusiva”. “Tenemos muchos problemas que se mantienen y se cronifican y que no tienen soluciones en los presupuestos de Collboni, avalados por ERC y Barcelona en Comú, aliados acríticos”, ha aseverado Martí.
Tenemos muchos problemas que se cronifican y que no tienen soluciones en los presupuestos de Collboni, avalados por ERC y Bcomú”
Jordi Martípresidente grupo municipal Junts
El líder de Junts estima que la propuesta del PSC “carece de una estrategia económica sólida”, censura el exceso de regulación en materia de vivienda (exige más colaboración con el sector privado para construir), plantea más fondos locales para las personas sin hogar y reclama una fiscalidad “más justa, equilibrada e incentivadora”
Esquerra ya ha avanzado su voto favorable a cambio de inversiones en vivienda o la protección del catalán. Los Comuns lo han puesto bastante más difícil, y aunque parece que las ordenanzas fiscales (impuestos locales) sí pasarán el corte con el tripartito, las cuentas lo tienen complicado para lograr el sí ordinario. Han puesto como condición, entre otras cosas, la recuperación de los ejes verdes, proyecto orillado por los socialistas que BComú ya puso sobre la mesa en la negociación del año pasado que no llegó a buen puerto. En diciembre del 2024 tocó prorrogar los números del 2023, mientras que para el próximo ejercicio, Collboni, si no llega a los 21 votos necesarios puede usar la cuestión de confianza: presupuesto aprobado si en 30 días no hay un candidato firme a su puesto.





