Las audiciones de La Sirenita fueron abiertas, por lo que gran cantidad de artistas de todo el país se acercaron para buscar un lugar en la obra. Entre los que se postularon se encontraba Albana Fuentes, una joven que soñaba con dedicarse a la comedia musical. Luego de muchas audiciones, le confirmaron que ella sería Ariel en el musical que estrenará este 5 de junio en el Teatro Gran Rex.
“Enterarme que quedé de Ariel fue muy shockeante. No me lo esperaba realmente, y al recibir esa noticia también fue como ‘uy, ¿y ahora?’, pero hermoso”, confesó la artista a revista GENTE luego de un ensayo que realizó frente a gran cantidad de periodistas.

-¿Cómo estás preparando La Sirenita?
-Es un proceso muy hermoso y a la vez trabajoso. Desde el verano que estamos con muchas clases de danza, para encontrar la corporalidad, y entrenando muchísimo. Fui a natación también, muchas clases con cola de sirena, que era algo que yo no sabía ni que existía, para hacer unos videitos de promoción. Eso también me ayudó muchísimo a construir la corporalidad del personaje.
-Claro, porque al no estar nadando realmente, tenes que mostrarlo a través del movimiento…
-Sí, entender desde dónde sale el movimiento, para que no seas una chica que aletea, de dónde sale la fuerza. En el verano iba a una pileta o a la playa y me fijaba cuánto pesaba el agua, siento que ayudó mucho a construirlo. Yo tenía muchas ganas de construir esa sensación de estar flotando todo el tiempo, que es muy inorgánica. Hacerlo parte de mi cuerpo también fue un desafío, cómo hacer que sea natural algo que no es natural. Y que no me interrumpa al hacer lo que realmente tengo que hacer, que es trasladarme, que se vea que estoy nadando y no estoy caminando.
-Y desde lo actoral…
-Sí, la exigencia vocal que tiene esta obra, lo actoral también, cómo traer a uno algo que es muy alejado, porque es un dibujito. El desafío estaba ahí, en cómo calibrar todo eso para que termine construyéndose Ariel y que no se vean los hilos, «acá estoy actuando, acá estoy cantando, acá estoy nadando». Entonces ese proceso fue trabajoso, pero muy divertido de buscar y muy lindo.

-¿Cómo viviste el momento en que te enteraste que quedaste como Ariel?
-Yo lo viví como muy shockeante. No me lo esperaba realmente, y al recibir esa noticia también fue como «uy, ¿y ahora?», pero hermoso. Pero pasó mucho tiempo de eso, yo me enteré el 28 de noviembre que iba a ser Ariel. Al principio fue «qué divertido, soy La Sirenita, soy Ariel», pero después caer en que sí, soy La Sirenita, soy Ariel. ¿Cómo me hago cargo de eso también? Es un personaje muy conocido, todos amamos a Ariel, entonces también la presión que siento de poder interpretarla bien. Que es la misma presión que yo misma tendría si lo voy a ver, me estoy midiendo a mí misma con esa vara. Espero que les guste este proceso que estamos construyendo. Aparte, todo lo termina de construir el elenco entero, si ellos no estuviesen no habría Ariel tampoco.
-Vos tenés muchos años de estudio, ¿cómo empezó? ¿Cómo te diste cuenta que te gustaba la comedia musical?
-La comedia musical en particular, me di cuenta una vez que fui a ver la Novicia Rebelde y dije «ay, ¿qué es esto? ¿Esto existe? ¿Qué es?». Después vi Los Locos Addams, dije «ok, ya entiendo qué es, ahora lo quiero». Eso fue a los 12 o 13 años, y tenía mucha vergüenza. Recién a los 14 o 15 empecé a ir a una escuela de teatro musical, a entender qué era y de a poquito fui entrando en este mundo. Me cambié a otra escuela, ahí empecé a ir a más talleres, como canto, comedia musical, puesta en escena… Y fui de a poco hasta que a los 22 me metí en la carrera.
-¿Dónde estudiaste la carrera?
-En IAM, en el Instituto Argentino de Musicales de Ricky Pashkus y Fer Dente, que los adoro. Hice la carrera de tres años y acá estoy.

-También estuviste en montajes de musicales en escuelas, ¿no?
-Sí, obviamente, como todos hicimos ese proceso de algún taller de montaje que también nos da, a los que hasta ahora no habíamos tenido la chance de formar parte de una obra, el ejercicio de ver cómo es el macro de una obra. Y entrenar eso, que está buenísimo.
-¿Fue muy diferente lo que viste en los talleres de montajes a lo que sucede en una obra como La Sirenita?
-Sí, porque uno cuando hace el taller de montaje, lo hace en un contexto estudiantil, todo mucho más relajado. Y a la vez suele pasar que hacemos réplicas de algo que ya se hizo. Acá no, todo es original, no hay nada copiado de otra versión, es una versión muy nuestra. Una de las cosas que más me gustan de este proyecto es lo argentino que es, está en las coreografías, hay un montón de cosas nuestras. Que no es algo que choca, es cómo convive eso que es nuestro con este material. Es una de las cosas que a mí más me gustaron. Entonces sí, ver todo ese proceso creativo es muy diferente, ver cómo se construye. Y cómo de repente estamos probando todos los días, prueba y error, los vestuarios o la escenografía. Yo estoy viendo la construcción de todo y es muy hermoso.
-¿Cómo te preparás para el día del estreno?
-Entrenando muchísimo, con clases de canto, entrenando mucho en casa también… En este momento estoy nerviosa, pero a la vez, como estoy disfrutando tanto este proceso y todavía no termino de caer en lo que estoy viviendo, esos nervios no me ganan, por suerte. Con mucho trabajo, ansiosos todos y trabajando muchísimo para pulir todo, probar el vestuario, probar los elementos de escenografía.

Fotos: Diego García.