Fue el personaje más bizarro, increíble y carismático surgido de una de las series televisivas más creativas durante la década del ’70. Kolchak The Night Stalker (El acosador nocturno, aunque tuvo muchos subtítulos en distintos países) reunió en un mismo producto acción, aventuras, misterio, tramas policiales, suspenso, terror y… monstruos. ¡Muchos monstruos!
Lo primero que hay que decir es que Carl Kolchak (las personas con las que se cruzaba siempre le erraban al apellido y él se lo pasaba corrigiéndolos) era un periodista absolutamente particular. Un reportero ya maduro que, encarnado por el actor de Hollywood Darren McGavin, trabaja para una agencia de noticias insólitas y fantásticas, en la ciudad de Chicago, buscando noticias de las que suelen aparecer en periódicos amarillistas. Esas del tipo “Mi marido es un monstruo del espacio”.
El germen de Kolchak comienza cuando un escritor y novelista anónimo y fracasado (Jeffrey Grant Rice, 1944-2015) escribe una historia llamada The Kolchak Papers. Con ella sale a intentar conseguir que alguna cadena televisiva la compre y la convierta en un éxito. Recordemos que, especialmente durante las décadas del ’60 y ’70, la televisión ocupaba un rol preponderante en la cultura popular, era en un integrante más de la familia. Al menos lo era en el mundo occidental.
Rice deambulaba de aquí para allá sin demasiada suerte hasta que cierto día se topa con el guionista Richard Matheson, un bien respetado escritor de ciencia ficción en la vena de Ray Bradbury y Theodore Sturgeon. Autor de la famosa novela corta Soy Leyenda (llevada al cine en 2007 con Will Smith abofeteando a una pandilla de zombies) Matheson tenía una fama muy bien ganada como guionista de varios capítulos en la legendaria serie La dimensión desconocida. Y le vio posibilidades a la historia de Rice para un telefilme de largometraje.
Claro, siempre y cuando fuera él quien escribiera ese guión. La cadena ABC compró la idea. Para entonces ya habían hecho historia en la pantalla chica éxitos como Los Locos Addams, Los Monsters, Boris Karloff Presenta y Un paso al más allá. Todas estas seriales mezclaban comedia, miedo, suspenso, terror, fantasmas y extraterrestres por partes iguales. Y el gran público las adoraba. Así que a comienzos de los ’70, Kolchak tenía luz verde.
Tres películas de largometraje se hicieron entonces para la TV. La primera de ellas (The Night Stalker) salió por la cadena ABC en 1971 y logró cierto éxito narrando la historia de un vampiro chupasangre que rondaba los casinos de Las Vegas. Esto le dio la posibilidad al equipo de seguir ahondando en este extraño antihéroe y dos años después se lanzaba el próximo telefilme, titulado El cazador nocturno. Para el tercer envío, llamado Los asesinos nocturnos, el periodista Kolchak debía vérselas con toda una invasión de alienígenas. Pero allí es cuando surge la idea de realizar una serie por capítulos.

Cómo eligieron a los protagonistas
La elección de Darren McGavin como actor principal fue idea del productor del proyecto: Dan Curtis. Alguien que, como su apellido dejaba entrever, estaba curtido en series y películas fantásticas. De hecho había sido el creador de Dark Shadows (Sombras tenebrosas en Latinoamérica) con un personaje central icónico, el vampiro Barnabas Collins. McGavin había tenido su cuarto de hora como actor secundario en varias películas de gran éxito en el cine, como El hombre del brazo de oro (Otto Preminger, 1955) junto a Frank Sinatra.
Formado en el famoso Actor´s Studio y a la sombra del Método Stanislavski, Darren ya tenía cincuenta y tres años cuando la serie dio comienzo el 13 de setiembre de 1974. O sea, no era un pibe ni a palos. Pero daba perfectamente con el physique du rol requerido. ¿Era demasiado maduro? Si, como todo reportero de vasta experiencia en el periodismo. Llevaba siempre el mismo traje color tiza sucio y arrugado, un ridículo sombrerito de rafia de paja ventilada con cinta gros, mocasines blancos (¡por Dios!) y colgados de su hombro izquierdo una cámara pocket con flash y un grabador a cinta de casete.
