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El artista se sinceró sobre el drama que vivió de chiquito por la falta de comida que había en su casa y su triste motivo. «No teníamos un sope».
Alfredo Casero contó, por primera vez, lo que le tocó vivir cuando era apenas un niño. El actor de Cha Cha Cha, en el teatro Metropolitan, recordó cómo fue su dura infancia y etapa de primeros crecimiento a consecuencia de la falta de comida que hubo en su casa familiar. Y reveló cómo eso impactó en su conducta ya de adulto. «Yo era chico y tenía hambre».
«He peleado mucho contra eso. La gula. He peleado toda la vida contra eso. Siendo gordo, pero también comiéndome situaciones y todo. Es esa desesperación. De tragar todo, de mandar todo para adentro. Tiene que ver también con el hambre. Cuando sos chico y tenés hambre sos como un perro al que le tirás un pollo congelado y se lo traga», comenzó Alfredo, con una suerte de «paralelismo» en las situaciones, al recordar lo que le tocó vivir.
«Yo vivía con mi mamá solo y no teníamos un sope. Llegar a la heladera y que haya solo semillas del zapallo que quedó. Yo era chico y tenía hambre. Después cambié el hambre por el maltrato. Pasé por donde pasaron muchos de mi época, de una generación que vivió con una mina totalmente empastillada con anfetaminas, porque la mayoría de las madres nos cagaban a trompadas de una manera bestial porque tomaban anfetamina pura», compartió Casero, en una entrevista para Infobae.
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«Era lo que se tomaba para adelgazar. Había que ser delgado. En mi casa estaba mi mamá, que tenía que tener cuidado porque se pasaba limpiando todo el tiempo, y estaba del bonete. Era mi mamá, y la cuidé lo más que pude toda la vida. No me quedan secuelas. No me quedan secuelas fuertes. Me quedan más secuelas del bullying que pasé de chico en todos lados. Y de grande también», aseguró el artista.
Alfredo apuntó contra Ricardo Darín
«No me reí del precio de las empanadas, me pareció patético. Y lo que dijo Darín también. Pero yo lo entiendo, porque la serie está hecha por el tipo de las vacunas, Sigman. Entonces es normal que por agradecimiento no se ponga en contra de la gente. Tiene todo el derecho de mundo de decir lo que se le canta el ojete. Nadie puede decirle nada a Darín. Si él paga 48 lucas las empanadas y alguien que vende a 48 lucas la docena de empanadas, allá el que las compra y allá el que las vende», dijo Alfredo, en referencia al comentario de Ricardo Darín, sobre que la docena de empanadas la había pagado casi 50 mil pesos, como referencia al elevado valor que tienen los alimentos, en la actualidad.
«A mí me molesta que eso haya sido una comidilla durante casi cuatro días. Con lo del Papa estuvieron doce días. La información es importantísima para la gente mayor, que ve la basura que constantemente le están metiendo en la cabeza. Me chupa un huevo lo que diga Darín. Me parece que hablar durante tres, cinco días, dos horas, del precio de las empanadas es una estupidez, y una pérdida de tiempo», cerró, Casero.
Alfredo Casero, confesión familiar.mp4