Si en el trailer ya dicen, premonitoriamente, «Es peor de lo que creés», bueno, es que están avisando. Cuando uno creía que ya lo había visto todo, o casi todo, aparece esta versión de La guerra de los mundos, con Ice Cube. Es difícil, muy difícil tener una historia ya escrita, que fue probada y aplaudida en distintas versiones a lo largo de los años y hacer un mamarracho como esto que estrenó Amazon Prime Video.
Ed Wood, considerado el peor director de cine de la historia, no lo hubiera hecho mejor. O peor.
Convengamos que los extremismos a la hora de criticar una película suelen ser engañosos: se puede caer en el fanatismo a favor -el fanático, se sabe, no escucha razones en contra- o en el facilismo de la denostación.
Unánimemente es mala
Pero cuando la crítica es unánime, y todos coinciden en que La guerra de los mundos no es mala, sino malísima (del 0% de aprobación original en Rotten Tomatoes, el sitio que reúne las críticas de cine, saltó “apenas” a 3% de aprobación) eso nos une a todos los que la padecimos ante el televisor o un dispositivo.

Y sí, con todo esto, La guerra de los mundos es la película que hay que ver. De hecho, es un éxito si se mide la cantidad de visiones del filme.
Para aquellos que creen que la mala publicidad no ayuda…
Pero hay una razón, que no justifica en absoluto el desastre que es la película, pero que podría -así, en potencial- mitigar, pero no disimular, el desperdicio de tiempo que es.

Ya llegaremos a ella.
El rapero y actor Ice Cube, como en un Zoom
Aquí la trama gira casi todo el tiempo en Will Radford (el rapero Ice Cube), un analista de ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos a quien no le dan las manos, los dedos ni los ojos para mirar tantas pantallas que abre en su computadora.
El tipo se la pasa sentando frente a esa computadora –solo- rastreando posibles amenazas al país de Los Simpsons y el Pato Donald con un programa de vigilancia masiva. Y aprovecha la tecnología para espiar a Faith, su hija bióloga embarazada (Iman Benson) y a Dave, su díscolo hijo adolescente (Henry Hunter Hall), un gamer enojado con su padre porque sabe que se gana la vida «espiando lo que hay en los carritos de Amazon de la gente». Y a Mark (Devon Bostick), el repartidor de Amazon que es el padre del bebé de su hija.

Sí, dije dos veces Amazon en el mismo párrafo.
Pero bueno, Will no para de recibir mensajes que interrumpen el seguimiento de sus hijos. Desde el director de la NSA (Clark Gregg) al secretario de Defensa (Michael O’Neill), pasando por Sandra (Eva Longoria), que trabaja en la NASA y se queja de “fenómenos meteorológicos inusuales, descontrolados, y satélites caídos”.
Detrás de un hacker
Todo, mientras Will intentaba ayudar al FBI a rastrear a un hacker que utiliza el curioso nombre de usuario «Disturber», que conocería todo sobre el Big Data y también los infructuosos esfuerzos del Gobierno del Tío Sam por meterse en la vida privada de las personas con un nuevo programa llamado -¿cómo le podemos poner?- Goliath.

Y ahí caen los meteoritos a la Tierra. Y hasta se revela -disculpen el spoiler- para qué los extraterrestres invaden la Tierra.
Quieren robar los datos del planeta.
O sea, una adaptación o remake de La guerra de los mundos que H. G. Wells publicó en 1889, a sus 32 años, para la era de las redes sociales y en la que «los datos mandan». Todo se desarrolla en una serie de búsquedas en línea, llamadas de Zoom y hackeos.

El motivo de cómo se filmó -mal- esta Guerra de los mundos es que se hizo en el año 2000, en plena pandemia de coronavirus. De ahí que Ice Cube debe haber grabado toda su parte en un fin de semana desde un Zoom.
Porque todo lo vemos a partir del punto de vista de su personaje. Claro, hubo muchas películas que igualmente se rodaron durante la pandemia y no resultaron el bodrio que es esto.
Nada justifica el resultado final.
Más si se tomaron casi cinco años para estrenarla (en streaming: Universal, se ve, no se animó a invertir un dólar más en un lanzamiento en salas de cine). Los efectos son pobrísimos. Y sí, también toda la publicidad, no encubierta, porque es totalmente abierta de Amazon lesionaría -de nuevo en potencial- el mínimo de la credibilidad del filme.
El responsable -pero seguramente no el único- es Rich Lee, técnico de efectos especiales convertido en director de videos musicales de Eminem, de Lana Del Rey o de los Black Eyed Peas.
Pero ya está todo perdido. Los recurrentes e intempestivos gestos de Ice Cube frente a la pantalla -cuando son de terror ¿será porque estaba leyendo el guion?-, la ridiculez de las situaciones y, sobre todo, cómo se desenlaza todo hace que La guerra de los mundos sea, definitivamente, de lo peor que se vio este año por streaming.
Y miren que hay porquerías escondidas en los catálogos de las plataformas de streaming.
“La guerra de los mundos”
Mala
Ciencia ficción. Estados Unidos / Alemania, 2025. Título original: “War of the Worlds”. 91’, SAM 13. De: Rich Lee. Con: Ice Cube, Eva Longoria, Iman Benson, Henry Hunter Hall, Clark Gregg, Devon Bostick. Disponible en: Amazon Prime Video.