14.7 C
Buenos Aires
domingo, octubre 12, 2025

Kaminaljuyu: la joya arqueológica escondida bajo la Ciudad de Guatemala

Más Noticias

Considerada la primera ciudad del valle central, se creyó inicialmente que Kaminaljuyú abarcaba entre seis y ocho kilómetros cuadrados. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que su extensión era mucho mayor. Originalmente eran cerca de 200 edificios dispersos por todo el valle, y ahora se cree que el asentamiento incluía los límites del mismo, a la orilla de los barrancos que lo rodean.

En días recientes, este sitio ha recobrado notoriedad tras el anuncio de nuevos hallazgos en las denominadas Estructura  T, Subestructura  T y Edificio  AA, localizadas en la acrópolis del sitio por el equipo del proyecto Rescatando Kaminaljuyú, dirigido por la arqueóloga Bárbara Arroyo.

Según la especialista, estos descubrimientos revelan una historia más profunda y compleja que la conocida hasta ahora, con potencial para destapar nuevas construcciones dentro del parque arqueológico y en otras zonas de la ciudad. Con cada hallazgo se amplía la comprensión de los pueblos que habitaron el área en la antigüedad.

Lecturas recomendadas

A diferencia de otros grandes sitios mesoamericanos construidos con piedra, Kaminaljuyú se edificó con tierra. Este material, aunque desafiante para la conservación, ha servido de escudo protector: las estructuras están sepultadas bajo capas de suelo que forman montículos explicó Arroyo.

El Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) destaca su enorme valor como referente arqueológico, pues es el único parque de su tipo que resguarda memoria prehispánica dentro del perímetro urbano de la capital, y por ello dicha institución patrocinó una guía turística para dar a conocer su importancia.

De recorrido fácil y con acceso directo para visitantes, el sitio ofrece una experiencia inmersiva, tanto para turistas nacionales como para extranjeros. Pero Kaminaljuyú no se limita a sus montículos visibles. Su huella se extiende por distintas zonas de la ciudad principalmente la 7 y  11, e incluso alcanza áreas del municipio de Mixco. Bajo estos suelos aún descansan secretos, memorias y estructuras por descubrir, según Arroyo.

Ciudad oculta

En Kaminaljuyú: la primera ciudad de Guatemala, la arqueóloga Bárbara Arroyo sostiene que este sitio fue “la capital de un amplio sistema sociopolítico”, con conexiones que se extendían desde el altiplano hasta las tierras bajas mayas y el centro de México.

Su ubicación estratégica —en un valle fértil, rodeado de volcanes y alimentado por el lago Miraflores— favoreció el desarrollo de una sociedad compleja, capaz de diseñar canales hidráulicos, construir templos de más de 20 metros de altura y establecer redes de comercio de largo alcance.

Hallazgos recientes en estructuras como la T, sub T y la AA revelan una historia más antigua y sofisticada de lo que se pensaba. Según Arroyo, Kaminaljuyú fue habitada de forma continua desde el 1000 a.  C. hasta el 1200 d.  C., lo cual la convierte en uno de los asentamientos más longevos del mundo maya.

Durante ese extenso período, la ciudad experimentó al menos dos momentos de esplendor: uno en el Preclásico Tardío (400 a.  C.–200 d.  C.) y otro en el Clásico Temprano (200–600 d.  C.), cuando su arquitectura muestra influencias evidentes de Teotihuacán.

El estilo talud-tablero —símbolo arquitectónico del poder teotihuacano— se observa en montículos como los A y B de la acrópolis, que se ubicaban frente a lo que hoy se conoce como Hospital Roosevelt, donde se hallaron ofrendas de jade, conchas y cerámica. Sin embargo, más allá de la monumentalidad, Kaminaljuyú asombra por su dominio del agua: canales, drenajes y acueductos y atestiguan la maestría con que sus habitantes gestionaban ese recurso vital y sagrado.

first-image

Vista panorámica del sitio arqueológico Kaminaljuyú, donde se resguardan bajo montículos las edificaciones de una antigua civilización.

(Foto Prensa Libre: Cortesía Barbara Arroyo)

Hoy solo 40 de los más de 200 montículos originales siguen en pie. Se presume que otros permanecen ocultos bajo calles, casas y edificios de la ciudad. “Con los nuevos registros, sabemos que el asentamiento completo se extendía entre 92 kilómetros cuadrados. Es decir, debajo de gran parte de la Ciudad de Guatemala está Kaminaljuyu”, señala Arroyo.

