Cada 31 de octubre, el misterio, las luces y las calabazas invaden calles y redes sociales. Lo que antes pareca una costumbre ajena, de a poco fue ganando terreno tambin en Salta, donde cada vez ms familias y grupos de amigos se animan a celebrar Halloween con sus propias versiones del «truco o trato».
Aunque muchos asocian la fecha con disfraces y dulces, su origen es mucho ms antiguo: proviene del Samhain, un ritual celta que marcaba el final de la cosecha y el comienzo del invierno, cuando -segn la leyenda- el mundo de los vivos y los muertos quedaba unido por una noche. Con los siglos, esa tradicin viaj a Estados Unidos y se transform en el Halloween moderno que hoy conocemos.
Y este ao, una casa en el barrio Santa Victoria Este logr convertirse en una de las atracciones ms comentadas de la ciudad.
En La Rioja 2264, una familia decidi llevar la celebracin al siguiente nivel: decoraron toda la vivienda con escenas de terror, inspiradas en clsicos del cine como La Monja (del universo de El Conjuro) y Pennywise, el payaso de IT.
«> Los personajes ms temidos de las pelculas de terror estn en una casa de la ciudad de Salta.
«Es un evento que organizan en lo de mi abuela, mis tas en realidad. Se disfrazan como monjas, transforman la casa en una casa del terror y despus reparten golosinas«, cont una vecino orgullosa de la iniciativa.
El resultado fue un xito. Cientos de chicos -y varios adultos curiosos- se acercaron a tomarse fotos, rerse y llevarse algn susto. «Creo que iban a venir de la tele, porque cada ao hay ms gente y ms publicidad en la zona oeste«, agreg.
«> En Rioja 2264 est la casa dnde ocurre la magia todos los Halloween en Salta.
Ms all del maquillaje, las luces y las mscaras, la escena refleja cmo Salta se va apropiando de las tradiciones globales a su manera, con ese toque barrial y familiar que le da identidad.
Y aunque Halloween naci lejos de ac, lo cierto es que en lugares como Santa Victoria Este ya tiene alma saltea: entre risas, gritos y dulces, la noche de brujas dej otra historia para recordar.





