Hace unos meses, la NASA dio a conocer el mes en el que el cometa 3I/ATLAS pasaría por las cercanías de nuestro planeta.
Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) fue más allá y se animó a establecer el día exacto en que el objeto estará más cerca de la Tierra.
Los científicos están expectantes pues será el momento en que mejor podrán estudiarlo, y así poder ver de cerca las múltiples anomalías que presenta.
De acuerdo a lo informado por la NASA, el cometa 3I/ATLAS alcanzará su distancia más corta respecto a nuestro planeta cuando se coloque a un estimado de 1,8 unidades astronómicas (aproximadamente 270 millones de kilómetros).
Según el organismo, esto sucederá en diciembre 2025 y, a pesar de las teorías alarmantes, no representa una amenaza para la Tierra, debido a que pasará bastante lejos de ella.
La ESA afirmó que el ATLAS se acercará a la Tierra el 19 de diciembre. Foto: ArchivoSin embargo, recientemente, la Agencia Espacial Europea fijó la fecha exacta en la que el cometa alcanzará su punto más cercano con respecto a nuestro planeta: el próximo 19 de diciembre.
A pesar de que el fenómeno no podrá ser visto por el ojo humano, será el momento en el que los equipos especializados podrán observarlo con mayor claridad, por lo que sus seguidores aguardan con ansias ese día.
Los científicos esperan que la aproximación del objeto permita observar las características que lo vuelven diferente a otros cometas registrados en el pasado.
Las anomalías del cometa que tiene en vilo a los astrónomos: así es el 3I/ATLAS
El cometa 3I/ATLAS fue reportado por primera vez el 1 de julio de 2025, tras ser detectado por el telescopio de estudio ATLAS, financiado por la NASA, ubicado en Río Hurtado, Chile.
Se trata de tercer objeto interestelar conocido (de allí su nombre «3» «I»), luego del hallazgo del 1I/Oumuamua, en 2017, y del 2I/Borisov, en 2019. Sin embargo, este cometa presenta una serie de particularidades que lo transforman en una especie única y nunca antes vista.
Procedencia externa y trayectoria hiperbólica
Los cálculos orbitales evidencian que el cometa 3I no fue formado en nuestro sistema solar. Esto se fundamenta en que tiene una trayectoria hiperbólica, es decir, que, tras su paso por el Sol, sigue camino hasta salir del sistema.
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¿Qué está pasando con el 3I/ATLAS? La NASA activó su protocolo de defensa planetaria contra el cometa
Esta forma de moverse solo puede explicarse si procede de otro sistema estelar, posiblemente expulsado por la gravedad de un planeta gigante o por una colisión en su lugar de origen.
Una velocidad sin precedentes
El ATLAS, antes de alcanzar su punto más cercano al Sol el 29 de octubre (perihelio), viajaba a una velocidad cercana a los 220.000 kilómetros por hora, lo que ya lo ubicaba como el cometa interestelar más veloz jamás registrado.
Por si fuera poco, tras pasar por la estrella madre, su velocidad de traslado ha aumentado hasta aproximadamente 245.000 kilómetros. Esto significa que su paso por la Tierra será muy breve.
Una cola rara y movediza
Las primeras imágenes que registraron el 3I/ATLAS mostraban un chorro de unos 6.000 kilómetros dirigido hacia el Sol, en vez de alejarse de él.
En principio, el 3I/ATLAS presentaba una «anticola». Foto: ArchivoEn condiciones típicas, según Live Science, la cola de un cometa se forma cuando se calienta por el Sol, por lo que los gases y polvos se desprenden de su superficie y son empujados por el viento solar en dirección opuesta a la estrella. Por tanto, esta característica del ATLAS, denominada «anticola«, contradice el comportamiento típico de los cometas.
Las razones físicas para que ello ocurra tienen que ver con que los fragmentos más grandes expulsados del núcleo no responden de inmediato al viento solar, sino que se extienden a lo largo de la órbita del cometa, tanto delante como detrás.
Sin embargo, un estudio preliminar de los astrónomos David Jewitt y Jane Luu, con fecha en agosto, aportó nuevas imágenes, que dejan ver que el cometa experimentó una transformación notable: pasó de exhibir una cola orientada hacia el Sol a desarrollar una cola más convencional, proyectándose en dirección opuesta.
Una masa mayor a la esperada
Las estimaciones apuntan a que el 3I/ATLAS podría ser hasta mil veces más masivo que 2I/Borisov y un millón de veces más que 1I/Oumuamua. Aunque aún no se conoce su dimensión exacta, las observaciones estiman que podría ser de hasta 11 kilómetros.
Aun así, se desplaza más rápido que los anteriores cometas, lo que lo convierte en un objeto único tanto por tamaño como por energía cinética.
Posible origen en las regiones más antiguas de la galaxia
Algunos estudios sugieren que el cometa podría proceder del disco grueso de la Vía Láctea, una región compuesta por estrellas extremadamente antiguas.
Si esta teoría se confirma, existe la posibilidad de que 3I/ATLAS contenga material formado incluso antes del nacimiento del Sol.
Incesantes desprendimientos de agua
Es uno de los últimos hallazgos en torno al 3I. Tras ver que el fenómeno está liberando vapor de agua a millones de kilómetros del Sol, donde los cometas normales permanecen inactivos, astrónomos de la Universidad de Auburn, Estados Unidos, detectaron en el objeto un brillo ultravioleta, que evidencia la presencia de gas hidroxilo, una molécula que se forma cuando la luz solar descompone el agua.
El 3I/ATLAS está está perdiendo cerca de 40 kilos de agua por segundo. Foto: ArchivoLo sorprendente es que esta detección ocurrió a tres veces la distancia que separa a la Tierra del Sol, un punto donde las temperaturas son demasiado bajas para que el hielo se evapore.
Ningún cometa conocido dentro de nuestro sistema mostró tal actividad a tantos kilómetros. El 3I/ATLAS rompe ese patrón: los datos revelan que está perdiendo cerca de 40 kilos de agua por segundo, una cantidad que desorienta a los expertos.
La teoría más aceptada por ahora es que la radiación del Sol está calentando pequeñas partículas de hielo que se desprenden del núcleo del cometa. Estas, al separarse, producen el vapor detectado.
Como el cometa ATLAS es interestelar, la presencia de tal cantidad de agua en él abre la posibilidad de que haya esta sustancia en otros sistemas distintos al solar.