Luego estaba su pequeña y personal cohorte del Servicio Independiente de Noticias, a saber: el jefe de redacción Tony Vincenzo. Un increíble y rivalizante trabajo del enorme actor Simon Oakland (lo vieron en capítulos de La ley del revólver, Laramie, La dimensión desconocida, Ben Casey, Bonanza, Combate, Mi marciano favorito o Los ángeles de Charlie y películas como Amor sin barreras). Su compañero Ron Updike (el actor Jack Grenagge, participó del film Rebelde sin causa junto a James Dean) era el alter ego perfecto, un temeroso y mediocre periodista lamebotas que lo odiaba.
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Tráiler de «Kolchack»
Y ni hablemos de la dulce abuelita Emily Cowles (incomparable Ruth McDevitt), que en la serie escribía las columnas de horóscopos y crucigramas. Durante los escasos veinte capítulos que duró Kolchak tuvo que vérselas con un motoquero sin cabeza, un vampiro trasnochado, un hombre-musgo (sic), un hombre lobo paseando ¡en un crucero! y nada menos que con Erik Estrada (más tarde Poncharelo, el policía latino de CHIPs) convertido en sacerdote ritual azteca dentro de un estadio de béisbol en Nuevo México. Bueno, y con Helena de Troya. Demasiado para cualquiera…
¿Por qué duró tan poco?
La gran pregunta es: ¿por qué la serie Kolchak duró tan poco?. De hecho fue cancelada el 28 de marzo de 1975. Es decir que duró apenas algo más de seis meses. En ese lapso, el gran error de la cadena ABC fue lanzarla en el fatídico «horario de la muerte». En los Estados Unidos se llamaba así a la franja nocturna de los viernes por la noche. Un horario donde el público joven al que iba dirigida no estaba en sus hogares, sino viviendo el famoso Friday Night de los pubs y discotecas.

En la Argentina la serie tuvo un reducido éxito entre fans de lo oculto y el terror. La emitía el Canal 9 de Alejandro Romay a altas horas de la noche (las 23) y generalmente los padres les prohibían a sus hijos verla. Sólo aquellos más audaces aprovechaban que mamá y papá se iban a acostar para deslizarse hasta el living y encender la televisión a bajo volumen para una sesión de miedo de cotillón. Porque el bajo presupuesto del programa sólo permitía monstruos de fiesta de disfraces. Tanto así que en uno de sus capítulos Kolchak debe enfrentar al “terrible” hombre-reptil.
O sea, un extra enfundado en el mismo traje que ya habían mostrado anteriormente series como Viaje a las estrellas y El túnel del tiempo. Exactamente el mismo traje con cierre relámpago con un tipo adentro ahogándose. Eso en aquel momento no importaba. Nuestras fabriles mentes infantiles se ocupaban de creerlo todo. Pero cuidado, porque los guiones, los diálogos, las situaciones, los desenlaces y el abundante y creciente misterio eran manejados desde atrás por verdaderas manos expertas.
Allí estaban por ejemplo, además del ya citado Richard Matheson, mentes maestras como las de los productores Jimmy Sangster (guionista y director británico que había trabajado anteriormente a las órdenes de la legendaria productora de películas de terror Hammer Films), el director británico-argentino John Moxey (dirigió capítulos de El Santo y Los Vengadores) o la dupla de guionista y director compuesta por Bob Gale y Robert Zemeckis, que una década más tarde iban a dar el batacazo con la saga de Volver al Futuro. Nada menos.

Sin embargo el escaso rating cosechado por la serie en tan oprobioso horario comenzó a horadar las voluntades. Y llegó un momento donde el propio McGavin decidió dar el portazo final. Compitiendo contra tanques de gran calibre de otros emporios televisivos, la serie no soportó más y terminó de manera intempestiva, dejando a un grupo de fans alrededor del mundo clamando por más. Pero… (claro, siempre hay un pero) dicen que la justicia es Divina.