A pesar del tiempo y la urbanización, el sitio continúa revelando pistas sobre el origen de la civilización en el altiplano guatemalteco.

Para Arroyo, Kaminaljuyú no solo fue el corazón de una antigua sociedad, sino también un punto de convergencia cultural, donde “la diversidad étnica, la ingeniería y la espiritualidad se fundieron en un mismo paisaje”.

“Visitar el parque arqueológico es caminar sobre los cimientos de una historia que aún palpita”, añade Arroyo. Cada montículo, cada fragmento de obsidiana, cada muro de barro susurra el eco de un pasado.

first-image

Vista general del sitio Kaminaljuyu desde Md E-3-5. (Foto Prensa Libre: cortesía Museo Peabody)

Investigación

El proyecto Rescatando Kaminaljuyú, iniciado en el 2019, ha logrado avances significativos, no solo en la recuperación del parque arqueológico, sino también en la reconstrucción de la historia que resguarda este sitio milenario.

Arroyo, directora del proyecto, y la arqueóloga Gloria Ajú, miembro del equipo de investigación, explican que el objetivo era trabajar en la acrópolis, el punto más alto del sitio, espacio que fue parcialmente excavado por el arqueólogo Gustavo Espinoza en las décadas de 1950 y 1960, y requería de aclaraciones, ya que sus notas se perdieron de los archivos oficiales. 

Este plan llevó a una  nueva etapa de excavaciones iniciadas en el 2011,  la cual continuó  en el 2019, cuando el proyecto tomó fuerza, con la incorporación del arquitecto restaurador mexicano Luis Fernando Guerrero Baca, especialista en estructuras de tierra tradicionales.

“No quisimos excavar sin contar con un restaurador. Desde entonces, realizamos excavaciones sistemáticas para conectar los hallazgos de Espinoza con los nuestros”, puntualiza Arroyo.

first-image

La estructura AA, una de las edificaciones recientemente excavadas en el sitio arqueológico Kaminaljuyú.

(Foto Prensa Libre: Cortesía Tojin Benito / Rescatando Kaminaljuyú)

second-image

Fotografía del edificio Sub T, una de las edificaciones recientemente excavadas dentro del sitio arqueológico.

(Foto Prensa Libre: Cortesía Tojin Benito / Rescatando Kaminaljuyu)

¿Qué descubrieron?

“La importancia científica de esta nueva área radica en el hallazgo de rasgos arquitectónicos no documentados hasta ahora”, indica Arroyo.

En el 2011 sospechaban que existía algo distinto; ahora lo confirman: se descubrieron muros de más de dos metros de altura y 40 centímetros de espesor, algo inusual para el área maya de ese período, destaca el arqueólogo de campo Tojin Benito.

“También hallamos ventanas —un elemento arquitectónico no registrado antes en esta parte de la zona maya. Estos descubrimientos evidencian el nivel técnico y la capacidad constructiva de los antiguos pobladores de Kaminaljuyú. Aunque la tierra es frágil, la manejaban con maestría, demostrando planificación y un conocimiento avanzado”, agrega.

La estudiante de Arqueología e integrante del proyecto  Camila Ruiz  comenta que, desde el punto de vista científico y de conservación, se comprobó que era posible restaurar estructuras utilizando únicamente tierra, sin materiales externos que pudieran dañar las originales. Eso les permitió reevaluar la tierra como un material potente y resistente, y reconocer que sus antiguos usuarios conocían sus propiedades perfectamente.

“Creemos que este sector fue un espacio privado. Las áreas excavadas por Gustavo Espinoza han estado abiertas al público por más de 50 años, pero las nuevas estructuras parecen haber sido viviendas o palacios de la élite”, comenta Arroyo.

Durante la excavación, se demostró que los edificios estaban muy limpios: “casi no había restos materiales, lo que sugiere que funcionaban como residencias”, destaca Arroyo.

Talento Nacional

“Hallamos muros de más de dos metros de altura, con dibujos, un hallazgo sin precedentes. En uno de ellos se observan trazos que podrían representar un ave de estilo teotihuacana, semejante a los murales de Teotihuacán”, agrega.

