Bajo el quiosco de prensa de la plaza Urquinaona, subsiste una escalera de caracol centenaria oculta a los ojos de los miles de pasajeros que entran y salen del metro en la actual estación de la línea 4, la amarilla. Es una escalera centenaria que hasta 1972 fue el acceso al suburbano y vestigio de la primera línea que entró en funcionamiento en 1924, el Gran Metro. En concreto, la estación de Urquinaona formó parte de un ramal que partía de la antigua estación de Aragó –hoy, Passeig de Gràcia– hasta la desaparecida de Correos.
A la escalera se accede por una puerta cerrada al público. Tras ella, unas estancias con servicios para el personal del metro. De ahí parte la vieja escalera. Son cuatro tramos en forma de caracol que rodean un hueco central en el que hubo un ascensor. Los últimos escalones finalizan de forma brusca en un techo, sobre el cual se encuentra hoy el quiosco, que ocupa el lugar de un templete desaparecido que era el acceso a la estación. Se trataba de una estructura de vigas y columnas con cubierta acristalada, típica de las primeras estaciones del Gran Metro.

A la escalera se accede por una puerta cerrada al público
Xavi Casinos
Ese acceso, además de la escalera de caracol, disponía de un ascensor, que se convirtió en una atracción para los barceloneses. Hoy, no queda ni rastro del elevador, salvo el espacio que ocupó en el centro de la escalera, que ahora llenan diversas instalaciones de servicios del suburbano. Para usar el ascensor, se tenía que pagar un suplemento en el billete.
La vieja estación de Urquinaona fue construida en 1926, dos años después de la inauguración del Gran Metro, cuyo trayecto central comunicaba Lesseps con Liceu y que fue el embrión de la actual línea 3. De Aragó partió más tarde el ya citado ramal que transcurría bajo la Via Laietana y que aprovechaba el túnel que se había construido cuando se abrió esta arteria. Con los años, se convertiría en la actual línea 4. Urquinaona fue una de las estaciones donde se podía cambiar de línea. En 1932, se construyó el apeadero del mismo nombre de la segunda línea de metro que tuvo la ciudad, el Transversal, hoy convertida en la línea 1.

La vieja estación de Urquinaona fue construida en 1926, dos años después de la inauguración del Gran Metro
Xavi Casinos
Subir y bajar de nuevo por la histórica escalera es una especie de experiencia arqueológica por los orígenes del metro de Barcelona. Sobreviven incluso, a medio recorrido, los restos de un viejo cartel publicitario anunciando un producto hoy ilegible. La escalera quedó inutilizada y escondida bajo tierra cuando se eliminó el templete en 1972 y se sustituyó por el actual acceso frente al quiosco.