Veinte años más tarde la cadena Fox comenzaba a emitir lo que sería una de las series televisivas más populares de los años noventa. Los Archivos Secretos X. Su creador, Chris Carter, acosado por la prensa especializada a partir de semejante éxito, declaraba que lo que le había llevado a diseñar esa serie había sido su fanatismo de adolescente por Kolchak. Un tiro para el lado de la justicia. Pero, en tanto, ¿qué había sido de McGavin?
Como puntualizamos anteriormente, Darren había tenido un reducido éxito en Hollywood. Y más allá de algunos roles menores en películas de largometrajes, el desarrollo de su carrera sería mayoritariamente en la televisión. Nacido como William Lyle Richardson el 7 de mayo de 1922, consiguió algunos pequeños papeles en series como Alfred Hitchcock Presenta. Pero el espaldarazo lo obtuvo haciendo de un policía rudo en Mike Hammer, un serial en blanco y negro que se extendió desde 1956 hasta 1959.
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Machista, anticomunista, violento y cargado de enojo, Hammer es el antecedente directo del detective Harry Callahan compuesto por Clint Eastwood en Harry El Sucio (1971). Unos años después McGavin participaría en episodios de famosas series televisivas del Oeste, como La ley del revólver y Bonanza. La suerte no estaba de su lado. Chueco, dueño de una nariz no muy agraciada, usando un bisoñé anticuado y ya con varios años de edad, el tipo rebozaba enorme simpatía. Pero el trabajo no abundaba.
La preocupación de sus amigos
Luego del modesto éxito y posterior fracaso de Kolchak, el actor comenzó a permanecer cada vez más tiempo encerrado en su casa de California, esperando el llamado de algún productor para poder trabajar. Preocupados por su inclinación al alcohol, los amigos más íntimos trataban de alentarlo para que no cayera en una depresión profunda.
En 1977 formó parte del elenco de la película Aeropuerto 77, gran ejemplo del cine-catástrofe de esa época, junto a Jack Lemmon, Christopher Lee, Olivia de Havilland y James Stewart. Y tres años después estelarizó Hangar 18, un filme junto a Robert Vaughn, Napoleón Solo en El Agente de CIPOL).
Pero su estrella se apagaba rápidamente. En 1984 tuvo otra oportunidad formando parte del elenco del filme El mejor (The Natural) junto a estrellas como Robert Redford y Kim Basinger. El ejecutor (Raw Deal, 1986) lo unió a Arnold Schwarzenegger. Y ya en 1990 tuvo un papel en Capitán América, la primera película de ese súper héroe, de bajo presupuesto, producido por Stan Lee.
Pero sus amigos no le soltaban la mano. Adam Sandler lo rescató para la comedia Billy Madison (1995) y finalmente Chris Carter lo incluyó en el primer capítulo de Los Expedientes Secretos X en el papel de un viejo integrante del FBI. En verdad Carter le había propuesto aparecer como Kolchak, pero el actor se negó de plano. Su orgullo y dignidad no se lo habrían permitido.
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Apenas acompañado por un pequeño círculo de familiares y amigos, McGavin falleció el 25 de febrero de 2006, a los 83 años de edad.
Su tumba en el Hollywood Forever Cemetery de Los Ängeles es visitada asiduamente por fans de todo el mundo. Ellos recuerdan a Darren McGavin con un cariño entrañable por lo que fue: héroe fantástico de niñez y adolescencia.
Cuentan que a la noche esos fans transmutan. Y se convierten en adorables monstruos. Son melancólicos vampiros, amorosos hombres lobos y tiernos jinetes sin cabeza que se sientan junto a su lápida y brindan por él. Extrañando a Kolchak. Y lo evocan contando una y mil veces sus increíbles hazañas del pasado.
Así, como para no sentirse tan solos.