20 C
Buenos Aires
sábado, mayo 3, 2025

La dura historia de abuso de La Tora: del dolor que guardó por años, a su refugio en los excesos y las alertas que le quedaron

Más Noticias

Su apodo es «La Tora» y hace referencia a su fuerza y coraje, y no es casualidad que use «lentes de invisibilidad» (así los llama ella) para ocultar las veces que rompe en llanto mientras conduce el streaming de Gran Hermano (Telefe).

A Lucila Villar le cuesta mostrarse vulnerable, y así lo confiesa en una charla a corazón abierto con GENTE. Su infancia estuvo atravesada por el dolor y el miedo, pero hoy sólo forma parte de su historia, que cuenta con orgullo a sus 30 años.

Pasó por momentos duros cuando era apenas una niña y decidió guardar por años ese sufrimiento. «Hay gente que me dice: ¿No te da vergüenza contarlo? Y la verdad es que no. Es parte de mi historia y de lo que soy«, introduce muy segura.

Lucila La Tora Villar. GENTE
Lucila Villar le cuenta a GENTE su historia de vida: pasa de la risa al llanto en una emocionante charla a corazón abierto.

-Muchas fanáticas se identifican con vos por verte con un perfil de mujer empoderada, fuerte, que va al frente. ¿Qué sentís con eso?

-No sé si lo tomo como una responsabilidad, pero sí como ¡wow! ¡Qué poder que a veces tiene el contar tu historia! Me refiero a que a través de lo que yo cuento muchas chicas puedan ser también sanadas o liberadas. Creo que también me pasa un poco a mí cuando me gusta una referente, como Lali, que es una mina que nadie le va a pasar por encima, ni el presidente. No importa el poder que tenga la persona, ella no se va a callar.

-¿Es tu caso también?

-Creo que eso es lo que quizás las mujeres ven en mí, esa resiliencia. De pasar de ser una de las más hateadas en Gran Hermano a laburar hoy donde laburo y ser querida, y lo que crecí en general en todos los ámbitos de mi vida. Contar la historia de mi abuso, que por eso muchas pibas me mandan mensajes por privado contándome lo que también pasaron. Mi tema con la ansiedad y cómo lo supero… temas que son personales y reales.

-Eras muy chica cuando fuiste víctima de abuso, tenías apenas 9 años ¿Cómo fue para vos continuar con tu niñez «normal» después de eso?

-No sé. Creo que después de eso nada llega ya a ser normal. Te roban la ternura, la inocencia, todo. Ya nada es normal. Vivía básicamente. Cuando me pasó lo intenté contar, pero en ese momento era imposible que esa persona a mí me tocara o creer que pudiera hacerlo, porque había un vínculo muy cercano. Lo conté y me dijeron: «Habrá sido jugando» y la cabeza de esa persona no reaccionó. Nunca más hablé del tema.

Lucila La Tora Villar. GENTE
Cuando tenía 9 años fue abusada por una persona cercana a su familia. Por miedo decidió callarlo y no fue hasta sus 24 años que habló del tema.

-Y decidiste callarlo y vivir con eso hasta tus 24 años.

-Después de ese momento yo tenía actitudes de rebelde, que si prestaban atención se podían llegar a dar cuenta que algo pasaba. Desde llevarme materias en el colegio, fumar cigarrillo a los 13 años, salir de noche a los 15, de tener un novio que estaba en las drogas… Creo que hubo muchos indicios en los que yo estaba de alguna manera pidiendo ayuda. Pero hoy no los culpo (por su familia), sé que en ese momento sí estaba más enojada, pero ahora entiendo que hicieron lo mejor que pudieron.

Por qué La Tora se «autocastigaba» con excesos

-¿Esos excesos de los que hablás eran una forma de escapar de lo que te estaba ocurriendo?

-Era un autocastigo más que escapar. No se escapa tanto de esas situaciones. Es más un autocastigo. Lo mismo de tener sexo con quien quería porque sentía que los usaba como lo hicieron conmigo. O agarrarme a las piñas. Esas cosas por las que algunos me dicen: «¿No te da vergüenza contarlo?», y la verdad es que no, porque es parte de mi vida y de mi historia. Es lo que soy.

-¿Y cómo lograste dejar ese mundo?

-Siento que tuvo mucho que ver la base que me dieron mis padres, la educación. Porque siempre supe que había un límite. Si bien he probado drogas y demás, nunca me metí fuerte con ninguna porque sabía que estaban mis padres. Todas las cosas malas que podía llegar a hacerme, tenían un límite y ese límite era pensar en mi mamá.

-¿Cuál fue el momento más oscuro que atravesaste?

-Lo que más recuerdo es una mañana que me desperté después de una noche de fiesta sin ganas de nada. Sin emoción alguna, más que tristeza y no sabía si quería seguir viviendo o no. Llamé a mi mejor amiga y fue quien me contuvo y acompañó en ese momento.

Lucila La Tora Villar. GENTE
Pasó de callar por miedo a refugiarse en un mundo lleno de excesos. Del que pudo salir, por pensar en sus padres, por entender que no era lo que quería y por darse una oportunidad.

-Muchas veces la gente, desde la ignorancia, señala a la víctima de abuso preguntando: «¿Por qué tardó tanto en hablar?». Y quiero que sea algo que respondas vos.

