Este es el primero de los artículos inéditos que Lluís Permanyer escribió para ‘La Vanguardia’ antes de su fallecimiento el 23 de octubre
El maestro de obras Josep Fontseré ganó el concurso y recibió a renglón seguido en 1872 el encargo de remodelar la Ciutadella.
Al haber quedado destruido por un incendio el palacio real, Fontserè presentó un proyecto para rehabilitar el arsenal como residencia regia. Por razones que no vienen al caso, las obras no consiguieron principiar hasta 1889.
De viejo arsenal a palacio real, Museu d’Arts Decoratives y, por último, Parlament de Catalunya
Levantó tres balcones a la altura del primer piso. Decoró con esgrafiados toda la fachada para así cubrir por completo la obra original de azulejo rojo con el fin de otorgar relevancia y estilo a un edificio histórico sin categoría.
Alzó el bloque central para aparentar un segundo piso y encajar en el centro el escudo triunfal de Felipe V, el que Verboom había emplazado en la puerta de Socorro que ya había sido derribada.
El restaurado edificio original antes de la ampliación proyectada por Falqués
LUIS GIRAU / IMAGEN CEDIDA
El palacio real quedó inacabado en 1900 y sin destino. De ahí que más adelante se decidiera convertirlo en museo municipal, pese a la divergencia de opiniones.
Con el fin de proyectar tal rehabilitación, fue contratado el arquitecto Pere Falqués. Él propuso la considerable ampliación, que fue criticada por el influyente Josep Pijoan, dada su condición de miembro de la Junta de Museus. Añadió un par de alas simétricas en los extremos, que ornamentó con retratos escultóricos en hornacinas de figuras relacionadas con el arte catalán y cincelados por los más destacados artistas, como Vallmitjana, los Oslé, Fuxà o Gargallo.
En el interior creó la solemne escalera de honor en mármol y remató el espacio con una claraboya de hierro forjado y gran vidriera policroma que aportaba una necesaria y agradecida luz natural. Programó con generosidad una muy trabajada y opulenta ornamentación que revestía aquellos gruesos y fríos muros, sin olvidar por supuesto los inhóspitos techos.
Pijoan le relató con detalle todo aquel proceso a Josep Pla, que, a base de páginas enteras entrecomilladas pasó a ser su “Homenot”. Y afirmó, por ejemplo: Voltes entapissades per uns mosaics de marbre de Tortosa que imiten el rajol. Imiten rajol!.
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El arsenal transformado en Museu d’Arts Decoratives se abrió al público en 1915. Faltaba un nuevo cambio más trascendente y sobre todo más apropiado y reivindicativo: el 14 de octubre de 1932 fue solemnemente inaugurado como sede del Parlament de Catalunya.





