🔍 Reencuentro de peso en territorio clave
En plena incertidumbre política, Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa se reunieron el domingo por la tarde en la residencia del gobernador bonaerense. Aunque sin fotos oficiales ni comunicados, la señal fue clara: el peronismo busca reconstruirse y definir liderazgos para una nueva etapa.
La excusa formal fue avanzar sobre la reconfiguración de la Tercera Sección Electoral, tras la salida de Cristina Fernández de Kirchner de la escena activa. Pero el trasfondo fue más amplio: cómo sostener la unidad del espacio en un escenario de fragmentación, desgaste y nuevos actores.
🗺️ La Tercera Sección, territorio a disputar
La región más populosa y electoralmente determinante de la provincia —que incluye distritos como La Matanza, Lomas de Zamora y Quilmes— fue históricamente territorio CFK. Su salida deja un vacío simbólico y político.
Según trascendidos, uno de los puntos fuertes del encuentro fue la necesidad de designar un nuevo liderazgo para ordenar el territorio. En la mesa se mencionaron nombres con anclaje local y proyección política, pero aún sin definiciones públicas.
⚖️ Tensiones, acuerdos y equilibrios
Si bien los tres dirigentes comparten un diagnóstico general —la urgencia de contener el territorio frente al avance libertario y al descontento social—, también hay diferencias sobre el tono y el rumbo:
- Kicillof apuesta a sostener el gobierno provincial con gestión y discurso enfocado en el desfinanciamiento.
- Máximo Kirchner, desde el PJ bonaerense, insiste en reconstruir mística, militancia y conducción.
- Massa, con una visión más pragmática, apunta a reorganizar el espacio desde el Congreso y el conurbano con miras al mediano plazo.
La reunión, según fuentes cercanas, tuvo momentos de tensión, pero también voluntad de acuerdo. La clave: evitar una fractura definitiva que debilite al peronismo en su bastión más fuerte.
🧭 ¿Qué sigue?
El peronismo bonaerense enfrenta el desafío de relevar una figura histórica como Cristina, sin perder volumen ni coherencia. Lo que está en juego no es solo una interna: es la posibilidad de construir una oposición fuerte, territorial y representativa ante un gobierno nacional que avanza con recortes y concentración de poder.
La reunión entre Kicillof, Máximo y Massa marca un punto de partida. El camino será complejo, pero ya empezó a trazarse.