6 C
Buenos Aires
domingo, junio 15, 2025

La economía argentina y los impactos del conflicto en Medio Oriente: de la inflación y el dólar a la baja a las reservas negativas

Más Noticias

La economía argentina se enfrenta a un escenario complejo. Pese a una baja en la inflación, la acumulación de reservas internacionales sigue siendo un talón de Aquiles, fundamental para mostrar solidez financiera y afrontar los pagos de deuda. Este desafío se da en un contexto global de desaceleración y tensiones geopolíticas a partir del reciente conflicto bélico entre Israel e Irán.

Según el economista Miguel Ángel Broda, el tipo de cambio actual en Argentina es más un valor «de llegada» que de inicio para el plan económico. En otras palabras, se está «poniendo el carro delante de los caballos», explicó el analista.

A pesar de haber logrado una salida del cepo cambiario sin grandes sobresaltos y una fuerte reducción en la brecha, la estrategia actual para bajar la inflación no permite acumular reservas por la vía comercial.

De hecho, en mayo, incluso con una fuerte liquidación del sector agroexportador, las reservas cayeron, y en junio solo aumentaron por endeudamiento. 

La salida de dólares por turismo y la «Formación de Activos Externos» (compra de dólares por individuos) son factores que complican aún más este panorama. Por ejemplo, en abril, un millón de argentinos compraron más de USD 2.000 millones. Esto lleva al gobierno a depender de «reservas prestadas» a un costo elevado, como lo evidenció la colocación de Bonos del Tesoro con una tasa interna de retorno del 31,7%.

Ante la dificultad de comprar dólares en el mercado libre, la meta de acumulación de reservas con el FMI ya se ha pospuesto. El Banco Central ha intensificado su intervención en el mercado de futuros para contener las expectativas de devaluación y limitar el traslado a precios.

La prioridad antiinflacionaria choca con la realidad externa
La reducción de la inflación es la prioridad casi excluyente del gobierno, especialmente de cara a las próximas elecciones legislativas. 

Sin embargo, el deterioro de las cuentas externas es innegable. Broda proyectó un déficit de cuenta corriente del 1,8% del PBI para 2025, esta vez impulsado por el sector privado. Un tipo de cambio atrasado, la apertura comercial y las reformas estructurales pendientes están aumentando la vulnerabilidad productiva del país.

A esto se suma un contexto internacional donde China podría inundar mercados con productos que ya no puede exportar a Estados Unidos, lo que representa un riesgo para los sectores productivos locales. Broda advierte sobre un posible «cementerio de pymes» y la insostenibilidad del tipo de cambio.

Crecimiento estancado y las reformas pendientes

Otro consultor del sector energético sugiere que el equipo económico podría ajustar algunas variables después de las elecciones, pero solo después de haber «quebrado el espinazo» a la inflación para limitar el impacto de un posible salto cambiario.

Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, coincide en que la baja inflación ha encontrado límites en la expansión del PBI. El crecimiento futuro dependerá de la productividad y las inversiones, lo que requiere avanzar en las reformas estructurales pendientes. El mercado laboral es un claro ejemplo de este problema, con solo el 29% del empleo total siendo privado formal.

Aunque la firmeza fiscal ha ayudado a reducir la inercia inflacionaria, la política actual no logra anclar completamente las expectativas de inflación a largo plazo, especialmente mientras no se complete el desmantelamiento de los cepos cambiarios.

La disparidad entre exportaciones e importaciones de bienes y servicios está llevando la economía a un punto donde necesita mayores reservas, un menor riesgo país para refinanciar la deuda y un mayor ingreso de inversión extranjera directa. Estos tres requisitos, que aún no se han cumplido, describen una secuencia invertida en la política económica y cambiaria.

En definitiva, la pregunta clave es si un dólar «barato» forzará un aumento de la productividad de la economía de manera sostenible, o si, por el contrario, es la mejora de la productividad la que debería guiar una reducción real del tipo de cambio.
 

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

El director de cine que filmó a su hijo con autismo: «Fue el acto de mayor complicidad que compartimos»

Ulises tiene 55 años y habla con mucha ternura de su hijo Lisandro (17) y de la relación que...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img