Este descubrimiento, plasmado en una de las paredes, fue interpretado por los arqueólogos como una forma de comunicación pictórica, en un contexto en el cual la escritura formal aún no existía en el altiplano.

Desde el punto de vista de Arroyo, esos pictogramas podrían representar alianzas o hechos trascendentes mediante imágenes. “Creemos que lo descubierto es solo una parte de un conjunto mayor”, recalca.

Ruiz excavó el edificio AA y halló una ofrenda dedicatoria, práctica maya habitual para sacralizar un nuevo espacio”, explica la directora del proyecto.

Por su parte, Ruiz añade: “Durante las excavaciones observamos que las escalinatas no tenían la misma medida. Al explorar bajo el piso visible, hallamos un depósito con fragmentos de vasijas, restos óseos y cuentas de jade. Este hallazgo revela una tradición ritual compleja, vinculada a las distintas etapas constructivas del sitio”.

Benito complementa que en el depósito se identificó material que muestra la ocupación más antigua del edificio AA, en el cual se encontraron extremidades de perro o coyote y vértebras de pescado, elementos simbólicos de los tres planos del universo maya: acuático, terrenal y celestial. También se hallaron vasijas rotas que aluden a la tradición de multiplicar buenos deseos, práctica aún vigente en comunidades como  Momostenango, dice el arqueólogo de campo.

Ciudad extensa destruida por el hombre

“Kaminaljuyú fue una ciudad enorme. En los primeros estudios de la década de 1920 se pensó que abarcaba unas ocho hectáreas; luego se estimó en 8  km. Hoy sabemos que el asentamiento alcanzaba entre 80 y 90  km: gran parte de la Ciudad de Guatemala descansa sobre Kaminaljuyú”, afirma Arroyo.

 Los arqueólogos atribuyen a la urbanización la destrucción de muchos montículos durante las décadas de 1950 y 1960, por falta de legislación y conciencia patrimonial. Algunos fueron documentados, pero  la mayoría desapareció por la acción humana.

“El montículo más alto estaba en la entrada de La Verbena. Su tierra fue usada para la antigua Ladrillera Nacional. También existían estructuras en el Cementerio General, en el sector norte de El Naranjo y en el bulevar Liberación.  Lo que queda hoy es apenas una fracción del sitio original, pero sigue siendo invaluable. Kaminaljuyú fue una ciudad planificada, con plazas, calzadas y canales”, expone  Arroyo.

first-image

 Propuesta del gran territorio Kaminaljuyu según estudios de Arroyo y colaboradores.

( Foto Prensa Libre: Proyecto Rescatando Kaminaljuyu, mapa por Javier Estrada)

Montículo de la Culebra

“El montículo de La Culebra es una estructura monumental de unos cinco kilómetros de longitud, que se extiende desde, al menos, el monumento a Tecún Umán hasta Santa Catarina Pinula, y formaba parte de un sistema hidráulico que conducía el agua del lago Miraflores hacia las zonas agrícolas”, indica Arroyo.

“Los españoles lo encontraron aún visible y construyeron sobre él un acueducto colonial de ladrillo, respetando su traza original. Debajo de esa obra colonial yace la estructura prehispánica”, añade.

En la actualidad, parte del montículo se encuentra bajo carreteras o de propiedades privadas.

Restauración y conservación

Aunque ha avanzado la tecnología, la conservación en Kaminaljuyú representa un reto, ya que las estructuras de barro compactado resultan vulnerables al agua; por ello se aplican técnicas especializadas.

La arqueóloga comenta: “Con el restaurador mexicano Luis Fernando Guerrero utilizamos tierra estabilizada y cubiertas protectoras, para evitar la erosión”, técnicas que los arqueólogos de campo aprendieron y usaron para restaurar los edificios T, Subestructura  T y AA.

Para el proceso de restauración, según Arroyo, las áreas excavadas se cubren con geotextil, al que luego se le coloca una capa de sacrificio —un  sellador  que prolonga la vida de pisos de barro antiguos— y finalmente le crece grama, que actúa como barrera natural e impermeable, para regular la temperatura y proteger los montículos.

