El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó una dura acusación contra Estados Unidos al señalar que el swap de monedas con Argentina no fue un gesto de cooperación, sino una operación política y financiera destinada a favorecer al actual gobierno de Javier Milei. En un extenso mensaje publicado en su cuenta de X, el mandatario bonaerense apuntó directamente contra el secretario del Tesoro, Scott Bessent, a quien responsabilizó de haber intervenido en la política argentina en las semanas previas a las elecciones presidenciales.
“El gobierno estadounidense no vino a ayudar a la Argentina, sino a hacer un negocio”, escribió Kicillof, en un texto que rápidamente generó repercusión en el ámbito político y económico. Según el gobernador, Washington “extorsionó al país” al condicionar la asistencia financiera a la victoria de Milei, lo que implicó una “intervención directa sobre nuestra democracia”.
Un salvataje condicionado y la sombra de la extorsión
Kicillof sostuvo que, cuando el gobierno de Milei “se estaba quedando sin capacidad para contener el dólar”, el Tesoro de Estados Unidos decidió comprar pesos por dólares “por primera vez en la historia”, con el objetivo de evitar una crisis cambiaria. Sin embargo, el mandatario advirtió que esa asistencia estuvo atada a un resultado electoral: “Si no ganaba Milei, retiraban la ayuda y se producía una crisis cambiaria”, afirmó.
El dirigente bonaerense interpretó esa maniobra como una forma de presión externa que excedió lo financiero y se convirtió en un condicionamiento político. “No era ayuda ni salvataje, eran amenazas públicas para que gane Milei, más deuda y pago de intereses”, escribió.
China, la soja y el desmantelamiento nuclear
En su mensaje, Kicillof volvió a poner en cuestión el rol de Scott Bessent en decisiones clave, al acusarlo de haber “definido las retenciones a la soja con un tuit” y de ordenar la restricción de los vínculos políticos y económicos con China. En ese marco, mencionó la suspensión del proyecto del Radiotelescopio Argentino-Chino (CART) en San Juan y el cambio de postura de la Argentina en votaciones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El gobernador calificó como “traumático” el “desmantelamiento del sector nuclear” y denunció que parte de los fondos del swap fueron utilizados “para devolverle al propio Tesoro los dólares que puso, a un precio que desconocemos y pagando una tasa de interés cuyo monto ha sido ocultado”.
El cierre de su publicación apuntó directamente al Gobierno nacional: “¿Quién toma las decisiones en Argentina? Porque hoy sabemos que no era ayuda o un salvataje, sino que eran amenazas públicas para que gane Milei. EE. UU. sacó una ganancia con plata que pagamos los argentinos. Al final, plata había.”
Con estas declaraciones, Kicillof abre un debate sobre el alcance de la influencia externa en la política argentina y sobre los costos que recaen finalmente en la sociedad. La denuncia abre un nuevo capítulo en la tensión entre el gobernador bonaerense y la administración libertaria, en un contexto donde las decisiones financieras se entrelazan con la disputa política y la soberanía democrática.





