Victoria Luján comprende las generales de la ley, puntualmente las que hacen a la ingeniería política. Nunca estuvo en espacio, grupo, orga, que comulgue con la férrea conducción de Mariel Fernández. Tuvo un intento que fracasó rápidamente: perdió la planta permanente y luego renunció al puesto provincial. Probablemente los tropiezos le hayan otorgado experiencia y madurez. Hizo un quiebre existencial y hoy su mirada posee expectativas cifradas en el Movimiento Derecho al Futuro.
No vuelve al ruedo porque nunca se fue de la escena, solo que ahora la queja o molestia, la dedocracia y el verticalismo incuestionable no son la centralidad ya que, en el amor después del amor, Axel Kicillof la invita a construir otra épica.
«Me hubiera encantado que Cristina acompañe, que diga que necesita compañero gobernador, hubiese sido perfecto porque estaríamos todos felices y encolumnados y nada de esto hubiera sido necesario. Hay que partir de ahí. Lo acusan a Axel de romper lo que, como dije anteriormente, ya estaba roto«, reafirma Victoria Luján y habla de lo que puede ocurrir en Moreno con Mariel Fernández: «En Moreno pasa lo mismo, no se puede unir algo que está bastante roto porque en este espacio hay muchas que han tratado de colaborar, de sumarse, pero si el otro espacio (el gobierno municipal) creyó que no tenemos nada para aportar o te eliminan del plano político, bueno en mi caso no voy a estar en un lugar donde me consideran una inútil. Pero además, en este momento de tanta crueldad no quiero juntarme con gente que considero cruel».
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