Con solo 20 años, Kala Bidner, hija de la reconocida actriz Guadalupe Martínez Uría (51; exestrella en tiras juveniles como Clave de Sol, Pelito y Chiquititas), viene trazando un camino propio en el pop urbano en el que se destaca por su autenticidad y emocionalidad. «Me encanta empoderar a las chicas con mis canciones», asegura en diálogo con GENTE.
Desde muy chica, Kala mostró una inclinación natural hacia la música. A los 5 años, junto a sus hermanos Ona y Máximo, participó en un álbum de canciones infantiles, marcando el inicio de una carrera prometedora. Sin embargo, fue a los 9 años cuando su destino musical tomó un giro significativo al ser seleccionada por el cantautor venezolano Franco de Vita para interpretar Tan sólo tú en el emblemático estadio Luna Park. Esta experiencia no solo consolidó su pasión por el canto, sino que también le brindó una plataforma para conectar con audiencias masivas.

La adolescencia de Kala estuvo marcada por una búsqueda constante de identidad artística. A los 14 años, compuso su primera canción, ¿Por qué?, reflejando una madurez y sensibilidad poco comunes para su edad. Uno de los momentos más emblemáticos en su trayectoria se dio en 2022, cuando fue invitada a entonar el Himno Nacional Argentino en el entretiempo de un partido amistoso entre la Selección Argentina y Estonia, celebrado en el estadio El Sadar, en Pamplona, España. Una emotiva versión que hizo emocionar al seleccionado comandado por Lionel Messi y a la hinchada.
En una conversación íntima, la compositora y multinstrumentista que estudia comercialización, acaba de sacar su segundo EP (Trofeo) y divide su tiempo entre Buenos Aires y Miami, sede de sus periódicas sesiones de estudio, comparte detalles sobre su evolución artística, cuenta cómo se sirve de sus canciones para empoderar a otras mujeres, cuáles son sus feats soñados y cómo funciona su relación con su “momanager”.

Kala Bidner habla sobre el difícil equilibrio entre ser fiel a su esencia y conectar con la gente y el vínculo con su madre
–Creciste con una mamá que fue un ícono de la televisión juvenil, pero elegiste la música. ¿Cómo descubriste que ese era tu camino y no la actuación?
–Siempre supe que el arte iba a ser parte de mi vida, pero la música es lo que realmente me hace vibrar. Desde chiquita, en mi casa siempre sonaba música, y yo me la pasaba cantando sin darme cuenta de que en realidad ya era parte de mí.
Amo la actuación y creo que, si en algún momento surge la oportunidad, me divertiría explorarla, pero cantar es donde realmente me siento libre. Es una forma de expresión muy personal, donde cada palabra y cada melodía cuentan una historia que sale de adentro.
Con el tiempo, me di cuenta de que ahí es donde quiero estar, en un escenario, componiendo y conectando con la gente a través de mis canciones.

–A los 20 años, muchos buscan independencia. ¿Cómo es tener a tu mamá como representante y guía en la industria?
–Es una mezcla de todo. Por un lado, es increíble porque sé que nadie me va a cuidar más que ella y que todo lo que hace es pensando en lo mejor para mí. No tengo que preocuparme por si alguien quiere aprovecharse o por si estoy rodeada de la gente correcta, porque confío ciegamente en ella.
Pero también, como cualquier relación madre-hija, tenemos nuestros momentos de choque. A veces discutimos por cosas de trabajo y después estamos en casa cenando como si nada. Nos pasa que se nos mezcla todo, y hay días en los que le tengo que decir: “Mamá, basta, no hablemos más de laburo”.
Pero en el fondo, es un privilegio tenerla a mi lado, porque además de ser mi mamá, tiene una visión increíble y una experiencia que me sirve muchísimo.
–Tu generación vive la fama de una manera muy distinta a la de los 80 y 90. ¿Cómo manejás la exposición?
–Hoy en día la exposición es constante. Antes, los artistas tenían su momento de fama en televisión, en revistas o en shows en vivo, pero después había un espacio más privado. Ahora, con las redes sociales, todo es inmediato y permanente.

–¿Qué aprendiste al ver la experiencia de tu mamá?
Aprendí mucho viendo a mi mamá, porque ella vivió la fama en otra época, donde tal vez la gente idealizaba más a los artistas y había menos contacto directo con el público. Hoy es diferente, los seguidores quieren conocer todo de vos, verte en tu día a día, saber qué comés, cómo pensás… y eso tiene su lado lindo, pero también es un desafío, porque no hay respiro.
De ella aprendí a mantenerme auténtica y a no dejar que la mirada externa me defina. También me enseñó a tener límites sanos con la exposición y a priorizar siempre mi bienestar por sobre lo que los demás esperan de mí.

Las aspiraciones futuras de Kala, con las que sueña en grande
–Si tuvieras que elegir a un artista con quien hacer un feat soñado, ¿quién sería y por qué?
–Tengo varios artistas con los que me encantaría colaborar, pero si tengo que elegir, diría Karol G, Emilia y Tini. Cada una tiene un estilo único y una manera de conectar con el público que admiro muchísimo.
Con Karol G me encantaría hacer un tema con mucha fuerza, algo bien power y con un mensaje de empoderamiento. Siento que su energía y su presencia en el escenario son impresionantes, y que juntas podríamos crear algo increíble.
Emilia también es una artista que admiro mucho, tiene una identidad muy marcada y su evolución musical me parece impresionante. Y con Tini también sería un sueño, porque crecí viéndola y siempre me gustó cómo fue encontrando su propio sonido a lo largo de los años. Me encantaría, creo que podríamos hacer desde algo más pop hasta algo más urbano.
–Si tuvieras que definir tu estilo musical en tres palabras, ¿cuáles serían y qué historia cuentan de vos?
–Auténtico, versátil y emocional. Auténtico porque siempre trato de que mi música refleje lo que realmente siento en ese momento, sin forzar nada. Versátil porque me gusta jugar con distintos géneros y sonidos, no encasillarme en un solo estilo. Y emocional porque cada canción tiene una parte de mí, de mis experiencias, de lo que me marcó. Mi música cuenta mi historia y la de muchas personas que se pueden sentir identificadas con lo que canto.
–Cuál fue el mayor desafío al tener que decidirte por las tres canciones que componen tu nuevo EP, titulado Trofeo?
–Lo más difícil fue elegir qué historia quería contar con este EP. Tenía varias canciones que me encantaban, pero tenía que pensar en cuáles representaban mejor este momento de mi vida y lo que quiero transmitir.
También fue un desafío encontrar un equilibrio entre lo que es fiel a mi esencia y lo que puede conectar con la gente. Quería que fueran canciones que reflejaran mi crecimiento como artista y que al mismo tiempo mostraran diferentes facetas de mi música. Al final, me quedé con las tres que sentí más genuinas, las que más me movían algo por dentro.

–¿Qué es lo más divertido o inesperado que te pasó trabajando junto a tu mamá? Alguna anécdota de backstage que todavía recuerden y se rían.
–Una de las más graciosas fue cuando iba a cantar en el show de Cristian Castro en el Movistar Arena. Tenía un vestido divino, todo pensado… y justo cuando estoy por entrar al escenario, escucho un “crack” atrás.
Siento que algo se rompe, miro a mi mamá y ella me mira con cara de “¿Qué pasó?”. En segundos, sin decir nada, viene y me mete un gancho disimulado para que no se note. Fue un momento de adrenalina total. Apenas salí del escenario, nos cagamos de la risa.

Fotos: Diego García
Retoque fotográfico: Gustavo Ramírez