La defensa oficial de Fernando Sabag Montiel pidió este jueves que sea declarado inimputable por haber intentado matar a la ex presidenta de la Nación Cristina Kirchner porque «fue esclavo de un delirio mesiánico».
Así lo sostuvo su defensa en los alegatos ante el Tribunal Oral Federal 6 en los que señaló que Sabag Montiel sufre un “delirio persecutorio” que no le permitió comprender lo que hacía cuando el 1 de septiembre de 2022 le apuntó a la cabeza de la entonces vicepresidenta con una pistola Bersa calibre 22 para intentar matarla, tal como reconoció el propio acusado cuando declaró en el juicio.
La defensa oficial, a cargo de María Fernanda López Puleio, pidió la absolución de Sabag Montiel y que se aplique el artículo 34 del Código Penal que declara que no puede ser castigo por un delito «el que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconciencia, error o ignorancia de hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones».

Los abogados oficiales basaron su pedido en distintos informes médicos. Uno de ellos de la primera vez que lo revisaron tras ser detenido donde se dejó constancia de que se encontraba “sin conciencia de situación y de enfermedad”. También que sufría un «delirio persecutorio” y que su psiquismo era «altamente permeable» que podían condicionar sus ideas.
«Sabag Montiel fue esclavo de un delirio mesiánico», sostuvo la defensa luego de analizar un informe de peritos de parte que concluyeron que el acusado era inimputable.
La defensa también citó situaciones que alertaron sobre la salud mental de Sabag Montiel. Por ejemplo, que el acusado crecía que el primer defensor oficial que tuvo, Juan Hermida, le había robado su casa, su ropa y documentación. Y que pedía como abogado a Diego Luciani, que es fiscal federal y que al momento de los hechos acusaba a Cristina Kirchner en la causa Vialidad.

Esa condición fue discutida durante el juicio y en su alegato la fiscal Gabriela Baigún la descartó. La fiscal había expuso en sus alegatos informes médicos que daban cuenta Sabag Montiel «no presenta síntomas ni signos de alteraciones psicopatológicas que configuren un tipo de trastorno mental psicótico, orgánico, ni de déficit cognitivo».
Un informe interdisciplinario concluyó que Sabag Montiel tiene una personalidad psicópata pero «dentro de la normalidad jurídica» y que cuando intentó matar a Cristina Kirchner comprendía lo que hacía.
Sabag Montiel está siendo juzgado junto a su ex pareja Brenda Uliarte y a Nicolás Carrizo, quienes estuvieron presentes en la audiencia. La fiscalía pidió que Sabag Montiel sea condenado a 15 años de prisión y Uliarte a 14 años. La querella que representa en el juicio oral a Cristina Kirchner solicitó 15 años para los dos. Y ambas partes no acusaron a Carrizo por falta de pruebas y recuperó su libertad después de casi tres años preso.

Sabag Montiel y Uliarte fueron acusados del delito de tentativa de homicidio triplemente agravado por alevosía, por violencia de género en su modalidad de violencia política y por el empleo de un arma de fuego. La Fiscalía y la querella los encontró culpables de haber planificado y haber llevado a cabo el intento de matar a la entonces vicepresidenta.
El principal acusado lo reconoció cuando declaró en el juicio: “Yo la quería matar y Brenda quería que muera. Si bien en los chats decía que quería hacerlo, yo nunca le dije o le ordene a que lo haga. Nunca le di el arma para que lo haga. Ella quería ser más una espectadora del momento que una participe”, dijo Sabag.
“Gatillé una vez, no dos veces como se dijo. Y no le volví a dar recarga al arma porque fui interceptado«, explicó sobre el momento de querer matar a la entonces vicepresidenta. También explicó los motivos: “Creo que es un acto de justicia y no fue un acto en el que traté de favorecerme económicamente. Tiene una connotación mas profunda, mas ética, y mas comprometida con el bien social que otra cosa” y también hizo referencia a la corrupción del kirchnerismo a la mala situación económica que atravesaba y que lo llevó a ser vendedor de copos de nieve.

La defensora López Puleio hizo referencia al arma en su alegato. Sostuvo que no estaba en condiciones de dispararse porque el cargador estaba fuera de la empuñadura y por lo tanto la bala no estaba en la recamara.
«No puede decirse que el cargador en esas condiciones pudiera llevar la bala a la recamara para provocar el funcionamiento», resaltó la defensora.
La semana que viene serán los alegatos de las defensas de Uliarte y de Carrizo y luego los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari quedarán en condiciones de avanzar en una fecha de veredicto.