Después del triunfo electoral en la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof decidió levantar el perfil para mostrarse en su nuevo rol de referente del peronismo y como presidenciable para 2027. En ese camino combinó señales de estar dispuesto a una apertura política que no se le conocía hasta el momento, pero al mismo tiempo con una mirada económica intransigente, similar a la que exhibió en sus épocas de ministro.
Con ese perfil pasó anoche por la mesa de Carlos Pagni en Odisea Argentina, donde hizo una férrea defensa de su gestión, incluso en la polémica expropiación de YPF, eludió preguntas incómodas y se mostró en su modo más vehemente para criticar duramente a Javier Milei.
También se vio un Kicillof elusivo: nunca contestó si indultaría a la expresidenta Cristina Kirchner, que está con prisión domiciliaria; ni cuestionó a Sergio Massa por la herencia económica que le dejó a Milei en diciembre de 2023. El gobernador de Buenos Aires vería en ellos a dos socios políticos necesarios para que el peronismo regrese al poder dentro de dos años, aunque aclaró que cualquier plan al respecto sería de “ultra ciencia ficción”.
En la entrevista que ofreció en la señal LN+, Kicillof hizo también una defensa enfática de su actuación en la expropiación de YPF durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner (2011-2015), que actualmente obliga al país a enfrentar un juicio por 16.000 millones de dólares en la Justicia norteamericana. El gobernador negó que sea una mochila pesada que carga desde entonces y no hizo ninguna autocrítica. Todo lo contrario: “Estuvo bien hecho”, enfatizó. Allí mostró su cara más intransigente.
En la intimidad, incluso, Kicillof pone el caso de YPF como un ejemplo de cómo un funcionario a cargo de una operación de semejante envergadura no debe filtrar inside information ni siquiera a miembros de su propio gobierno. A tal punto, que comenta que Julio De Vido -por aquellos años todopoderoso ministro de Planificación- “no sabía” lo que se iba anunciar cuando se sentó a su lado en una conferencia de prensa. Utiliza la anécdota para cuestionar al actual equipo económico: “Andá a explicarle a un mesa dinerista que no use inside information”, le escucharon decir sus colaboraciones. Ayer calificó como “el equipo de la JP Morgan” al gabinete de Luis Caputo.
En ese aspecto, el de la crítica a la política económica, se explayó Kicillof con vehemencia. “Milei nos viene mintiendo hace mucho. habló de recuperarse como una V corta, pedo de buzo, dijo. Lo que se ve es que después de la devaluación hay una caída dramática, que todavía persiste, que se manifiesta en la caída de la actividad económica, la paralización de la obra pública. La economía está mucho peor, y lejos de haber rebotado, lo que tenemos desde marzo de este año es que dejó de rebotar y empezó a caer”, remarcó a modo de diagnóstico.
Con el mate siempre a mano, al que llenaba o sorbía para digerir las preguntas que más lo incomodaron, y que dijo preferir al whisky que suele tomarse en el programa de Pagni, Kicillof también hizo notar que Milei apeló a la frase “lo peor ya pasó” al presentar el presupuesto 2026 a través de la cadena nacional, algo que a su criterio lo emparenta con el expresidente Mauricio Macri. “Forma parte de una familia de frases remanidas de la derecha argentina. Hay luz al final del túnel, el segundo semestre, los brotes verdes. La derecha argentina acuñó varias, todas fracasadas”, sentenció.
Si bien reconoció que es necesario mantener el “orden fiscal”, como pregona Milei en forma constante y en alguna oportunidad reivindicó Cristina Kirchner, Kicillof dejó una advertencia: “No te podes casar, en determinada coyuntura, con una medida. Es lo que le está pasando a Milei, para colmo en forma trucha”, definió. Después volvió a su libreto cuando recordó que la mayoría de los países del mundo tienen déficit, como un modo de naturalizarlo.
Para Kicillof, el principal problema que tenía el país cuando asumió Milei no era la inflación, sino la falta de dólares y el tipo de cambio, agravado con el alto nivel de endeudamiento. “¿Qué hizo Milei? Agravó esa situación. Creo que los principales problemas argentinos son de balanza comercial. Y cuando viene la derecha, como en el caso de Milei o de Macri, te endeuda hasta la cabeza y te dice que está solucionando el problema», afirmó. Y concedió una autocrítica dentro del peronismo, al calificar de “insuficiente” la renegociación de la deuda que encaró Martín Guzmán, el ministro de Economía de Alberto Fernández.
A puertas cerradas, Kicillof se plantea un dilema, que conversó con funcionarios y dirigentes de su confianza: ¿Cómo debería encarar la relación con el Fondo Monetario Internacional en caso de llegar a la presidencia en 2027? El gobernador repasa sus opciones y analiza que si negociara y acordara con el organismo, habría quejas y posibilidad de ruptura con La Cámpora y el kirchnerismo; en cambio, si le diera la espalda al FMI, el enojado sería Massa. Entonces, sostiene que lo mejor sería acordar “mecanismos de funcionamiento” en el peronismo ampliado, para no repetir la frustración del albertismo.
La apertura política de Kicillof incluye a gobernadores de otro signo político, pero aun así fue escéptico respecto de la construcción de Provincias Unidas-: “La avenida del medio se probó varias veces”, recordó. No le hizo falta precisar que fue de manera fallida. Y amplió: “Los consensos que hay que buscar son más amplios, basados en temas, como que no se puede desindustrializar la Argentina. Creo que el próximo gobierno va a tener que ser de consenso”.