El caso que conmociona a Jujuy dio un giro clave en las últimas horas, cuando Matías Jurado (37), el principal sospechoso de una serie de desapariciones en la provincia, fue formalmente imputado por homicidio agravado por ensañamiento. La resolución fue tomada por el juez de control Gastón Mercau, tras la presentación realizada por el equipo de fiscales encabezado por Guillermo Beller, en el marco de la investigación por la desaparición de Jorge Omar Anachuri, de 68 años.

Según informaron fuentes judiciales a El Tribuno, el Ministerio Público Fiscal basó la acusación en «elementos sustanciales» que relacionan a Jurado con el crimen de Anachuri. Entre las pruebas claves se encuentran restos óseos, piel humana y prendas de vestir hallados en la vivienda del imputado, además de imágenes de cámaras de seguridad, testimonios y geolocalización de dispositivos móviles.
Aunque el cuerpo de Anachuri aún no fue hallado, la Justicia decidió avanzar con la imputación y dispuso prisión preventiva por 120 días para el acusado, quien actualmente permanece detenido en el penal de Gorriti, en San Salvador de Jujuy.
La causa sigue abierta y apunta a determinar si Jurado está vinculado también con la desaparición de otras cuatro personas en situación de calle: Juan Carlos González (60), Juan José Ponce (51), Miguel Ángel Quispe (60) y Sergio Alejandro Sosa (25). Todos fueron vistos por última vez en circunstancias similares y existen indicios de que podrían haber sido atraídos por Jurado con falsas promesas laborales.

Según la reconstrucción que realizan los investigadores, el acusado habría engañado a sus víctimas ofreciéndoles empleo como maleteros en la terminal de ómnibus. Luego las invitaba a su domicilio, donde compartían bebidas alcohólicas. En ese contexto, habría cometido los crímenes y procedido a deshacerse de los cuerpos mediante un macabro modus operandi.
Uno de los testimonios que más peso tuvo en el expediente fue el del sobrino del imputado, quien relató que todos los viernes Jurado se reunía con personas distintas, tomaban alcohol, y le pedía que se retirara porque “pasaban cosas malas”. Esa frase, junto con las imágenes de dos de los desaparecidos subiendo a un taxi con el acusado y otros rastros en la vivienda, fueron determinantes para sustentar la acusación.

En paralelo, se confirmó que los peritajes psicológicos y psiquiátricos realizados a Jurado concluyeron que comprendía la criminalidad de sus actos al momento de los hechos, motivo por el cual fue descartada la posibilidad de inimputabilidad.
Con múltiples antecedentes penales desde su adolescencia —incluidos robos violentos con armas— y tras haber cumplido su última condena en 2018, Jurado había quedado en libertad en 2021. Hoy, enfrenta una acusación gravísima que podría derivar en una de las causas más perturbadoras de los últimos años en el país.