-Son muchas cosas. Siempre hablo desde lo personal. Por un lado sentís que vos lo buscaste, que fue tu culpa, ¿entendés? También cuando se trata de un familiar, pensás en cómo puede afectar eso a todos. Pensás: «Che, si lo cuento se va a pudrir todo». También esa persona te puede manipular con cosas como: «No digas nada porque me matan». Entonces vos de chiquito creés que en verdad lo van a matar. Particularmente yo decidí no contarlo durante tantos años para no hacerle mal a otras personas que quería.

La Tora explica cómo logró sanar y seguir adelante

-¿Sentís que pudiste sanar y perdonar?

-Sí. Obviamente quedan después alertas o vulnerabilidades, un montón de cosas. La otra vez por ejemplo, fui a la cancha y vino un tipo medio borracho y quiso agarrar a una chica y le dije: «No la agarres. No la tenés ni que tocar». Entonces siento que me quedaron esas alertas, ese instinto de salir a defender a otras mujeres también.

– ¿Creés que lo que te sucedió afectó la forma en la que hoy te relacionás sentimentalmente?

-¿Con los hombres? Sí, eso sí. Soy mucho más «Tora». Tienen que pasar por muchos filtros antes de realmente llegar a ganarse mi confianza. Trato de ser muy cuidadosa con mi vida personal, con la privada. De mostrar solo lo que yo quiero mostrar. Porque también si vos abrís muchos abanicos, te entran tiros por todos lados. Entonces prefiero mostrar la parte profesional, la divertida. Después obvio que en lo privado y lo personal hay cosas que me encantaría mostrar, pero prefiero mantenerlas así.

Lucila La Tora Villar. GENTE
Aunque asegura que logró perdonar, menciona que de esa dolorosa experiencia le quedaron «alertas» que influyen en la manera en la que se relaciona ahora de adulta.

-¿Qué le dirías a la Lucila de cuando era chica que estaba transitando ese momento difícil al ver todo lo que has logrado?

-Que siga así, porque si le digo que cambie algo capaz que no sería lo que soy hoy. Hace poco me preguntaron si cambiaría algo de mi vida o de mi historia, y la verdad es que no, nada. Ni el abuso, porque sino no tendría el caracter que tengo ante la vida.

La Tora, entre la ansiedad social y su relación con Dios: «Me salvó»

-Todos los días estás conectada y hablándole a miles de personas, pero has contado que sufrís de ansiedad social, ¿cómo llevás esto?

-Es más hablando en un contexto personal o privado. Es decir, me cuesta mucho salir al mundo de entrecasa o relajada. No por una cuestión de maquillaje ni nada, sino una cuestión de actitud corporal, de cómo me siento. Me siento mucho más vulnerable. En la cámara, cuando estoy trabajando sé lo que tengo que hacer, sé cuál es mi laburo. Voy a la cancha, voy a eventos y ahí no pasa nada. Pero si es para disfrute ahí si me cuesta más. No lo llego a disfrutar.

-Y cuando te llegan esos ataques de pánico ¿cómo los controlás?

-No hay mucha vuelta. Hablo con Dios.

Lucila La Tora Villar. GENTE
La Tora asegura que su vínculo con Dios la salvó de su momento más oscuro y además, se apoya en la terapia para superar la ansiedad.

-¿Cómo es tu vínculo con Dios?

-Mi relación con Dios es de todos los días. Hablo con él siempre, en todo momento. Durante el día, antes de hacer notas, antes de dormir. Realmente todo el día, y le agradezco todo, todo el tiempo, lo bueno y lo malo. Sé que el propósito que tiene para mí es grande. No es lo mismo ser creyente que religioso, lo que tengo con Dios es una comunión. Dios me salvó, por eso siempre trato de dar mi testimonio, y tarde o temprano todos van a él .

-¿Qué le dirías a la gente que de pronto está atravesando lo mismo que vos, bien sea ansiedad, ataques y pánico o mismo tema de abuso?

-Es fácil decirlo, pero yo creo que hablar sana y aunque es medio cliché la frase, el amor es lo que más sana, el amor de tu gente, de quienes te rodean. La primera vez que conté sobre mi abuso alguien me preguntó: «Si tenés a alguien de tu familia y te dice que alguien la abusó, ¿qué hacés?». Y lo primero que dije fue: «Lo mato». Y me responde: «No. Tenés que ir a darle amor a esa nena». Y es real, el amor sana.

Fotos: Martina Cretella.
Videos: Candela Petech. Retoque: Gustavo Ramírez.
Producción: Jazmín Ochoa.
Estilismo: Lucho Castelli Donnet.
Make up: Martu Pita.
Pelo: Damián Hair Malambo.
Booker: Seba Cruz Centeno.
Prendas: @mintbuenosaires @breeders_furs @artemisatelier
Calzado: @carmensteffensargentina
Accesorios: @satoracompany

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Marcharon en Roma contra la restricción a la ciudadanía italiana por descendencia: «Están cancelando la historia»

La comunidad italo-argentina en Roma protestó este sábado en la Piazza del Campidoglio contra el Decreto Ley Nº 36/2025,...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img