A tan solo cinco kilómetros del centro de Tandil, se encuentra un enclave mágico donde el tiempo parece detenerse: La Elena. Este territorio, bautizado originalmente como La Elena por los dueños de la estancia que allí se erigía, renace hoy con una impronta única y un lema inspirador: encender vidas.
Claudia Moreno, al frente de esta empresa, ha convertido La Elena en un espacio que combina la elegancia de un hotel boutique con la calidez de una estancia histórica. La historia de este proyecto se remonta a Fuente de Alegría, organización especializada en eventos que ha dejado su huella en Tandil. «Fuente de Alegría vino a sanar este espacio», expresa Claudia, recordando cómo el nombre de su empresa se afianzó tanto en la ciudad que muchos olvidaron el nombre original del lugar. Sin embargo, durante la pandemia, surgió la idea de recuperar La Elena. «Mi hijo pensó en abrir un hostel y le dije que eligiera el nombre que quisiera. Y así recuperamos La Elena», explica.
El hostel se convirtió en una escuela de aprendizaje en hotelería, un concepto donde todo se comparte y la experiencia se construye en comunidad. Pero el siguiente paso fue aún más ambicioso: convertir el casco histórico de la estancia en un hotel boutique. «Fue un desafío muy importante, especialmente en la parte económica, para poder armarlo como el lugar amerita», cuenta Claudia. Con un profundo respeto por el patrimonio arquitectónico, cada detalle fue cuidadosamente seleccionado: aberturas a medida, pisos especiales y hasta un ascensor de época que evoca la elegancia de tiempos pasados.
Hoy, La Elena Hotel Boutique ofrece 16 suites privadas, totalmente equipadas para una estadía de máximo confort. Cada habitación tiene vistas al verde, y su ambientación invita a vivir la naturaleza tanto afuera como adentro. Además, el hotel cuenta con hermosas galerías, una piscina, un bosque y un spa atendido por profesionales, todo pensado para brindar una experiencia de relajación absoluta.
La conexión con la naturaleza es el sello distintivo de este espacio. «La gente que elige venir a La Elena tiene la misma impronta que quienes vinieron al hostel: buscan disfrutar del entorno, de los animales, de las plantas, del bosque», señala Claudia. La sorpresa ha sido la gran cantidad de tandilenses que eligen hospedarse en el hotel. «Estamos a solo cinco kilómetros del centro y la gente hace como que se fue de viaje. Se instalan y sienten que están en otro lugar», comenta con entusiasmo.
Ubicado en el barrio La Elena, un entorno caracterizado por su espíritu ecológico y conservacionista, el hotel también es elegido por empresas para eventos corporativos y por quienes celebran fiestas en Fuente de Alegría, encontrando en este lugar un refugio ideal para prolongar la celebración en un entorno sereno y acogedor.
Más allá de su infraestructura y servicios, lo que distingue a La Elena Hotel Boutique es la personalización. «Desde el inicio nos caracterizamos por estar muy pendientes de que la gente se sienta a gusto, como en su casa», afirma Claudia.
Con una propuesta que respeta la historia, el entorno natural y la experiencia del huésped, La Elena Hotel Boutique es una joya de la hospitalidad tandilense, un lugar donde la historia continúa y la naturaleza abraza a quienes buscan una pausa del mundo cotidiano.
CONTACTO:
@estancialaelena – Huaruca 2102 – Tel 2494 552200
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