Este procedimiento busca “equilibrar la conservación científica con el acceso educativo público, manteniendo los vestigios legibles y seguros”. Por ello, los montículos del parque, así como zonas como el museo de Miraflores, preservan las estructuras correspondientes a la ciudad de Kaminaljuyú. señala.

first-image

Vista general de las estructuras T, Sub T y AA dentro de la acrópolis del sitio arqueológico Kaminaljuyú.

(Foto Prensa Libre: Cortesía Tojin Benito / Rescatando Kaminaljuyú)

El futuro

Con los nuevos hallazgos y el avance tecnológico, se espera continuar las excavaciones para ampliar el conocimiento sobre la ciudad que una vez fue el centro económico de la civilización.

“Sí, tenemos planes de continuar con nuevas excavaciones, siempre que haya financiamiento y apoyo institucional. Nuestro compromiso no es solo excavar, sino conservar y compartir el conocimiento. Cada capa de tierra removida contiene información irrepetible; por eso trabajamos con responsabilidad y documentación rigurosa”, señala Arroyo.

En cuanto a otros hallazgos fuera del sitio arqueológico, Liwy Grazioso, ministra de Cultura, destaca que algunos terrenos no han sido explorados porque son propiedad privada, lo cual impide continuar los estudios y deben ser evaluados con autorización de los dueños para presentar un proyecto de rescate arqueológico al Idaeh, que “evalúa cómo afectará la obra el terreno y, en función de ello, define el tipo de rescate que se realizará”.

“Debemos ser muy cuidadosos, porque el patrimonio cultural es un recurso no renovable. Una vez destruido, se pierde para siempre”, enfatiza Grazioso.

Los avances del proyecto Rescatando Kaminaljuyú no provienen solo de información reciente, sino también del contexto en que emergieron las nuevas edificaciones. Para la Ministra los hallazgos del equipo de Arroyo son fundamentales para ampliar el conocimiento sobre el sitio.

Lo más significativo no es solo la información recabada, sino el contexto detalla Grazioso: “Se trata de un espacio plano. La gente suele pensar que únicamente los montículos albergan edificaciones, pero también bajo las áreas niveladas pueden encontrarse sorpresas como estas subestructuras”.

Entre esos descubrimientos figura un edificio con baranda perforada, “como si tuviera ventanas”, un rasgo arquitectónico novedoso en Kaminaljuyú. “Recordemos que la arquitectura del sitio es de tierra, muy delicada y difícil de excavar; requiere pericia para reconocer estructuras, pues un leve cambio en el color del suelo puede indicar distintos períodos o construcciones”.

Con esos hallazgos se abre la oportunidad de que los visitantes conozcan esta nueva forma de arquitectura.

Reconstrucción de Jacob Welch en base a dibujo de Tojin Benito de las edificaciones localizadas por el Proyecto Rescatando Kaminaljuyu. (Foto Prensa Libre: Cortesía Rescatando Kaminaljuyú)

Conocer para proteger

La ministra de Cultura y Deportes subraya que, con los nuevos hallazgos, surge la oportunidad de visibilizar esta joya arqueológica, no solo para turistas extranjeros, sino también para los capitalinos.

“Muchos capitalinos ni siquiera saben que Kaminaljuyú existe. Debemos comenzar por la educación”, recalca Grazioso, e indica que por esa razón el ministerio que dirige impulsa, junto con el de Educación, el programa ‘Tu escuela va al museo’, el cual promueve visitas a zonas arqueológicas. “Para proteger algo, primero hay que conocerlo”, recalca.

Asimismo, destaca que Kaminaljuyú va más allá del espacio donde se encuentra su sitio arqueológico, pues edificios como El Chay, donde se observan estructuras de barro con incrustaciones de obsidiana, y Museo Miraflores, dedicado a la cultura de ese sitio, resguardan parte de la historia de la primera ciudad del valle de Guatemala.

“Guatemala tiene un enorme potencial turístico, no solo por su naturaleza, sino también por su riqueza cultural. Durante décadas, los touroperadores han concentrado sus rutas en Antigua, pero la capital tiene mucho que ofrecer: museos, sitios arqueológicos y cultura viva. Incluir Kaminaljuyú en los recorridos genera derrama económica y una nueva valoración del patrimonio”, señala.

first-image

La doctora Arroyo, junto a su equipo del proyecto Rescatando Kaminaljuyú, ha avanzado en la investigación de las edificaciones que se conservan bajo el sitio arqueológico.

(Foto Prensa Libre: Cortesía Rescatando Kaminaljuyú)

Promoción

Para impulsar esta conciencia y visibilizar Kaminaljuyú, Grazioso detalla que se trabaja de la mano con el Inguat. “Harris Whitbeck —director— está muy interesado en cambiar la imagen de Guatemala y atraer turismo nacional e internacional; lo hace promoviendo nuestras riquezas culturales en campañas y anuncios”, informa.

La funcionaria explica que esta colaboración busca mejorar las zonas arqueológicas, divulgar los museos y coordinar esfuerzos interinstitucionales. “El turismo es, en esencia, la divulgación de la cultura, y las políticas turísticas se basan, en gran medida, en los datos que proporcionan los proyectos arqueológicos”, comenta.

Grazioso enfatiza que no siempre es necesario excavar para descubrir. “Muchas cosas están a la vista. Por ejemplo, el montículo de La Culebra, que corre desde el monumento a Tecún Umán, por todo el bulevar Liberación, hasta Santa Catarina Pinula, fue un antiguo acueducto”, asimismo detalló que aunque las personas suele imaginar acueductos coloniales de ladrillo, este es prehispánico. “Los españoles solo agregaron la parte superior de ladrillos”, detalla.

LEA MÁS

También menciona otros vestigios visibles en la capital: “En Condado Naranjo se conservan estructuras abiertas al público, y en el Cementerio General aún existen montículos de Kaminaljuyú, denominados ‘El cuadro de los cerritos’”. En el área de La Verbena se encontraba el montículo más alto del sitio, pero desapareció cuando su tierra fue usada en la Ladrillera Nacional. Muchos edificios construidos en las décadas de 1940 y 1950 se levantaron con ese material”, recuerda.

El montículo del cementerio La Verbena y el conjunto de los Cerritos, en el Cementerio General, indica Grazioso, demuestran que “vivimos sobre el antiguo asentamiento de Kaminaljuyuú”. Por esa razón, la funcionaria invita a los ciudadanos a explorar este espacio. “Debemos tener la mente abierta y la curiosidad por saber de dónde venimos. La Arqueología no trata solo de vasijas o puntas de proyectil, sino de las personas que las crearon”, afirma.

Según la ministra, los artefactos revelan aspectos de la sociedad que los produjo. “Las zonas arqueológicas son ventanas a civilizaciones antiguas, tan humanas como la nuestra. Kaminaljuyú aún guarda muchos misterios: no sabemos con certeza qué grupos vivían allí ni qué idioma hablaban”, indica.

Turismo cultural

Por su parte, el Inguat reconoce que Kaminaljuyú posee un alto potencial, pues es el único referente arqueológico que representa la riqueza prehispánica en la Ciudad de Guatemala, con servicios y facilidades turísticas que garantizan una buena experiencia para el visitante.

El Departamento de Comunicación del Inguat detalla que el parque se promueve entre los segmentos de turismo cultural y arqueológico, mediante campañas de promoción y publicidad, tanto a nivel nacional como internacional. De ahí que se haya decidido apoyar con la impresión de la guía de turismo del sitio.

Así también, se incorpora a un circuito guiado de visita que integra al Museo Nacional de Arqueología y Etnología, al Museo Miraflores y al Parque Arqueológico Kaminaljuyú. Este sitio también forma parte de la campaña de turismo interno “ExploraGuate”, como uno de los atractivos turísticos más importantes de la Ciudad de Guatemala.

Además, el Inguat prepara un nuevo producto turístico que promoverá los principales atractivos de la capital e incluirá a Kaminaljuyú como sitio central, para fomentar su conocimiento y aumentar las visitas.

Actualmente se toman acciones de cooperación interinstitucional con el Museo Miraflores, y se contempla, para el futuro, la integración de un producto conjunto que vincule los montículos y los núcleos arqueológicos del sitio.

first-image

Turistas conocen las acrópolis de Kaminaljuyú, dentro de la joya arqueológica de la Ciudad de Guatemala.

(Foto Prensa Libre: Cortesía Rescatando Kaminaljuyú)

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

La pregunta incómoda que el nuevo director del Servicio Meteorológico Nacional prefirió no responder

Tras el anticipo de Clarín de este sábado sobre la designación del nuevo director del Servicio Meteorológico Nacional (SMN),...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img